Esta
semana, como prolongación de la anterior, el gobierno y la MUD practican
encerronas. No se trata de algo nuevo puesto que desde hace varios años esta
costumbre se practica habitualmente aunque con diferentes nombres:
conciliábulos, cogollos etc.
Esta
conjunción, aparentemente casual, no es gratuita. Ambos sectores están “velando
las armas”, -preparándose, sin prisa, pero sin pausa- ante la gran epopeya
cercana: elecciones parlamentarias a finales del año 2015.
El
gobierno no cesa de utilizar las promesas a que nos tiene acostumbrados y que
de manera incomprensible aún seduce a buena parte del conglomerado que le sigue
casi ciegamente.
La
MUD, por su parte, en la revolución interna “garibaldina” en la que se
encuentra inmersa también hace uso de la capacidad de fabulación productora de
engaños y de media verdades para
proyectar un sueño que posibilite a la mayoría de la población a mantener la
aspiración deseada de un cambio de rumbo sustancial ante la nefasta realidad
que nos oprime.
Coinciden entonces ambos sectores en generar dos sueños imposibles de
lograr: el cambio de gabinete tratando de prolongar la inútil espera de un
nuevo rumbo para modificar el manejo de la cosa pública, incluida la economía,
seguridad y perturbación social. Para luego, a muy corto plazo, avasallarnos
nuevamente con discursos justificativos del nuevo fracaso y la formulación de
ocurrencias alternativas. La MUD planteando nuevas modalidades para la
armoniosa odisea de repartir futuras prebendas parlamentarias con la mayor
equidad posible entre sus accionistas principales con el despojo del festín,
otorgándoselos a granel a los miembros que conforman la segunda categoría.
Todos con la vista, el corazón y el bolsillo puesta en el capitolio. Ya algunos
parlamentarios de la mesa se han permitido desnudar la realidad de la Asamblea
Nacional: no legisla, no controla y no genera políticas. Sin embargo todos
ellos, los actuales y los aspirantes, quieren pertenecer a todo evento en esa
“moribunda y nauseabunda” institución republicana.
Así
las cosas, pasaremos los próximos meses que quedan del año entre nuevas
promesas y falsas expectativas. Promovidas al alimón por el gobierno nacional y
la MUD, ambos repotenciados, con hambruna burocrática y con los bolsillos
llenos de falsos ofrecimientos encandiladores para convertir a los venezolanos
-al decir de Rómulo Gallegos, que “sufren, aman y esperan”- en agonía continua.
En enero de 2015, piensan ellos, comenzará nuevamente el periplo electoral,
masivo, ventajista, con falsas expectativas e inescrupulosas a que nos tienen
acostumbrados desde hace más de dos décadas. Constataremos el asombroso
parecido entre gobierno y MUD para continuar ejerciendo políticas
desacreditadas y malsanas como el nepotismo: cónyuges parlamentarios a la
cabeza de organizaciones políticas. Padres propiciando a hijos prodigios para
demostrar en el foro su sapiencia. Hermanos de sangre y de secta
distribuyéndose canonjías. Ambos sectores ejerciendo un absolutismo grosero en
cada uno de los partidos y/o sectas que lo integran. Hay partidos en la MUD que
practican en lo interno lo que critican a los demás ¿desde cuándo no se
renuevan democráticamente las estructuras partidistas de los principales
partidos oposicionistas? ¿Cómo reaccionaran los militantes de algunos de ellos
cuando se ejerza la secretaría general bicéfala entre cónyuges, en uno ¿Cómo se
distribuirán los cargos legislativos entre los provenientes de fuerzas
ideológicas tan disímiles, en otro? Y por último, ¿hasta cuando se seguirá
practicando el manejo a distancia de partidos regionales, con distorsiones
nepóticas también, con pretensiones de constituirse nacionalmente?
Todo
indica que continuaremos con las autoridades del CNE con mandato prolongado o
con una composición ventajista a favor del régimen. Seguiremos con la Sala
Constitucional y Electoral del TSJ sin modificación alguna, cuyas consecuencias
son inefables y predecibles. Seguiremos con la Contraloría General de la
República ejercida por una interina casi con rango perpetuo. Por último, tanto
la Fiscalía General de la República y la Defensoría del Pueblo seguirán con las
mismas ejecutorias.
Todo
acontecimiento histórico, la Crisis Nacional que padecemos así lo ratifica,
está determinado por un gran número de causas concurrentes y entrelazadas. A
menudo es muy difícil decidir la mayor o menor influencia de cada uno de estos
factores.
Los precedentes históricos son siempre necesarios en la hora de analizar
las situaciones puntuales que se presentan. Así ha sido y será hasta el final
de los tiempos. Nicolás Maquiavelo (1469/1527) quien no era simpatizante de la
revolución del siglo XXI, aunque si sustento de muchos “aprendices de brujo”,
glorifico la omnipotencia del Estado y subordinó enteramente los principios
éticos y morales de la vida pública a las necesidades políticas del estado. Con
ello se convirtió en principal defensor
de la política de poder.
Casi
todos los tratadistas constitucionalistas, jurídicos y políticos reconocen el
derecho de resistencia en los casos excepcionales de usurpación o flagrante
abuso de poder. Montesquieu afirmó que “Una experiencia externa ha demostrado que
todo hombre investido de autoridad puede abusar de ella; irá cada vez más allá
hasta que encuentre una barrera”.
Los
venezolanos nos encontramos, no ante una barrera, frente a un muro de
contención aparentemente bien cimentado y con apoyo milico. Para evitar tal
abuso es necesario que el poder se vea contrapesado por el poder.
Jose
Rafael Avwndaño Timaury
cheye@cantv.net
@CheyeJR
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