“La
pobreza es la peor forma de violencia” Mahatma Gandhi (1869 – 1948), Abogado,
pensador y político hindú.
Los
que mueren de hambre en Venezuela, como consecuencia de la pobreza crítica, son
seres, indiscutiblemente, asesinados por efectos de la corrupción revolucionaria, la cual avanza a paso de
vencedores, en medio de la bonanza petrolera más gigantesca y prolongada de
nuestra historia patria. No hay otra explicación.
La
violencia desatada en el país y que amenaza con la estabilidad de la sociedad
en su conjunto, es sin temor a equívocos, producto del fracaso de las políticas
sociales del gobierno, autocalificado de socialista, humanista, cristiano y
revolucionario. La pobreza extrema, crece en forma proporcional a la riqueza
que “administran”. Una inexplicable contradicción, sólo justificable por la
incapacidad y la corrupción. No hay otra explicación.
La
devaluación continuada e indetenible, el desabastecimiento y el fracaso de las
misiones MERCAL, PDVAL y Barrio Adentro, presionan la salvaje inflación, la
cual, acrecientan la pobreza extrema y, esta a su vez, exacerba la violencia
que ya se tornó criminal, aterrorizando a la colectividad, que ya no puede
salir a la calle con la seguridad, que volverán sanos y salvo al hogar. No hay
lugar seguro. Una situación que no tiene explicación en una llamada revolución
socialista. Estamos mal y vamos peor.
En
la llamada revolución, ya es inocultable e innegable, que se enseñorearon
el hambre, la necesidad y la miseria.
Muchos venezolanos no logran completar los tres golpes y lo peor existen seres
que se van a la cama, con el estómago pegado al espinazo. Los que no mueren de
hambre, se ven obligados a la mendicidad, recoger algo de comer en la basura y
otros apelan a la violencia, para lograr alimentarse. Un insólito drama en un
país rico, con gente viviendo en pobreza extrema y, muriendo de mengua. No hay
explicación.
Los
que somos luchadores sociales, que visitamos los sectores populares, podemos
hablar con propiedad, de la existencia de la pobreza extrema. La muerte de
pobres por desnutrición, es un asesinato de la corrupción en revolución y lo
peor, cuando el pobre asiste a los centros de salud públicos, no hay
condiciones en la infraestructura y faltan los insumos. El personal médico hace
lo humanamente posible, pero no milagros. Botones de muestra. Los mercalitos no
reciben mercancías desde el 18 de diciembre del 2013 y el hospital de El Tigre,
tiene 2 años con los quirófanos inhabilitados porque los están remodelando. Hay 6.000 intervenciones quirúrgicas en espera. Eso no tiene
explicación.
Es
obvio, entonces, que el país requiere un sacudón, en el entendido de que, nada
cambiará, mientras el poder continúe en manos de una minoría privilegiada que
habla de revolución y, lo que realmente existe, en todos los rincones del país,
es pobreza, que es la peor forma de violencia y, todo como consecuencia, de la
corrupción e incompetencia de la revolución. Hay que despertar y reaccionar. No
hay otra opción.
José “Cheo” Salazar,
sjose307@gmail.com
Cheotigre
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