jueves, 12 de junio de 2014

CARLOS E. AGUILERA A., LA INFLUENCIA DE CHOMSKY EN EL CHAVISMO


El difunto Chávez solía con mucha frecuencia citar en sus cadenas de televisión, que casi a diario realizaba, a Noam Abranham Chomsky, filósofo estadounidense al que admiraba profundamente y citaba párrafos de algunas de sus obras, no propiamente por su identidad estructural acerca de la lingüística moderna de su autor, sino más bien porque en el terreno político provocaba frecuentes polémicas con sus denuncias del imperialismo de su país, desde el comienzo de la guerra de Vietnam y sus reiteradas críticas al sistema político y económico.

En el año 2006, Chávez recomendó a la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el libro de Chosky “Hegemonía y Supervivencia: El dominio mundial de los EE.UU”. Su autor en varias ocasiones se entrevistó con el extinto, con quien departía largamente acerca de la política exterior de su país y el llamado Nacional Socialismo, que a su juicio en un futuro con toda probabilidad se impondría en los Estados Unidos.

Pero lo que más asimiló Chávez de Chomsky, fue la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios de comunicación, que comenzó a poner en práctica para que su anhelado Socialismo del Siglo XXI se llevara a cabo sin contratiempos, como en efecto lo hizo hasta sus últimos días y que ahora su heredero Nicolás Maduro sigue al pie de la letra y con no bien disimulado esfuerzo, para no solo atropellar los derechos humanos, abusar del poder y llegar a extremos inauditos de insultar groseramente a sus adversarios, en medio del aplauso de sus corifeos que con desgañitados gritos alientan sus discursos (¿),
Un amigo con el que suelo cambiar impresiones acerca de los últimos acontecimientos que están ocurriendo en nuestro desgarrado país, al tocar el tema, soltó una frase que es lugar común en el venezolano:”No se le puede pedir peras al olmo”. Y ciertamente, porque en un Jefe de Estado debe privar el respeto, discreción, cordura, juicio, moderación cautela, mesura y compostura. Debe respetar a sus gobernados, a quienes lo eligieron y también a sus adversarios políticos, sea cual fuere su tendencia.

Pero, a estas alturas es como difícil que quienes están acostumbrados a la violencia, el odio, la exclusión y el resentimiento, hagan uso de las normas que en una sociedad civilizada se acostumbra.

El lector preguntará: ¿Cuáles son las 10 estrategias de manipulación mediática, de Chomsky?. He aquí la repuesta para que saque sus propias conclusiones:

1. La estrategia de la distracción. El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.

La estrategia de la distracción es igualmente indispensable, para impedir que el público muestre interés por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto “Armas silenciosas para guerras tranquilas”).

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una  técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos… Diosdado Cabello: “Al matar a Maduro, la derecha vendrá por ti y tus hijos”. Maduro: “Asesinos les dije, asesinos se quedaron” o “No me piden que libere a Simonovis”,(ipse dixit)

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

¿Comprende ahora el amigo lector,  el por qué de los mensajes que  transmite el régimen a través de las emisoras y TV públicas, y las repetitivas y cansonas monsergas de sus voceros, desde Maduro hasta los llamados colectivos?.

“Más claro, no canta un gallo!!!

Carlos E. Aguilera A.,
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
Miembro fundador
del Colegio Nacional de Periodistas
(CNP-122)

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