La
gente que está mandando no entiende la realidad que vivimos. Insisten en mantener
un marco ideológico retrogrado, el cual
le impide conducir al país hacia el desarrollo. No muestran interés en
reconsiderar y aceptar el fracaso.
Adicionalmente, los recursos humanos que
dirigen sus políticas no son idóneos, ni preparados, ni calificados para
conducir el país; es cuestión de evaluar sus ministros: Entonces, nuestro
futuro durante este período gubernamental será negro y feo, muy feo, con las
consecuencias pertinentes a corto, mediano y largo plazo.
Como asunto curioso, siguen reproduciendo ese
melodrama para tratar de convertir en santo, en súper héroe, en pro hombre, en
magnifico, en inigualable, en padre de la patria, en leyenda, en mito, al
hombre que nos ha llevado al barranco; valiéndose del populismo preñado de
despilfarro en una economía improductiva. No dejan de transmitir su imagen como
si estuviera mandando; lo ponen a cantar el Himno y no pierden oportunidad de
nombrarlo en cuanto sarao inventan como
si fuera San Miguel Arcángel en una especie de idolatría, que no aguanta el
examen de la historia y le coloca como un pésimo gobernante, “duélale a quien
le duela.”
A
toda hora le prenden una velita: hasta los politiqueros, santeros, espiritistas
y seguidores del baile van a fumar tabaco y llevan reliquias al “cuartel de la
montaña” para cumplir promesas y elevar peticiones como si estuvieran en
procesión por La Meca, mientras sus descendientes nadan en una extraña fortuna,
que no se logra con un sueldo de Presidente ni nada por el estilo; pero que
dejaron atrás aquellos episodios de catanare,
neveras vacías en una casita para oficiales, falta de lujo, etc., y le
han dado paso a vestidos comprados en Nueva York , viajes a todas partes como
si se estuviese yendo al mercado del pueblo, posesión de vehículos que no tiene
casi nadie, joyas, propiedades y todo
eso, suficientemente reseñado en el periodismo de investigación.
Todo
contrasta con los cuentos del arañero manipulador, pero ya esa historia se irá
resquebrajando en la medida que se deteriore la calidad de vida y la mayoría de
la gente se quite la venda de los ojos., se quite la mordaza imaginaria y grite
que es un fiasco.
¿Hasta cuando un país puede aguantar esa manera de gobernar sin piso, sin planificación como si estuvieran en el escenario de un circo? -se pregunta uno-.
Es
un escenario, donde sus actores pierden la compostura y entonces podemos ver a
un General de la República en una sesión solemne -en la Asamblea Nacional,
ustedes saben-, violando la constitución; expresando a todo gañote que son
chavistas y pasándose el articulo 338 por la frente: Cosa peligrosa, porque de
militares revolucionarios pululando por todas partes, vendiendo papas, copiando
malos ejemplos de pésimos políticos, pueden pasar al gorila más ortodoxo. Pero,
no hay visión para ver con profundidad eso, en estos políticos revolucionarios
que se aprendieron al caletre un manualito leninista sobre comunismo.
Luis
Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
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