Como
un reconocimiento a su trayectoria de gran estadista mexicano, Tata López
Obrador ha sido premiado con la autorización de su nuevo partido político,
MORENA. El Peje de nuevo arranca los alaridos frenéticos del pueblo con sus
“brillantes” maniobras políticas al parecer inspirado por la frase Keynesiana;
“En el largo plazo todos estaremos muertos,” o aun mejor, la de mi abuelo
materno, un bronco ganadero latifundista de Sonora; “El que venga atrás que
arree.”
AHI VIENE EL LOBO |
El
Peje sonriendo con la autorización de su partido en la mano, empieza a dar luz
en lo que sería su siguiente paso: !La presidencia.!
Con
ese poderoso instrumente, nuestro enguarachado Marx se dispone ahora a librar
la madre de todas las batallas y desrielar las insípidas reformas que Napoleón
Peña Nieto ha logrado transitar por un congreso de analfabetas económicos.
Después se iría a establecer un esquema similar al que describe ese nuevo Marx,
Thomas Piketty, en su moderno manifiesto comunista, "El Capital en el
Siglo XXI", exprimir a los que producen para mantener a quienes no
producen nada. Y por supuesto, regresar los activos nacionales vía
expropiaciones.
En
una era de grandes problemas y requiriendo, de ha huevo, enormes sacrificios de
todos los mexicanos, éste monje loco de nuevo se lanza, armado con su nuevo
juguetito, a sentarse en el trono del “Pejelagarto en el país de las
maravillas,” embriagando a los ciudadanos en una cruel orgía de populismo,
demagogia, pero más grave, con toda la intención de hipotecar aun más el futuro
de México.
Pero,
¿Cuál es su motivación de sus actos caritativos?¿Ganarse el paraíso? El autor
Tony de Mello, con sabiduría explora los orígenes de la caridad y concluía el
que, de las múltiples razones que la motivan, el último lugar le corresponde a
la auténtica intención de hacer el bien. El resto va desde las relaciones
públicas, hasta un sentimiento de culpa que invade a "ricos
socialistas" estilo Hollywood. Sin
embargo, en su larga lista hay dos razones que llaman mi atención: a) El
dominar las masas con propósito específico en mente. B) La consolidación de lo
que Buchanan llama, la economía de la política. (Public Choice)
“La
industria de los pobres” ha sido algo muy redituable en México. Produce enormes
redes burocráticas con sus correspondientes chambas, prestaciones, suelos,
presupuestos, asignación de recursos etc., pero lo más importante; una capa
social dependiente y totalmente controlada por esos “compasivos lideres,”
especialmente a la hora de votar. Lo que también produce es una concepción de
lo más errónea de la verdadera función de un buen gobierno. ¿En qué parte de la
constitución de los Estados Unidos Mexicanos nos dice el que el gobierno, como
lo escribiera Bastiat, es el responsable de aportar capital para los proyectos,
ideas para los pendejos, divertir a los aburridos, proporcionar leche para los
niños y vino para los ancianos?
Por
favor, no se me juzgue como un descorazonado libertario. EL mismo John Locke
afirmaba el que los desamparados tienen cierto derecho de recibir ayuda, pero
lo que no dice es que esa ayuda debe emanar del gobierno y peor, se debe
legislar la caridad obligatoria.
Pero
este es un problema más complicado de lo que luce a primera vista. Hay que tirarse el profundo océano de la demagogia
para encontrar los orígenes de esta patética situación que lleva a nuestros
ciudadanos a depender de la caridad, de los subsidios y, lo más grave, los
empuja a buscar su futuro en el odiado EUA. Nuestro sistema económico político
ha sido especialista en crear todo tipo y clasificaciones de pobres—y unos
cuantos ricos barrigones que día a día luchan por mantener protegidos sus cotos
en sus sociedades con el gobierno.
En
México seguimos fabricando pobres a un ritmo mayor que las fabricas de autos en
Japón. ¿Donde están los trabajos para estos miserables? ¿Son estos infelices seres producto del
agrarismo? ¿De inflaciones galopantes que destruyeron su pequeño patrimonio?
¿De una economía anclada al intervencionismo? ¿De las devaluaciones en cascada
que hemos sufrido? ¿De sus líderes corruptos que de un plumazo envían cientos
de millones de dólares a campañas políticas? ¿Reyes regionales saqueando los
estados?
El
problema es real y muy grave; así como igual de real y grave es la situación de
las finanzas del país que ahora sabiamente dirige Luisito Videgaray, y la solución no es tan facial como vestir a
Tata López de Santoclos para que inicie el reparto de dulces. Imaginemos que
todos los gobernadores de México deciden abrazar las ideas compasivas—legislar
la caridad como un acto obligatorio y expropiatorio, y luego asomémonos a la
deuda de los estados. El nuevo partido de Tata López, a través de este esquema
populista, pretende financiar su campaña hacia Los Pinos.
La
inspiración populista del Peje parece emanada acorde a la famosa anécdota de
Don Pedro Durazo, un viejo clásico vaquero sonorense de Pitiquito. Cuando
Faustino Félix llegara en su campaña de gobernador a su pueblo natal, Don
Pedro, que lo conocía desde su niñez, de inmediato lo aborda con su eterna
petición de tirar un bordo en un arroyo cercano para rebalsar el agua. Don
Faustino, hombre pragmático, luego de escucharlo le revira: “Pero Pedro, ¿de
dónde voy a sacar dinero para esa obra?” El viejo Durazo sin vacilar le
responde; “Pos ahí del manoteyo que hacen ustedes.”
¿Manoteyo
u otras soluciones Tata André Manuel? Claro y ahí le van:
1) Que tu compasivo amigo Carlos Slim, tal
vez en sociedad con los otros beneficiados como Azcárraga, pague por el
costo—sin deducción-- de todos los programas que empiezan a emerger, con las
utilidades de miles de millones de dólares que se embolsan cada año a costillas
de explotar a los usuarios mexicanos al seguir operando sus ilegales monopolios, obtenidos en su amafiada relación
con el gobierno.
2) Que se abra liberalmente a una "verdadera
competencia" el otro monopolio de la Comisión Federal de Electricidad,
permitiendo operar en México empresas Inglesas, Rusas, Chinas, Americanas, y el
gobierno recabe impuestos de empresas produciendo ganancias no infinitas
perdidas que tiene que cubrir.
3) Igualmente se abra a la competencia el
servicio de gasolineras controladas por PEMEX, y los miles de millones de
dólares de ahorro para el sufrido pueblo en sus forzadas compras, los utilicen
para consumir y de esa forma, realmente activar la economía.
4) Legislar al igual que el Singapur de Lee
Kuan Yew. El que al político que se pille robando, de inmediato y sin más
trámites, sea enviado a cadena perpetua.
De
otra manera, deberá salir de ahí, del manoteyo que hacen de forma genial los
compasivos perredistas, priistas, panistas, engrosando la monstruosa deuda
debajo de la alfombra. Pero favor de
recordar a Milton Friedman: “There is never, ever, a free lunch.” (" Nunca
hay, ninguna vez, una comida gratis.
")
Ricardo Valenzuela
chero13704@gmail.com
@elchero
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