sábado, 26 de julio de 2014

EUGENIO MONTORO, LA EMIGRACION DE LOS ÁNGELES


         Hace poco celebramos en Valencia los 50 años de graduación de bachilleres del colegio salesiano Don Bosco. Era la primera vez que nos veíamos luego de 50 años y entre sorpresas y risas volvimos al recuerdo de aquellos días lejanos e inmensamente divertidos.
         
Quisiera al estilo llanero referirme al evento en dos golpes. Uno que encarna nuestra absurda cotidianidad y el otro golpe, el importante, que desdibuja nuestro futuro como Nación.
         Golpe 1. Por alguna razón casi todos los vuelos salen a la misma tempranísima hora de Maracaibo. El desorden evidencia la poca oferta de pasajes y junto a la falta de aire acondicionado lo convierte en una experiencia interesante.
 El aeropuerto de Valencia es una especie de Iglesia. Los santos son Bolívar, Chávez y Maduro. Fotos y frases por doquier en su fondo rojo y hasta un himno militar está completo en la pared con su pegajoso estribillo de “Patria, patria, patria querida”.
         Nos dijeron que en Valencia vendían algunas cosas escasas en Maracaibo así que las buscamos. Nada, la peladera ya es pareja. De regreso, las jóvenes que atienden el vuelo están obligadas a hacerte un interrogatorio de si llevas jabón, detergente, desodorante y otras pendejadas que uno se imagina destinadas a evitar el bachaqueo aéreo entre regiones del país.
         Como ya es de costumbre el vuelo programado para llegar a Maracaibo a las 9 p.m. llego a la 1 a.m. del día siguiente. Ya no había taxis así que tuvimos que esperar una hora adicional para conseguir uno.
         Nada nuevo en la estúpida dinámica revolucionaria, pero uno llega a casa tremendamente cansado y molesto.
         Golpe 2. El reencuentro comenzó con una Misa en el mismo colegio. Emocionante estar allí. Recuerdos por cantidad. Luego en un club, el brindis, un buen almuerzo y mucho compartir. Anécdotas y chistes. Botones de recuerdo.
         Buena cosa pero también con su cuento escondido y terrible. Casi todos veníamos de historias parecidas. Padres de negocios u oficios que levantaron una familia con mucho esfuerzo. Querían que sus hijos (nosotros) estudiaran en un buen colegio y así fue. Al salir como bachilleres la mayoría de nosotros hizo carrera profesional. Ingenieros, médicos, odontólogos. Otros atendieron los negocios de la familia pero, sin excepción, repitieron la enseñanza. Familia e hijos bien atendidos y que asistieran a un buen colegio. Así lo hicimos y multiplicamos la población de nuevos profesionales.
         Ellos también copiaron la lección de fabricar un buen hogar y tener hijos a los que educarían con esmero.
         Pero la historia empezó a cambiar y el país de progreso y esperanza se convirtió en uno sin oportunidades de empleo, de absurda inflación y de gran inseguridad.
         Todos mis amigos del reencuentro tenían uno o varios hijos que emigraron. Abandonaron el buque que se hunde. Se rompió la tradición que crearon sus abuelos. Nuestros ángeles volaron. Otro logro de los idiotas comunistas.
Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.