El
difunto Chávez solía con mucha frecuencia citar en sus cadenas de televisión,
que casi a diario realizaba, a Noam Abranham Chomsky, filósofo estadounidense
al que admiraba profundamente y citaba párrafos de algunas de sus obras, no
propiamente por su identidad estructural acerca de la lingüística moderna de su
autor, sino más bien porque en el terreno político provocaba frecuentes
polémicas con sus denuncias del imperialismo de su país, desde el comienzo de
la guerra de Vietnam y sus reiteradas críticas al sistema político y económico.
En
el año 2006, Chávez recomendó a la Asamblea General de las Naciones Unidas
(ONU), el libro de Chosky “Hegemonía y Supervivencia: El dominio mundial de los
EE.UU”. Su autor en varias ocasiones se entrevistó con el extinto, con quien
departía largamente acerca de la política exterior de su país y el llamado
Nacional Socialismo, que a su juicio en un futuro con toda probabilidad se
impondría en los Estados Unidos.
Pero
lo que más asimiló Chávez de Chomsky, fue la lista de las “10 Estrategias de
Manipulación” a través de los medios de comunicación, que comenzó a poner en
práctica para que su anhelado Socialismo del Siglo XXI se llevara a cabo sin
contratiempos, como en efecto lo hizo hasta sus últimos días y que ahora su
heredero Nicolás Maduro sigue al pie de la letra y con no bien disimulado
esfuerzo, para no solo atropellar los derechos humanos, abusar del poder y
llegar a extremos inauditos de insultar groseramente a sus adversarios, en
medio del aplauso de sus corifeos que con desgañitados gritos alientan sus
discursos (¿),
Un
amigo con el que suelo cambiar impresiones acerca de los últimos
acontecimientos que están ocurriendo en nuestro desgarrado país, al tocar el
tema, soltó una frase que es lugar común en el venezolano:”No se le puede pedir
peras al olmo”. Y ciertamente, porque en un Jefe de Estado debe privar el
respeto, discreción, cordura, juicio, moderación cautela, mesura y compostura.
Debe respetar a sus gobernados, a quienes lo eligieron y también a sus
adversarios políticos, sea cual fuere su tendencia.
Pero,
a estas alturas es como difícil que quienes están acostumbrados a la violencia,
el odio, la exclusión y el resentimiento, hagan uso de las normas que en una
sociedad civilizada se acostumbra.
El lector preguntará: ¿Cuáles son las 10 estrategias de manipulación mediática, de Chomsky?. He aquí la repuesta para que saque sus propias conclusiones:
1.
La estrategia de la distracción. El elemento primordial del control social es
la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público
de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites
políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de
continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La
estrategia de la distracción es igualmente indispensable, para impedir que el
público muestre interés por los conocimientos esenciales, en el área de la
ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética.
”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas
sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público
ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja
como los otros animales (cita del texto “Armas silenciosas para guerras
tranquilas”).
2.
Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado
“problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista
para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de
las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o
se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin
de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en
perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer
aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el
desmantelamiento de los servicios públicos.
3.
La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida
inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años
consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente
nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990:
Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa,
salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran
provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4.
La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular
es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación
pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un
sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no
es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la
tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el
sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para
acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue
el momento.
5.
Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad
dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación
particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el
espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más
se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono
infantil. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad
de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá,
con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un
sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas
silenciosas para guerras tranquilas”)”.
6.
Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto
emocional es una técnica clásica para
causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido
critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro
emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o
injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir
comportamientos… Diosdado Cabello: “Al matar a Maduro, la derecha vendrá por ti
y tus hijos”. Maduro: “Asesinos les dije, asesinos se quedaron” o “No me piden
que libere a Simonovis”,(ipse dixit)
7.
Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea
incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control
y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales
inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia
de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales
superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores
(ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
8.
Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público
a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…
9.
Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el
culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su
inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de
rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se
culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición
de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!
10.
Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el
transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han
generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos
poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la
neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un
conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como
psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de
lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos,
el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor
que el de los individuos sobre sí mismos.
¿Comprende ahora el amigo lector, el por qué de los mensajes que transmite el régimen a través de las emisoras y TV públicas, y las repetitivas y cansonas monsergas de sus voceros, desde Maduro hasta los llamados colectivos?.
“Más
claro, no canta un gallo!!!
Carlos
E. Aguilera A.,
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
Miembro
fundador
del
Colegio Nacional de Periodistas
(CNP-122)
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