viernes, 12 de septiembre de 2014

ALEX VALLENILLA, EL ÚLTIMO ALIADO DE MADURO: CONTAR CON QUE EL PUEBLO SE RESIGNE AL HAMBRE Y MISERIA

Si pagan o no los bonos de octubre igual quedamos mal.

Todos los analistas apuntan que Maduro podrá pagar los vencimientos de deuda que ocurrirán entre octubre y noviembre de 2014, unos de la República y otros de Pdvsa. Están en lo correcto, pero ¿Por qué omiten lo que sigue?

Si Maduro logra pagar el endeudamiento que se vence, no tendrá suficientes recursos para mantener el ritmo de importaciones de alimentos, repuestos de carros, ropa, equipos, materiales, así de sencillo.

Otros aúpan la venta de Citgo. Si vendieran Citgo, que no sería otra cosa que privatizar, tendrían algo de liquidez nuevamente, pero eso sería pan para hoy y hambre para mañana, esos recursos allí no durarían nada, a sabiendas que la caída ya es casi definitiva.

Maduro y su combo, tratarán de llegar a las parlamentarias con algo de recursos. Suponiendo el pago del endeudamiento, entonces llegaría a esas elecciones en condiciones paupérrimas en lo político, porque la crisis económica en los ciudadanos sería catastrófica, siendo el año 2014 una verdadera “bonanza” al lado de 2015.

Por allí los precios del petróleo asoman su caída, pendientes con eso. Ocurre entonces que los analistas económicos sólo dicen si Maduro puede pagar o si no. Pero no desarrollan tesis de qué ocurriría si paga o si no paga.

En caso de no pagar, y declarar el default, el desastre es mayúsculo, el país entraría en la hiperinflación, la escasez de bienes sería mucho peor que la actual, debido a que habría muchas restricciones económicas, confiscaciones en el extranjero, podrían incluso detener cargamentos de crudo que salgan de aguas nacionales. Eso sería desastroso para el régimen y todo el país.

En caso de pagar, el régimen se evita la acción extranjera, pero los efectos internos serían iguales, debido a que el régimen quedaría sin recursos para seguir importando, profundizando la escasez y recesión y desatando una furia inflacionaria indetenible, que dejaría a la actual como un juego de niños.

Pudieran vender Citgo para cubrir el pago. En caso de no poder venderla, pudieran emitir nuevo endeudamiento y pagar intereses más altos, aumentando la gigantesca bola de nieve de pago de intereses que ya acumula la República. Pero primero deberían tener los recursos para pagar, lo otro sería negociar refinanciamiento, pero esa acción la llevaba Rafael Ramírez quien quedó fuera de las decisiones económicas.

El caso es que pagando o no, el escenario no es nada halagador, a partir de allí Maduro sólo podrá contar con el último aliado político que le quedaría: Si el pueblo de Venezuela se resigna a vivir con hambre, miseria y una profunda escasez.

Alex Vallenilla
alexvallenilla@gmail.com
@alexvallenilla
CNP 16478

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