ADALBERTO ORTA, LAGRIMAS E IMPUNIDAD, GOTAS DE ALBORADA

La preocupación del gobierno del presidente Nicolás Maduro por la detención del general Carvajal, alias el pollo, fue autentica, sincera y de rápidos movimientos crematísticos con el gobierno Holandés. 

El resultado: su liberación, con el añadido de “persona no grata” y  mantenimiento de jugosas negociaciones para  ambos gobiernos. Eficiencia en Aruba. 

Mientras esto pasaba en las alturas del poder y del dinero; en un rincón de la patria bolivariana: Juanita la hija de Juana, la Sra. que vende café y empanaditas para mantener a sus 5 hijos, se encuentra en un ataúd en la sala del rancho donde vivía, su madre y hermanos lloran desconsoladamente, los vecinos lamentan la muerte de la hija mayor de Juana, quien esperando una unidad de transporte para ir a su hogar después de un largo día de estudios en la universidad, tres antisociales la abordaron para quitarle el celular, que con tanto sudor, esfuerzo y ahorros le había regalado su madre el día de su cumpleaños. 

Los  jóvenes delincuentes, le arrebatan su tesoro y con saña le disparan 5 veces en la humanidad de juanita. Se nos va el futuro, se marchó la esperanza de Juana, el ejemplo de 4 hermanos se disipa en la realidad venezolana. Solo quedan lágrimas, frustración y un sabor amargo por la impunidad reinante en el país o bien podríamos llamar: “hechos en revolución”. 

En otro punto cardinal de Venezuela, se observa en una farmacia a un señor de unos 50 años aproximadamente buscando unos medicamentos para llevarle a un hermano que se encuentra recluido en la terapia intensiva de un centro hospitalario, son ya 3 días que el señor Pedro hace gira por distintas comunidades buscando  lo recetado por los médicos a su hermano. Cesar el hermano de Pedro, estando en su casa recibió la visita de unos hampones quienes después de cargar con todos sus enseres y aparatos eléctricos le torturaron y golpearon enloquecidamente en todo su cuerpo para que Cesar les diera un “supuesto dinero” que ellos aseguraban debía tener escondido en algún lugar de su vivienda. 

Pedro termino su ronda nunca encontró la medicina, a Cesar se le fue la vida. En ambos sucesos no hubo justicia, los fiscales del Ministerio Publico y su jefa andaban muy atareados imputando a jóvenes estudiantes que ejercieron su derecho constitucional a manifestar pacíficamente. 

El Sr Presidente no conoció de estos casos ni de otros cientos que suceden con frecuencia, pues su ocupación y preocupación era solo para su pana Carvajal. 

A cada quien le duele lo suyo.  La pobreza, los pobres solo cuentan para el engaño oficial y su utilización en los carnavales electorales. 

El régimen vende un futuro que nunca llega, como el bodeguero que hace realidad “hoy no fio mañana si”. 

Quienes sí vieron y ven el esplendor de la solidaridad automática del gobierno que hace pobres, trae miseria, deja endeudamiento, hipoteca el futuro, son los “enchufados” que hacen los grandes negocios de venta de armas y alimentos. Esos que se fueron al festín de CADIVI y la Sra. Fiscal General no ¡puede! No! No! No! Publicar la lista y nombres. 

A los privilegiados ni con el pétalo de una rosa. Al Sr presidente le dolió  la detención del pollo en la isla de Aruba, poco pareciera importarle si lo afirmado por instituciones de los Estados Unidos sobre relaciones con carteles de drogas y otras menudencias, es cierto o no. Murió Juanita la hija de Juana la que hace café y vende empanadas. Murió Cesar el hermano de Pedro. Dos familias pobres con una misma tragedia. 

El presidente esta alegre, el pollo esta libre! Así es que se vive en Venezuela, entre lágrimas e impunidad.

Adalberto Orta

Orta.adalberto@gmail.com 

@adalbertomas

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