martes, 27 de mayo de 2014

JOSÉ RAFAEL AVENDAÑO TIMAURY, AUTORITARISMO MILITAR O CIVILIDAD PLENA

La vida es un continuo dilema que en ocasiones nos hace asumir conductas que definen el futuro y ahora nos encontramos en una de ellas. 

El gobierno nacional pretende continuar con un modelo torcido y por esencia perverso. Desde hace diez años practica un control omnímodo sobre los poderes públicos que le ha permitido ejercer un régimen totalitario, eminentemente autocrático revestido de mantos de dudosa legalidad y de legitimidad. La crisis nacional presenta dos aspectos vitales para la solución pacífica del conflicto en desarrollo. La elección de los poderes vencidos y vitales para el funcionamiento del estado democrático asentado en la Constitución Nacional y la medida de gracia que permita la liberación de los presos políticos con Iván Simonovis como figura emblemática y el retorno de los exiliados políticos reales. Estos dos aspectos y otros -apuntalados por la manifestaciones multitudinarias de protesta ejercidas por los estudiantes- que giran a su alrededor fue la causa de la apertura del llamado diálogo emprendido hace más de un mes y ahora en suspenso.

Parece ser un hecho -así lo han aseverado sus más altos voceros- que el  régimen no está dispuesto a dialogar y mucho menos a encontrar un entendimiento político a través de lo pertinente: negociación Política, con términos, modos y plazos.

En la MUD – algunas de sus individualidades y partidos que la conforman -parecieran estar inclinados a la llamada teoría de no abandonar los espacios conquistados, que no es otra cosa que sujetarse a los Gobernadores, Parlamentarios, Alcaldes, Concejales y algunos otros ciudadanos que participan en diversas parcelas de poder. De esta manera piensan que no importa acudir a elecciones futuras con todos los poderes del estado al servicio del partido de gobierno porque, de acuerdo a su razonamiento, de aproximadamente 17 elecciones efectuadas en una o dos se han obtenido pírricas victorias reconocidas a regañadientes, sometiendo a "procesos legales" a cuanto opositor incómodo les haya venido en ganas. Les interesa poco que estos atropellos provengan del poder ejecutivo, legislativo, judicial y hasta del denominado poder moral en concomitancia cínica.

Proponemos "iniciar de inmediato la creación de un ágil mecanismo de organización para movilizar a todos los hombres y mujeres sin partido o con partido para pedir una activa participación en la lucha por la liquidación de esta etapa de humillación nacional". "Debemos actuar con gran amplitud de criterio, respetando las propias convicciones ideológicas, pero unificándolos para la recuperación de la soberanía con la consigna que ningún ciudadano demócrata que milite o no en partido alguno, debe permanecer inactivo en la presente ofensiva contra la tiranía".

En esta fase los estudiantes y trabajadores juegan un papel importante pues son los generadores de la presencia activa de las masas en la calle. Ellos deben constituir un equipo único de dirección para que en conjunto a los sectores profesionales, vecinos, ONG y los partidos políticos dispuestos a tal fin tengan la estrategia y la táctica definida. La estrategia no debería tener ninguna duda, puesto que el objetivo único es, de acuerdo al 350 constitucional, revertir por esos cauces el imperio pleno de la Carta Magna. La mente debe estar solamente centrada en ello. Los pensamientos electorales individuales deben soslayarse hasta la consecución de la plena normalidad.

La táctica a seguir debe ceñirse estrictamente a un criterio político concertado con "frialdad de catedrático" donde cada uno de los factores que conformarán el órgano pueda interactuar coherentemente con un diseño ágil y eficaz cuyo esbozo debe estar necesariamente alejado de cualquier tipo de violencia propiciatoria para la continuidad represiva asumida por el gobierno.

El mes de junio serviría para tejer la urdimbre y establecer el pacto social y político pautado en reuniones sectoriales. Los estudiantes agrupados por sus centros estableciendo un órgano de dirección único. Los trabajadores por intermedio de las centrales obreras constituidas o a constituirse. Los profesionales mediante sus diferentes estructuras gremiales. Las ONG creando una novedosa red orgánica para actuar en conjunto. Los habitantes a través de las asociaciones de vecinos o de barrios. Todos con sus respectivos representantes. Por supuesto que la participación de los partidos es fundamental, alejados por ahora de intereses electorales. Un Comité Promotor Nacional y Regional que coordine hasta la constitución formal que no debería exceder el mes de julio.

Es necesario articular la coordinación política eficaz con la capacidad plena de movilización popular. La una sin la otra hace estéril y dificulta los resultados. No es hora de vedetismos ni de pescueceo. Es la hora para la acción concertada.

José Rafael Avendaño Timaury
cheye@cantv.net
@cheyejr

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