jueves, 22 de mayo de 2014

PEDRO R GARCÍA, EL MINISTERIO PUBLICO Y SU ROL ÉTICO FRENTE A LA CORRUPCIÓN.

Los cambios sufridos por el sistema y sus dinámicas funcionales al encauzarse la acción del combate contra la corrupción a través de la Fiscalía. 

En los años de Democracia se entendía la corrupción como un mal que había que combatir y a pesar de la permisibilidad de los tribunales especiales, se desplegaba un sistema dinámico de denuncias llevadas adelante por múltiples actores, voceros de la oposición partidista, comunicadores sociales, investigadores independientes…ejercían la denuncia contra el funcionario público. Con el advenimiento de la “revolución”, se entendió la corrupción como una enfermedad congénita e incurable que sólo se erradica eliminando las instituciones pervertidas.  El Estado constituido, de oficio, es quien ejerce la acción exterminadora sobre sus propias instituciones.  Es asunto, por tanto, del Estado vs. La Sociedad Política.  En el campo de la política real con el nuevo marco normativo, la función expresa de la acción de Salvaguarda (prevenir, responsabilizar, perseguir y sancionar: LOSPP 1982: Art. 1), depende caso que exclusivamente de la voluntad del Ministerio Público, titular y protagonista por excelencia de la acción penal en delitos contra la Cosa Pública. (COPP 1999: Art.11).
Desde el punto de vista del sistema político venezolano acostumbrado en su tradición devenido del acuerdo de conciliación de Elites (Pacto de Punto-fijo) a repartir las figuras del contralor y el fiscal entre los partidos de gobierno y oposición, pero a partir de 1998, el protagonismo del Fiscal adquirió especial relevancia estratégica.  Él selecciona ahora cuáles casos llevar adelante, decide cuáles personalidades públicas de alta jerarquía acusará ante el tribunal Supremo de Justicia. 
La subordinación ideológica y funcional que ha operado en estos últimos 15 años de la institución al régimen de turno, ha develado que  los valores como mecanismo de contención moral están debilitados, tanto los convenidos históricamente en la sociedad, como los profusos procedimientos normativos de inexcusable aplicación y acatamiento no son empleados en la sociedad especialmente en la función publica.
Las cosas, no son buenas o malas en si mismas; son los hombres los que le dan el valor a los entes que los rodean. Tal como lo señala García Lorente, al desarrollar los fundamentos morales de la metafísica, en cada hombre hay una conciencia moral. "La conciencia moral contiene dentro de si un cierto numero de principios en virtud de los cuales los hombres rigen su vida y por otra parte tienen en ellos una base para formular juicios morales acerca de si mismos y de cuanto les rodea... (García Morente, “Lecciones preliminares de filosofía, EDT Losada, As 1996).
El constructivismo ético reúne dos corrientes principales: las que focalizan la atención en las funciones sociales de la moral, como Hobbes, y los que como Kant enfocan el análisis hacia los presupuestos formales del razonamiento moral. O tal vez si pensamos en Fuller relacionemos a la moral con el derecho y dentro de el, la moral del deber y la moral de la aspiración y como estos muchos intelectuales. En todas las épocas y en todas las corrientes de pensamiento este ha sido una temática ineludible.
No pretendemos aquí alcanzar un progreso filosófico, que de respuestas a todas las cuestiones ni mucho menos; nuestro objetivo es mas humilde persigue trazar interrogantes que nos motiven a la reflexión en esta hora menguada del país. Que por nuestra propia convicción a nuestras diversas expresiones sociales nos permita alcanzar un entendimiento mínimo de como puede mejorarse el rol que juega la moral en el ejercicio de la función publica, el sustrato del derecho que se aplica no corresponde al que esta consagrado. Se han dado muchas definiciones para aprehender el concepto de ética. Nos parece apropiado introducirnos al tema con la definición de Gómez Robledo: "La ética es la filosofía practica, pero no es practica porque contenga una serie de preceptos concretos sobre la conducta humana, no porque sea una casuística sobre que es hoy mas o menos lo que entendemos por moral sino porque siendo tan especulativa como la primera su especulación tiene por objeto la actividad del hombre enderezada a la realización de valores morales o dicho de otro modo a la consecución del bien específicamente humano".(Ética Nicomaquea, Política de Aristóteles). Etimológicamente ética deriva del vocablo griego ethos, que significa costumbre. Moral a su vez viene del termino latino more que significaba también costumbre, de allí las confusiones que se presentan en el uso de los vocablos. Se dice que la ética nace en Grecia. Los presocráticos ya desarrollaron algunos aspectos éticos, por ejemplo Democrito. Aunque para muchos el verdadero fundador de la ética fue Sócrates seguido por su discípulo Platón, siendo valorizada y difundida a partir de la obra de Aristóteles. Históricamente su función fue adjetiva no sustantiva. Es a partir del periodo helénico que se instauro como una doctrina de las costumbres. Los interpretes filosóficos investigaron a partir de ese momento, el obrar de la conducta humana. Un breve vuelo nos permite ver su evolución sintetizando algunos pensamientos sobre ella. Sócrates por oposición al escepticismo considero el problema ético como inserto en la necesidad de perfección del hombre fundado en un conocimiento verdadero del bien. Aristóteles por su parte, fue quien ordeno y sistematizo a la ética como verdadera disciplina. Para el la virtud era el determinado modo de ser de una cosa. Desarrolla la idea de virtud como una cualidad propia e intransferible del ser humano, decía que es el poder que caracteriza de modo específico al hombre. La virtud es un habito, una cualidad que depende de nuestra voluntad consistente en este medio que hace en relación a nosotros y que esta codificado por la razón en la forma en que lo regularía un verdadero sabio. La virtud es un medio entre dos vicios. Aristóteles distingue entre las virtudes éticas y las virtudes dianoeticas, las primeras relacionadas al hombre en su vida practica persiguiendo un fin constructivo social, los atributos mas estimables del hombre tales como el bien común la justicia, el valor la amistad, y demás; las segundas, en cambio, son mas de la actividad teórica, como la sabiduría que es una virtud de la inteligencia y el a saber. El desarrolla toda una teoría del causar humano y agrega la política normativa de dichas costumbres en su proyección social estatal. La dimensión amplia de Aristóteles se restringió al cambio de la moral a través de la escolástica. Pero siempre comprensivo del Derecho. Sostiene Aristóteles que el hombre tiene un carácter teleológico, no es arbitrario, persigue un fin que es el bien soberano: la felicidad. ¿Y que es la felicidad? No es otra cosa la actividad del alma de conformidad con la virtud. El hombre posee razón, voluntad y libertad, trípode en el que se apoya la ética. Al ser inteligente y libre es forzosamente moral y aún si atendemos a su constitución veremos que es ético social. Así aparece Santo Tomas de Aquino quien distingue la moral individual de la moral social. La primera regula la conducta de cada individuo a cuya perfección espiritual tiende, en cambio la segunda ordena el comportamiento colectivo y en particular el que relaciona con la familia y el Estado. Habla de moral política y moral domestica ya que el entiende que familia y Estado no son meras sumas de individuos sino grupos dotados de vida propia. Aquí prevalece la idea del bien supremo. Para el materialismo en cambio, el bien moral es el bien ontologico, es el imperativo ético, es la voz del ser manifestada a través de la razón. La naturaleza humana siempre supone una minima y elemental conciencia moral esa conciencia que la escolástica llamo sindéresis. Santo Tomas nos dice que todos los actos virtuosos pertenecen a la ley de la naturaleza. El derecho natural es una parte que vincula las situaciones co-existenciales del hombre desde el punto de vista de la justicia, es una parte de la ley natural. Ya en el S. XVIII Kant entiende que el contenido de la ética es algo inmaterial la libertad esencial del hombre, un poder ser, una perenne facultad del hombre para determinarse a si mismo. Distingue libertad cosmológica y libertad practica, que es formal frente a lo material. Sostiene que el imperativo categórico es valido a priori irrumpiendo solo como un postulado de la razón practica, no como algo trascendente. Por supuesto que hay teorías que niegan a la ética, como el positivismo lógico, que comprende a la filosofía analítica (ver Hume y Wittgenstein). En estas posiciones todo queda reducido a una teoría y lógica de la ciencia pura. Entienden que los juicios de valor y moral son productos irracionales. Wittgenstein niega que en el mundo haya valor alguno. Alf Ross al desarrollar los principios del positivismo lógico al campo jurídico, entiende que de las ramas tradicionales de la filosofía del derecho solo queda la analítica. Pero con mucho respeto no compartimos estas posiciones. Giorgio Del Vecchio  nos recuerda que el principio ético se traduce en un doble orden de valoraciones, porque los actos que se tratan de juzgar pueden considerarse bajos dos aspectos. En relación al sujeto mismo que el principio ético se transforma en una coordinación objetiva del realizar y entramos al campo del Derecho. Sin perjuicio de reconocer el valor de la obra de Nietzsche, Scheller y Hartmann con su contribucion a la ética naturalista fundada en los valores vitales o de la ética material o axiológica. El entendimiento de la moral por la objetividad del valor, oponiendo el apriorismo racional Kantiano el apriorismo intuitivo de tipo emocional, pero eliminando el aspecto subjetivo No vamos a detenernos, pues no es el objeto de estas escuetas notas el estudio histórico del pensamiento filosófico, sino el de repasar brevemente la trascendencia que dieron a su tratamiento los grandes pensadores. En una síntesis comprensiva Olgiatti, citado por Vigo, afirma que "el problema de la ética en la filosofía del ser es el siguiente: Omnia Per rationem rectificare, es decir actuar de tal modo que toda la actividad humana se desenvuelva de acuerdo con la racionalidad y las leyes del ser. Inserta la ética dentro del conocimiento de las conductas humanas, en un primer momento se la integro como una materia de tratamiento obligatorio, como un elemento esencial para el ejercicio de cualquier ciencia, entre ellas el derecho, situación que con el transcurrir del tiempo se fue transformado hasta llegar a su supresión en muchas carreras y planes de estudios, (por ello y con razón muchos abogan por que se la incluya, sobre todo en los Programas de Estudios formales en escuelas de liceos y universidades, así como en las comunidades, centros de trabajo y demás.
La ética se ha convertido en una imagen ansiada. En nuestra maltratada República el Veedor encargado del custodiar para que se cumplan los llamados valores o virtudes morales, esta dormitando, tal vez cansado o sino narcotizado con los somníferos del ideologismo, la complicidad, o de la corrupción. Ahora bien ¿que camino podemos tomar para alcanzar la verdad moral? Algunos autores nos dicen que hay dos grandes enfoques, por un lado Rawls en su "Teoría de la Justicia" que se apoya en presupuesto formales del razonamiento practico individual para la caracterización de la verdad moral y por el otro a Habermas que parece sostener la tesis de que la verdad en materia moral esta constituida por el consenso que efectivamente se obtiene de una discusión intersubjetiva real constreñida por la regla de la imparcialidad.
Nota final:
Sí en el país el Fiscal General  fuese realmente independiente, autónomo y estuviese al servicio de los ciudadanos, como lo proyecta la nueva Constitución al variar la forma de elegirlo, entonces los ciudadanos tendríamos en él a nuestro más decidido aliado frente a esta hidra de mil cabezas que amenaza con desintegrar al país. “La corrupción con todas sus derivaciones”, frente a la mirada cómplice de los demagogos de turno, de todo pelaje ideológico. 
Tenemos para “fatalidad” en el país un Fiscal que aparte de no entender los términos técnicos jurídicos, acuñados por los códigos y leyes penales y que no alude a otros procesos de diferentes dinámicas-físicas, orgánicas, anímicas que no pueden servir de modelo para la comprensión de semejante desvarío, pero por aquello de que lo sutil esta en lo crítico, necesitamos más que un fiscal, un analista profundo, libre de prejuicios, un sentidor, un explorador de cosas y de conciencias, un alquimista de la sensibilidad y a veces un fantasma que se introduzca por los poros de la naturaleza, hasta el fondo esencial y hasta la causa primera, descubriendo el gesto, la intención, el pensamiento esquivo de cada parte y del todo, es decir de la belleza, la verdad, la poesía y la justicia.  La grande y la intima que duerme como la Diosa Neith en el regazo de la forma ideal.
Pedro R. Garcia M.
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