A pesar de que en su
momento muchos advertimos que el diálogo requería condiciones previas y que sin
ellas no se llegaría lejos por el talante antidemocrático del régimen, el
estancamiento y virtual naufragio del mismo entre la MUD y el Gobierno no debe ser
asumido como un elemento para profundizar nuestras diferencias, sino más bien
debería ser una excelente oportunidad para reconstruir las relaciones y la
agenda de las fuerzas y actores políticos que participamos en la Unidad.
Lo anterior sería lo
conducente si entendemos bien que en esta lucha nadie es indispensable, pero
todos somos necesarios, y que nunca estuvo tan vigente como ahora –somos una
oposición democrática que enfrenta a una dictadura- aquello de que “en la unión
está la fuerza”.
En ese sentido, a pesar de nuestras obvias diferencias de enfoque y acción en los últimos meses, desde esta columna no podemos sino celebrar la reciente declaración de Henrique Capriles, en la cual, entre otras cosas, clama por la reunificación de la alternativa democrática y propone “llamar a Ledezma, a María Corina y a Voluntad Popular para elaborar una agenda común”. Sin duda este llamado apunta hacia lo correcto.
Ahora bien, asumiendo
la buena intención de ambas tendencias para lograr la “reunificación” (vale
decir que nunca se consumó una división), la pregunta que surge de inmediato
es: ¿cuál podría ser esa agenda común que nos convoque a todos en un escenario
no electoral?
La respuesta para
nosotros es obvia: si todos estamos conscientes que vivimos en el país con la
inflación y la segunda tasa de homicidios más elevadas del mundo, que
registramos en este momento el mayor índice de escasez de nuestra historia, que
en los últimos 3 meses han ocurrido más de 3 mil detenciones, que tenemos más
de 200 presos políticos, que hay una violación sistemática de los DDHH, y que
los servicios públicos se encuentran todos en un nivel de deterioro crítico,
entre otros muchos males, pues no nos cabe la menor duda que el punto de
encuentro lógico de todas las fuerzas democráticas es cerrar filas en torno a
la PROTESTA PACÍFICA, por cuanto son muchas y muy poderosas las razones que
existen para protestar en la Venezuela de hoy.
Este punto lógico de
encuentro tiene un elemento a su favor adicional al que impone la coyuntura que hemos descrito, y
es que oficialmente la MUD ha declarado que apoya la protesta, lo cual permite
entonces comenzar una discusión tomando esa postura como punto de partida. El
tema pasaría a ser entonces si hay disposición de apoyarla en un terreno que
vaya más allá de lo declarativo. Es decir, que no quede sólo en lecturas de
comunicados y ruedas de prensa, sino que haya disposición real y tangible para
organizar y protagonizar acciones de protesta en la calle y de manera
permanente, por supuesto siempre pacíficas y en el marco de la Constitución.
De lograrse este
punto de partida, acto seguido sería necesario acordar objetivos y mecanismos
concretos para lograrlos, pero he aquí una visión para iniciar la
reconstrucción de la Unidad sobre la base de una posible agenda común. Tenemos
la esperanza de que entre todos podamos dar una discusión ponderada sobre este
crucial aspecto que determinará mucho de lo ocurra en nuestra querida y
oprimida Venezuela.
Cipriano Heredia S.
cipriano.heredia@gmail.com
@CiprianoHeredia
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