Estimo que estamos en el momento en Venezuela
de relacionar los tres títulos del escrito con nuestra situación política
actual, como consecuencia del proceso de imposición de un modelo “totalitario
socialista” durante casi tres lustros.
No es un secreto, al día de hoy, el
agotamiento de las capacidades de desarrollo de nuestro país y su conexión con
la imposición de un gobierno, que al inicio justificó su autoritarismo
militarista para acabar con la corrupción, pero luego lo transformó en un
“totalitarismo socialista”, llamado eufemísticamente “Socialismo del Siglo XXI”
(SSXXI), ganado a la sumisión del liderazgo castrocomunista cubano.
La paciencia de los venezolanos actualmente
(2014) está provocando un reclamo airado progresivo de calle contra un régimen
totalitario que ha evidenciado, por una parte lo inoperante y pernicioso de la
política castrocomunista aplicada, y por otra parte la subordinación política
ante el gobierno cubano que ha provocado el encerramiento ideológico de sus
líderes negando cualquier rectificación. Es por ello que la respuesta del
régimen a los reclamos de la sociedad venezolana es la represión, el
endeudamiento y la promoción mediática internacional para justificar su
actuación en una interpretación fundamentalista de la soberanía del país.
Lógicamente ello nos llevará hacia una crisis más profunda.
La actuación represiva del régimen ha llevado
a cometer a través de las fuerzas del orden venezolanas y a grupos
paramilitares al servicio del gobierno actos atroces contra estudiantes y
civiles que han puesto en evidencia internacionalmente a la administración del
Presidente Maduro por delitos contra los DDHH.
Es conveniente recalcar que la Soberanía de
los países no justifican los delitos contra los DDHH, ya que ellos son de
responsabilidad mundial. Un caso que nos toca regionalmente es el del Dictador
Pinochet, que siendo Presidente de Chile, estando en el exterior fue acusado
por el abogado español Garzón por delitos contra los DDHH y puesto preso en
Inglaterra, iniciándose luego su proceso legal que lo apartó del Poder.
Sucede que el Congreso de los EEUU está
promoviendo sanciones de carácter local a funcionarios del gobierno venezolano
acusados de cometer delitos contra los DDHH evidenciados internacionalmente en
la represión contra estudiantes y civiles venezolanos.
Ante esta situación se siente en la atmósfera
política regional la presencia del asesoramiento del FSP en una primera acción
que tiene como teatro de operaciones a una de sus hijas, UNASUR, donde se
trastoca el sentido de la sanción de los EEUU en contra de los DDHH, por la de
intervención en los asuntos del Estado venezolano. Con ello mantiene la
política antinorteamericana estimulada por el FSP en la región a la vez que
intenta “esconder” los delitos sobre los DDHH cometidos por el régimen
venezolano y ayudarlo en momentos de precariedad política. Por otro lado en la
obstinada promoción de “paz y amor” internacional, el gobierno de Venezuela
envía a su canciller Elías Jaua a la reunión del Movimiento de los Países No
Alineados (MPNA) como víctima de la injerencia del imperialismo norteamericano
en asuntos del Estado venezolano.
De acusado a acusador, esta parece ser la
estrategia internacional que los asesores castrocomunistas del FSP intentan
imponer para de alguna forma acallar la crítica internacional en contra del
régimen venezolano en su obstinada búsqueda en la consolidación en Venezuela
del Totalitarismo castrochavista.
Gonzalo
Merino V.
mervalg@yahoo.es
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