ALFREDO SCHMILINSKY OCHOA, EL GRAL. CARVAJAL

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Y ustedes, sin que se lo pidan dos veces, se hacen eco inmediatamente de lo que diga Washinton. Es decir, de lo que digan unos santurrones que jamás han dicho una mentira ni asesinado a nadie, los pobres. 

Lo de Carvajal fue un brutal ataque contra la soberanía de nuestro país, y como venezolanos, si es verdad que lo somos y tenemos un poquito de dignidad nacional, tenemos el deber y hasta la obligación de rechazarlo de la manera más enérgica e inequivoca posible, sin que quede la menor duda al respecto. 

Por mi parte, si algo le critico al gobierno en relación con este humillante asunto, es el no haber llamado inmediatamente a nuestro embajador en Holanda. Y en cuanto a Aruba, no volver a designar un representante diplomático en esa colonia. Colonia que una vez permitió -colonia al fin- que unos aviones de los EE.UU. violaran nustro espacio aéreo por los alrededores de la Orchila. No, una cosa es el gobierno y otra muy distinta es el país.

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¿Tienen ustedes alguna prueba de que Carvajal estuvo incurso en el delito que los Estados Unidos le atribuye? No la tienen. Y entonces por qué afirman que no es un angelito. Sencillamente, porque los gringos lo dicen y eso para ustedes es el evangelio. Si esos criminales del norte en lugar de estar acusando al general lo estuvieran elogiando, con toda seguridad ustedes también lo estuvieran haciendo. Fíjense lo hipócrates que son estos malditos. Ahora mismo, a raíz de este incidente, un senador norteamericano está pidiendo sanciones contra Venezuela. Es decir, que por un supuesto delito de narcotráfico, un delito que no han podido probar, quieren sancionar a nuestro país. Pero en cambio, están apoyando abierta y descaradamente la masacre que el gobierno sionista y  genocida de Israel está perpetrando contra el pueblo palestino. Pero no es únicamente eso. Es que también con la detención del diplomático venezolano se perpetró un alevoso atentado contra nuestra soberanía. Hecho que al parecer a ustedes les importa un comino. De allí que debían tener el coraje de sincerarse y decir, "sí, yo soy pro-gringo y por eso apoyo todas las atrocidades que esos gobiernos de asesinos y ladrones cometen contra pueblos indefensos. ¡Vivan los Estados Unidos! ¡Abajo Venezuela! Eso es lo que debían hacer, porque hasta cuando disimulo. Y esta es la última vez que me dirija a ustedes, porque realmente, dan asco.  

Alfredo Schmilinsky Ochoa

alfredoschmilinsky@hotmail.com

@alfredosch

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