viernes, 2 de mayo de 2014

PEDRO R GARCÍA, ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE HENRY FALCÓN, PUNTO DE QUIEBRE

“¿Con quién vamos?”
“Es la pregunta ritual que se hace el pueblo venezolano en los momentos dramáticos de su vida, en las situaciones conflictivas y esquinosas, cada vez que recomienza su experiencia democrática, como quien emprende una aventura. ¿Con quién vamos?, se preguntan también el pueblo cada vez que un hombre de rostro asiático y silencioso se agazapa en el bongo en actitud de acecho. Después, el moriche decapitado, la selva mutilada, la cabria altanera y el hombre torturado arrojan su respuesta sombría”.
Hay que tener en cuenta, como expresa Berstein. “Que los regimenes políticos no son simples construcciones abstractas surgidas de la fértil mente de juristas, sino la traducción, en un momento dado de la historia, del equilibrio de fuerzas entre los grupos que forman la sociedad” y “no significa en modo alguno que el régimen político surja directamente del estado económico y social, como han venido afirmando siempre los marxistas, sino que se establece una situación de estrecha solidaridad entre un conjunto de instituciones, el desarrollo económico de el país, sus estructuras sociales, su cultura política, los valores que profesa la mayor parte de la población, y demás., sin que  sea realmente posible discernir, entre estos distintos parámetros, la existencia de un factor determinante generador de todos los demás”. (Véase Berstein, Serge, Los regimenes políticos del siglo XX, Ariel, Madrid, 2023, p. 7)
Ubicando algunas pistas…
Una regla en la política está regida por una replicada premisa: Una cosa es ambicionar hacer  y otra contar con los elementos de convicción y de poder para hacerlo efectivamente.
Esto aplica  en  reciente caso de Crimea. El Primer Ministro británico habló en la Cámara de los Comunes expuso un estremecido discurso justificando el porque a pesar de las sanciones acordadas a Rusia seguirían comprándole gas. Es decir, una cosa es lo que se declara en función de los ambiciones y otra son las duras realidades.
Si yo fuese parte de la oposición orgánica intentaría repasar algunos elementos que ya se revelan, una de ellas es que a partir de la violencia sin septentrión de algunos sectores, Nicolás Maduro logró unificar a un grueso importante del chavismo que comenzaba a manifestar notables diferenciaciones, hasta alcanzar hoy un nivel significativo de aceptación y que podría permitirle salvar este difícil tramo. 
Es decir, la violencia voluntarista de fracciones de la oposición no solo no hizo retroceder al Gobierno, sino que fraguó su lecho de rocas. Por otro lado, ese arrebato solo logró su focalización en sectores y zonas (de la franja media y de muy poca alta clase media), sin lograr comprometer a las comunidades populares al contrario, lograr la desaprobación de su limitada acción insurreccional del mismo pueblo opositor, hoy esa crítica de la violencia, es muy alta. 
Es decir, hay un grueso nada despreciable que siguiendo en el campo de la oposición no se ve interpretada por la violencia, pero no logra distinguir quién puede encabezarlos, sencillamente porque no ha visualizado de los dirigentes antagonistas del régimen quién de manera categórica exprese su diferenciación radical con el fanatismo. Es un hecho que Capriles ha señalado diferencias pero con serpenteos, sin contundencia solo a nivel restringido entre su cuerpo de íntimos, funcionarios y equipos de la Gobernación, lo que se divisa en el debate, son sus incontables dubitaciones. 
Desde el voluntarismo ultraderechista igual lo observan impreciso, hasta el punto que en una reunión dónde él ocuparía el rol central se le apareció el segundo en la estructura jerárquica de VP, para leer un mensaje de Leopoldo López, desde la cárcel de Ramo Verde, que. La impresión de muchos, es que Falcón se lanzó a conquistar ese nicho 30-40%, que aunque no es suficiente para ganarle al chavismo, es una cifra importante para un escenario electoral. Yo creo que esa visión y búsqueda es correcta, abre una opción que ayuda a desmontar tanto la fatiga del gobierno, como el tropel en la oposición.
Esa derecha, está bridada por los arreos de la ultraderecha externa,  por falta de coraje, ha expuesto su insuficiencia y en política eso es letal. Derrotados técnicamente en las guarimbas, han logrado otorgarle el supuesto don que todo gobernante necesita para reforzarse, (por lo menos en el corto plazo), al purgar en las fuerzas armadas los desafectos, como acaba de ocurrir, y como en el pasado la izquierda se lo sirvió en bandeja de plata a Betancourt, ya la derecha se lo había ofrendado a Chávez (léase 11 de abril). En esta oportunidad lo refrendan con Maduro, lo que significa que fueron rendidos en la guarimba y en el intento de alzamiento militar. De este último se puede decir que sólo se puede asumir en propiedad un golpe de estado militar cuando los alzados tienen en su haber por lo menos el 60%  del poder de fuego, lo que obliga al restante 40% a cerrarse a la voluntad mayoritaria del ente armado. Eso sucedió cuando derrocaron a Gallegos y luego a Pérez Jiménez. Mientras en el caso de Hugo Trejo, Castro León, Carúpano, Puerto Cabello, Barcelona y La Guaira, solo existieron a título de sediciones, que son revueltas pero no causan lo sustantivo, y al final fueron derrotas militares. La única insurrección que fue un descalabro, pero que el cabecilla de los rendidos la convirtió en victoria política, fue la del 4 de febrero de 1992. Porque había abierta confabulación de los altos mandos en trama con la derecha que se  cobijada con la túnica solemne de “Los Notables”.
Esa ultraderecha pretendió en este momento creerse que podían hacer lo mismo que hizo Chávez. Los generales no dan golpes victoriosos sino tienen el respaldo de la juventud militar, Capitanes y Tenientes. Y estos descoloridos estrategas, que ensayaron alzarse no dedujeron esto. Para complotar lo primero que debe hacer el conjurado es contactar a gente que no funde sospecha y se mantenga en distancia suficiente de los cuerpos de inteligencia del estado. Ellos pretendieron alzarse mientras en la calle se insinuaba con fuerza el voluntarismo violento, el sabotaje a los servicios públicos, y demás. Rocío debe tener algunas cualidades pero no liderazgo en ese sector. Y esos inadvertidos “nuevos ungidos”, creyendo que el gobierno es pendejo, ensayaron madrugarlos, demócratas no son pero tampoco tan bolsas. Tres están presos, y otros, se comenta en las fuentes de inteligencia que, negociaron la pérdida de sus carreras sin ir presos, dando todos los detalles a cambio de percibir algunos estipendios que nunca están de mas.
Creo que Falcón, que tiene olfato que es veguero, esta apuntando a ese grueso sector, aún manteniendo los compromisos adquiridos con Capriles, ya salió al encuentro de interpretar a ese amplio borde nada desdeñable, y expresar lo que Capriles no puede señalar públicamente, porque está sometido al chantaje de los cortoplacistas. Para algunos le dan lectura como un quite al aliado, pero si el pueblo le da confianza, y el parece estar dispuesto a cumplir los lapsos, y muchas cosas pueden y van a pasar, podría ser el gran favorecido en el corto término, siempre y cuando franquee en el centro político a Capriles. Quien por lo pronto, a lo interno de la oposición, no sale bien parado, pero no debemos desdeñar para nada la ventaja estratégica del ex-candidato presidencial, es el cuadro político que tiene la caja mas próspera, derivada del poderoso y muy influyente lobbie judío internacional, que ningún otro dirigente, ni tiene ni puede igualar en suma. Asistencias muy superiores a las que de manera conjunta pudieran darle la derecha del norte, la española, la alemana y el inquisidor uribismo a cualquier otro aspirante.
Y cierro con una cita Gallegos que es de vibrante actualidad: por haberle dados a las mías esforzada ocupación en los duelos y quebrantos de mi pueblo, por haber tratado de explorar la raíz enferma de donde nos proviniera tanta hoja marchita en las ramas de la esperanza, por haber explorado también los horizontes por donde pudiese aparecer anuncio de tiempo mejor, fue por lo que me buscaron a mi mis compatriotas cuándo se necesitó encabezar una buena empresa con un hombre que inspirase alguna confianza. (Rendición de cuentas: (1949) Rómulo Gallegos una Posición en la Vida, México, 1954, reimpreso I, Ediciones Centauro, 1977)...
“Es necesario que encontremos en el país el equipo que nos inspire confianza”.
Pedro R. Garcia M.
pgpgarcia5@gmail.com
@pgpgarcia5

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