sábado, 6 de septiembre de 2014

ALFREDO SCHMILINSKY OCHOA, CARTA A UNA AMIGA CHAVISTA

Muy hermoso, Zulay, y no podía ser de otra manera por provenir de una persona de tan elevados y nobles sentimiento como tú. Lo único lamentable, y lo deploro de verdad porque estás engañada, es que esas hermosas palabras  se la hayas dedicado a una persona que tanto daño le hizo a Venezuela y del cual sólo estamos viendo un pavoroso preludio. 

Por ejemplo, Ya sólo el año pasado la inflación llegó al 56 por ciento. Una auténtica barbaridad, porque eso quiere decir que el salario real de un trabajador se redujo a un  poco más de la mitad. O sea, que el que ganaba 100 bolívares, pasó a ganar, después de la devaluación, sólo 44.  O dicho en otras palabras, que la persona que en enero compraba  un bien por 100 bolívares, en diciembre, para adquirir ese mismo bien, necesitaba 156.

Pero me dirás "y los aumentos que cada años se le hacen a los trabajadores". En primer lugar, esos aumentos no se le hacen a todos los trabajadores sino únicamente a los que devengan el salario mínimo.  Y en segundo término, los mismos siempre se hacen por debajo de la inflación. Pero, además, esos incrementos salariales -más ficticios que reales- al incrementar el circulante, o sea, el dinero en manos del público, no hacen otra cosa que aumentar las presiones inflacionarias. Eso se debe a que la demanda crece mientras que la producción permanece estancada, y es una ley inexorable de la economía que establece que a mayor demanda mayores precios. De allí la carestía y la escasez, especialmente de alimentos,  que mantiene en constantes zozobra a la población. De manera particular, a las madres que no encuentran leche para sus pequeños hijos.    

Por otra parte, no sé si estarás enterada pero el gobierno está anunciando la unificación cambiaria, lo cual entre otras cosas alarmantes va a significar una nueva devaluación, con todo su trágico cortejo de calamidades y penurias que eso significa. En este sentido, no sé si escuchaste las declraciones que hace poco el diputado chavista, Jesús Faria, brindó a través de VTV. ¿Qué dijo ese diputado en esa aterradoras declaraciones? Dijo que en el futuro inmediato lo que estaba planteado eran más devaluaciónes, más inflación, más recesión, más endeudamiento y un notable crecimiento de los índices de la pobreza. Y uno no puede dejar de preguntarse angustiado ¿y todo esto después de 15 años de unos gobiernos que prometían todo lo contario? ¿Unos gobiernos que han manejado recursos tan cuantiosos como jamás gobierno alguno los llegó a manejar, y que han debido  servir para hacer de nuestro amado país uno de los más prósperos y desarrollados del continente?

Por último, hay un informe de una empresa calificadora de riesgo china -y enfatizo china, porque esta nación asiática es aliada de Venezuela- que dibuja un panorama francamente pesimista en relación con nuestro país. Allí se habla, entre otras cosas alarmantes, de que Venezuela experimentará una recesión económica de un 2,3%  para este año. También se dice que el déficit fiscal se ubicará en el 14,7%,  mientras que el endeudamiento la coloca en el 52, 2%. Todas estos porcentajes están relacionados con el Producto Interno Bruto, o sea, con el PIB. Por eso, esta misma empresa calificadora de riesgo ha reducido la calificación de Venezuela en relación con su deuda de BB+ a BB-. ¿Qué quiere decir esto? Que lamentablemente nuestro país está total y absolutamente en bancarrota.

Y lo peor de todo esto,  es que no hay solución a la vista, porque para hacer algo que permita empezar a encontrarle una salida a esta deplorable situación, hay que empezar por realizar una enérgica poda brocrática que elimine por lo menos el 50 por ciento de la nómina estatal y reducir  el gabinete a 15 ministro como máximo -y es mucho-. Ya que es inconcebible que nuestro país tenga más ministros que países desarrollados y con una población mucho mayor que el nuestro como Francia, Inglaterra y hasta los propios los EE.UU, etc. Pero también, aplicar una política de austeridad que elimine el gasto superfluo e improductivo, que se ha convertido en una especie de adicción, en una poderosa droga con un alto poder adictivo a la que nuestros gobernantes les resulta muy difícil renunciar. Y como culminación de todo ello, proceder a una sustancial revaluación del bolívar. Todas estas cosas hay que empezarlas a aplicar si se quiere, como dije al pricipio, hallarle una solución a la espantosa crisis por la que atraviesa el país en estos moentos. Pero no lo van a hacer, porque la cuestión electoral, que siempre ha condicionado la actuación de los gobiernos chavistas, se los impide.

Zulay, yo no te cuestiono ni a ti ni a los demás chavistas la adoración que sienten por Chávez. Ustedes tiene el derecho indiscutible de escoger entre el país y el comandante supremo y no voy a ser yo quien les critique que se hayan poronunciado por el segundo. Sin embargo, en cuanto a mí se refiere, me quedo mil veces con mi país. Esta fue, en forma muy sucinta, la obra del idolatrado Hugo Chávez.  Saludos...Alfredo S.

Alfredo Schmilinsky Ochoa
alfredoschmilinsky@hotmail.com
@alfredosch

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