lunes, 11 de agosto de 2014

SUSANA MORFFE, ISLA CON EL PULGAR HACIA ABAJO (ENTRE CIELO Y TIERRA)

“Los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, son los que se complacen en ser mal gobernados”.  Jacinto Benavente
Por estos días un titular de un diario nacional, anunció el hallazgo de una especie de dinosaurio venezolano herbívoro, que vivió en lo que hoy es Venezuela durante el Jurásico, hace aproximadamente 200 millones de años. Este descubrimiento lo hicieron un  grupo de paleontólogos de Suiza y del Reino Unido. De acuerdo a la información, se refiere a la “comprensión de la evolución”. Tal caso permite establecer que los referidos paleontólogos no se han acercado un poco más acá; es decir, hacia los alrededores de la Isla de Margarita, donde aún tenemos una gruesa cantidad de especie jurásica que no ha dejado evolucionar a sus habitantes y los espacios para la convivencia humana.
A Nueva Esparta, abundante en historia,  no para de llegar turistas. En los dos últimos “puentes” o asuetos se han ido desencantados y vociferando horrores sobre los malos servicios y el empobrecimiento en el área comercial, una constante lamentación debida a que no encontraron lo buscado y otros se llevaron lo poco que había por  el total desabastecimiento en el país.  
Aquella mercancía importada, exclusiva, que solo se conseguía en el Puerto Libre, hoy es un puerto de miseria. La planificación del territorio para el desarrollo del turismo no  ha sido una prioridad en los últimos años y por ello la isla cayó en desgracia, por desconocimiento de los que ostentan el poder con una gran secuela de corrupción.
Asimismo, una boletería aérea para salir y entrar de la isla prácticamente nula y el precio de los pasajes en ferry elevadísimos, como si se tratara del “Queen Elizabeth”. No hay presencia de fiscales de tránsito, en su lugar colocan elementos plásticos de colores en la calle para que los choferes se arreglen solos en las vías contra los ataques de otros al volante.  Ante la faena que cada neoespartano debe hacer día a día, aparece el paladín, alias “Cheverito”, enloquecido y proliferando por el mundo que Margarita es la isla turística por excelencia. Lo que no sabe es que se ha recurrido al turismo gastronómico para sostener algo en la isla por descubrir.
El puerto libre de Isla Margarita, está encadenado en la pobreza, no hay nada, no vale la pena invertir el dinero inorgánico en la paupérrima oferta expuesta para turistas y residentes. La isla es un mamotreto rodeada de agua por todas partes, pero esta no llega, ni el gas y electricidad a los rincones de la pequeña porción de tierra, con señalizaciones que apuntan a una isla con el dedo anular hacia abajo. Se asegura que “Agustín” se quedó en el  último vagón del Metro, haciendo auto stop y nadie le hace caso.
De los 30 millones de venezolanos que viven en el país, menos uno, están  de acuerdo en que esta patria se la regalaron hace rato a los extranjeros, estamos siendo maltratados y al que maltrata no se le debe respeto. Entretanto, el régimen se ufana de traer niños palestinos al país para darle albergue porque son hijos del terror, el mismo que vive Venezuela. Aquellos por una guerra de siglos en la que nuestro país no tiene que meter sus narices.
Tres asuntos son importantes: Si no pueden con una isla, menos con un país. Los paleontólogos pueden descubrir en la isla otra especie de dinosaurios. Desde el poder juran que logran todo, pero no pueden con la verdad.

Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe

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