Deseo comenzar con el apoyo de la famosa
frase de Gonzalo Barrios “cuando estalle la paz”, para referirme a la necesidad
y consecuencias del momento cuando se prenda la mecha de la paz, tanto en
Colombia como en Venezuela, la cual, a mi entender, se vislumbra a mediano
plazo.
En Colombia, para el venidero 15 de junio se
realizará la segunda vuelta para las elecciones presidenciales, las cuales, de
acuerdo al rumbo de la corriente del rio y sus afluentes, darán el triunfo al
candidato Óscar Iván Zuluaga, sobre lo cual se adelanta, con válidas
razones, Carlos Alberto Montaner
(Republicano Liberal. 02/06/2014).
Desde ya, el candidato Zuluaga recibe gran
apoyo, no sólo por el respaldo de una gran mayoría de los colombianos deseosos
de una paz duradera, sino de muchos países del Continente Americano y de
significativos países en Europa, sin descartar países Asiáticos y del Medio
Oriente.
Los pueblos, aceptando la imperfectibilidad de la democracia, viven en una eterna esperanza y no se equivocan ante quien les ofrezca la satisfacción a sus necesidades, pero tampoco se equivocan al quitarle inmediato respaldo a quien incumplió. Por ello, José Manuel Santos después de obtener un importante triunfo con más del 70%, los resultados de la primera vuelta en las lecciones demostró que ese mismo l pueblo le rebajó el apoyo a tan sólo un 25%, razón de peso para augurar el triunfo de otro más ……… con nuevas ofertas.
Así se mueve el péndulo en el reloj de la
política.
En Venezuela, a pesar de la incertidumbre que
se está viviendo, por la situación actual que todos conocemos y padecemos, la
“voz y la sangre de la juventud”, abrió, poco a poco pero con mucha firmeza, no
una rendija, sino una gran puerta por donde, ya se presiente el vertiginoso
descenso, por un tobogán, de un sistema
de gobierno que es ingobernable para quienes lo tratan de mantener y de lograr
apoyo exterior. Cada día se siente el
rotundo fracaso de un sistema político que no tiene base de sustentación ni
apoyo en un pueblo que no cambiará las imperfecciones de la democracia por un
pretendido “perfecto comunismo”.
No hay manera de que el pueblo venezolano
cambie su condición y vivencia como seres humanos por una condición y vivencia
como robots. Está demostrado que la democracia, con todas sus imperfecciones,
es el mejor camino para “sustentar el orden democrático como único e
irrenunciable medio de asegurar los derechos y la dignidad de los ciudadanos, y
favorecer pacíficamente su extensión a todos los pueblos de la Tierra”.
(1)
Seguros del próximo y pronto estallido de Paz
en ambos países, no esperemos que de un día para otro el camino esté lleno de
flores, por el contrario, encontraremos muchos obstáculos y grandes espinas que
solamente la voluntad y el esfuerzo conjunto y unitario nos permitirá
apartarlos para construir la Patria por la cual luchó y murió el Libertador de
las dos naciones. La unidad de los
colombianos, la unidad de los venezolanos y la unidad de los dos pueblos, en
aras de la consolidación de la democracia, será el elemento catalizador para
hacerla fecunda en otras naciones.
(1)Preámbulo de la Constitución Nacional de
la República de Venezuela.1961
Daniel Chalbaud Lange
vonlange1939@gmail.com
@danielchalbaudl
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