sábado, 28 de junio de 2014

JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO), LA CARTA DE MADURO

Ustedes se imaginan a Nicolás, asomado a media noche en el Balcón del Pueblo, en pijamas, restregándose los ojos para poder darle crédito a lo que está viendo y oyendo: Giordani y Navarro -ataviados como charros mexicanos, guitarrones en mano, cantando a dúo y a todo gañote, dándole tremenda serenata:

"Cuando recibas esta carta sin razón/Maaaduro/Ya sabrás que entre nosotros todo terminó.

Si no la des en recebida por traición/Maaaduuuro/Te devuelvo tu palabra/Te la vuelvo sin usarla/ Y que conste en esta carta que acabamos de un jalón.

No me escrebites/Y mis cartas anteriores no sé sí las recebites/Tú me olvidates/ Y mataron mis amores el silencio que les dites.

A ver si a ésta sí le das contestación/Maaaduuuro/Del amor pa' que te escribo/Y aquí queda como amigo/Tu afectísimo y atento y muy seguro servidor.

Cuando recibas esta carta sin razón/Maaaduuuuro/Ya sabrás que entre nosotros todo terminó.

Si no la des en recebida por traición/Maaaduuuro/Te devuelvo tu palabra/Te la vuelvo sin usarla/Y que conste en esta carta que acabamos de un jalón.

No me escrebites/Y mis cartas anteriores no sé sí las recebites/Tú me olvidates/ Y mataron mis amores el silencio que les dites.

A ver si a ésta sí le das contestación/Maaaduuuro/Del amor pa' que te escribo/Y aquí queda como amigo/Tu afectísimo y atento y muy seguro servidor".

La canción de Pedro Infante fue la primera que me vino a la mente después de leer sendas cartas. ¡Ah, los políticos! Nos vieron cara de (...). Ahora resulta que Giordani, el padre de la debacle económica que vivimos, escribe para lavar sus culpas. Para, quizá, atribuírselas a otros y decir que desde hace años venía alertando sobre corrupción y esas otras cosillas que ahora, cuando ya no está en el Gabinete porque Maduro lo sacó, parecen adquirir otro nivel de importancia. Y Navarro lo apoya y también redacta su cartica, consciente de que el papel aguanta todo. Hasta las más burdas mentiras, crueles verdades y arrepentimientos.

Son muchas las lecturas e interpretaciones que se le pudieran dar a la esquela de Giordani; que, por cierto, no sé si ustedes coincidirán conmigo, no hay nada más cursi que despedirse con una epístola. No sé si será una práctica comunista histórica que los más recalcitrantes representantes de esta corriente ideológica utilizan. Pero, hablando del personaje en cuestión, recuerdo que la suerte me proporcionó la posibilidad de entrevistarlo un par de veces. Y una de las cosas que más llamó mi atención fue que se descomponía, se volvía un etcétera, cuando se le tocaba el tema de la fuga de capitales. Nunca supo explicar el fenómeno. Y los empresarios hicieron lo que era de esperarse ante semejante escenario: no invertir más en el país.

El contenido de la carta encierra una gran lucha intestina dentro del poder político del chavismo; pero, con repercusión en lo económico. Cuando Chávez vivía lograba controlar los arrebatos de locura comunista exacerbada. Y era el propio Chávez quien terminaba decidiendo y comunicando lo que se haría. La carta de Giordani  plantea la existencia de una especie de polit bureau, como había en la antigua URSS; solo que, a diferencia de aquella, las decisiones no se toman de forman consensuada, sino cada quien dice, en el escenario que se le ocurra, su determinación. Un ejemplo de esto fue cuando Rafael Ramírez anunció la convergencia cambiaria donde le dio la gana, fuera de Venezuela y con supuestos inversionistas. Eso, por supuesto, no lo consultó con Nicolás Maduro.

La carencia absoluta de liderazgo en el Gobierno es evidente. Entonces: ¿quién toma las decisiones en materia cambiaria? ¿Quién controla Pdvsa y al BCV? ¿Quién audita el gasto público que repercute en el manejo político? Maduro, gasta, gasta y gasta ¿y quién audita eso? Estamos, posiblemente, frente al caso generalizado más grande de corrupción en la historia política del país. Tan es así que, hasta la contralora encargada de la República, Adelina González, acaba de soltar detallazos que uno no sabe si también forman parte de una probable despedida: "la tragedia nos arropará si no actuamos contra la corrupción". Incluso llegó a decir que la carta de Giordani es "una reflexión con tristeza por todo lo que no se pudo hacer". ¿En 15 años? ¡Tiempo de sobra fue lo que tuvo Giordani!

Para colmo de males, no deberíamos descartar que vengan más cartas que, para lo que están sirviendo,  es para seguir corriendo la arruga. La misiva de Navarro es para respaldar a su socio ideológico; pero, exige investigar a la extinta Cadivi. Lo insólito es que le pide a Maduro que se comporte como un estadista. ¿Cómo le puede pedir eso? ¿Acaso no recuerda cuáles son los atributos que debe ostentar un estadista? Navarro acusa que Maduro despreció las propuestas de Giordani.  Y no acepta que cataloguen a su amigo de traidor.

Falta la carta de Maduro, porque lo cortés es responderlas. ¿Cuándo escribes la tuya, Nicolás?

José Domingo Blanco (Mingo)
mingo.blanco@gmail.com
@mingo_1

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