martes, 27 de mayo de 2014

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, DISCURSO TORPE PARA TONTOS ÚTILES, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL,

La oratoria en tiempos de populismo, no es otra cosa que mero engaño. Cae en la categoría de la alocución “orillera” pues escasamente funciona para rellenar espacios mediáticos fútiles.

Quien domina el lenguaje, tiene ganada buena parte de una confrontación. En política, tan significativo hecho, termina por dominar el pensamiento de un colectivo. O de amoldar las ideas de una persona. Es cuando la manipulación se convierte en recurso de proselitismo. O en condición para desvirtuar razones por cuyos efectos pueden generarse cambios capaces de voltear o trastocar cualquier realidad. Por mayúscula que sea. Sin embargo, no hay duda de que existen tantos lenguajes como oficios o ámbitos facultativos puedan haber. Y el ejercicio de la política, no escapa de tan inexorables exigencias. Sólo que en medio de su praxis, se plantean confusas combinaciones semánticas y dialécticas que someten el lenguaje de la política a duros tratamientos que exasperan las propias realidades. El caso que representa Venezuela, es ciertamente patético. Sobre todo, porque sus realidades políticas se hunden en el marasmo y la desesperación. Fue acá donde se incitó el recrudecimiento de una crisis de Estado que azotó no sólo su ya precaria economía. También, sus esquemas de gestión política y de estructuración social. Tanto, que el país cayó a niveles de repulsiva oscuridad. 

El país se extravió entre situaciones que incitaron a que su sociedad perdiera la idea de civilización, el sentido de ciudadanía y la imagen de país democrático que, con esfuerzos, había logrado consolidarse.

Dado el tamaño de esos problemas, el país devino en caos. Fue de tal naturaleza el efecto de dichos problemas, que la democracia se vio cercenada. Además, secuestrada por un grupo de politiqueros y militares disfrazados con atuendos de presunta moralidad y civismo  quienes han pretendido ignorar y borrar no sólo la institucionalidad democrática construida, sino además a quienes se atreven a adversarios. Y precisamente, en medio disquisiciones como estas, los personajes de marras han querido encubrir los embrollos que sus vapuleos han incitado. Para ello, se han valido de la mediación del lenguaje. Pero de un lenguaje enredador y sedicioso a través del cual estos gobernantes criollos abusan de la labia con la única intención de desfigurar el deber de los asuntos públicos gubernamentales.

En estos escenarios de grotesca prosopopeya, estos politiqueros son habilidosos para no decir nada con el máximo de palabras empleadas a través de toda declaración ante los medios de comunicación o ante las masas. No sólo abusan con equivocados significados que terminan desquiciando el lenguaje. También, desnaturalizando conceptos para acabar con el sentido de las realidades en que se circunscriben los problemas en cuestión.

Estos politiqueros de mal agüero, en poco o nada se compadecen de las conflictos que gravitan sobre el devenir de la nación. Por lo contrario, se ufanan de servirse de prédicas que, sencillamente, tienden a malograr el desempeño de todo cuanto debe definir la funcionalidad del país. La oratoria en tiempos de populismo, no es otra cosa que mero engaño. Cae en la categoría de la alocución “orillera” pues escasamente funciona para rellenar espacios mediáticos que, de quedar vacíos, fomentarían más consternación de la que normalmente incita la “ambientación socialista”.

Por ejemplo, las declaraciones emitidas por el Ministro-Presidente de PDVSA, luego corroboradas por el presidente de la República, en torno a la recurrente suspensión de vuelos desde y hacia Venezuela, son absolutamente absurdas. Sin reconocer que el problema se debe al desastre económico que la gestión del régimen ha causado, por culpa del desorden administrativo y la corrupción asentida, gracias a la impunidad e inmoralidad revolucionaria, estos personajes pretenden difundir la especie de que ello fue por “la desviación de rutas producto de la Copa de Brasil que se disputará el próximo mes. De manera que no obedece a la deuda con las aerolíneas” la cual asciende a más de 4 mil millones de US$. Ante tan chapuceras expresiones, ¿cómo quedan quienes han creído en la reivindicación de la democracia desde instancias y promesas del poder político gubernamental? ¿Será que sus proclamas son para estúpidos? ¿Cómo han de sentirse quienes han hecho esfuerzos personales para disfrutar de viajes por cualquier razón hacia el exterior y ahora ven asfixiados sus derechos? No hay duda.  Estos actores de la demagogia populista se valen de actitudes mojigatas para pronunciar sus disparates en cada  discurso torpe para tontos útiles.

VENTANA DE PAPEL

¿HECHO EN SOCIALISMO?

Con el cuento de que en socialismo la calidad de vida es superable, muchos venezolanos comenzaron a ver reducidas las posibilidades reales de ver mejorada sus expectativas de desarrollo personal y de respeto a su dignidad. El ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad en sana paz, la promoción de la prosperidad y bienestar de la familia, tal como lo aduce la misma Constitución cuando refiere los deberes del Estado venezolano, dejaron de servir de referencias a las políticas públicas pautadas por el propio gobierno.

Según lo revelan las cifras aportadas por el Instituto Nacional de Estadística, el número de hogares que viven en situación de pobreza en el país aumentó de 21,2% a 27,3% en un año. Solamente, en el segundo semestre de 2012, un total de 1.483.264 hogares se encontraban en situación de pobreza, mientras que para el mismo período de 2013 esta cifra había aumentado a 1.899.590, según la metodología de medición de la pobreza basada en el nivel de ingresos de cada hogar. Y del año en curso, todavía no se ha dicho nada aunque cualquier análisis econométrico aseguraría que la situación va de mal en peor. En el sector de panaderías, las realidades dejan ver que hacen falta 250 mil sacos de harina lo que genera un retraso en la cadena de producción que afecta el insumo de tan preciado alimento en la comida de la familia venezolana. El consumo de panes aumentó.

Antes se gastaba 1 millón 200 mil sacos mensuales de materia prima. Ahora es de 1 millón 500 mil lo cual destaca la emergencia del problema que incide en el trabajo de unas 8.400 panaderías situadas en todo país. Asimismo, los productos de higiene personal y de limpieza del hogar, pasaron casi que a ser artículos de colección pues su adquisición se ha complicado debido a la escasez que castiga a la población. Y de conseguirse algunos, sus precios dejan en ridículo los preceptos de la recién sancionada Ley de Costos y Precios Justo. La brecha entre los precios controlados y los que impone el mercado, es de 343,1% lo que refleja una crisis de asoladoras consecuencias.

¿Y que decir de los rubros agrícolas zarandeados por la grosera inflación, o de la falta de repuestos automotrices o para la flota aérea nacional? A pesar de todo esto, el gasto interno del régimen, para mantener sus comodidades, subió 65% respecto de 2013. Y encima de todo, mientras ofenden a cuanto quieran, el régimen tiene la desfachatez de creer que lo hace de maravilla. Por eso, se van de bruces, como si nada, cuando se vanaglorian diciendo lo que dicen. Será que lo que presumen hacer es ¿hecho en socialismo?

LO QUE ES IGUAL NO ES TRAMPA

Así reza un aforismo desde el cual se afianza un valor político tan importante como es la Tolerancia. Si algo se vale para unos, igualmente debe valerse para todos, de lo contrario, no es válido para ninguno.

Esta consideración es a propósito la denuncia que el Canciller venezolano hace ante la UNASUR con motivo de algunas declaraciones de funcionarios estadounidenses respecto de presuntos juicios de valor sobre la atención que el régimen socialista ha dado a las acciones vividas durante estos últimos meses. Pero también, por causa de un pliego de sanciones aprobado por el Senado norteamericano a los fines de limitar el bandidaje de quienes abusan de posiciones de poder en Venezuela.

Sin embargo, la situación ha servido para que desde el Ejecutivo Nacional, se acuse a EE.UU de “injerencia” en los asuntos internos revolucionarios. Aunque para ello, olvidan la pretensiones hegemónicas que el régimen se ha trazado con la intención de entrometerse en transacciones políticas de países latinoamericanos buscando que en ellos se arraigue la semilla del socialismo lo cual ha devenido en serios conflictos extraterritoriales y geopolíticos. Entonces, ¿por qué aducir razones que se caen por su propio peso cuando en el fondo la injerencia venezolana es igualmente advertida? Olvidan que lo que es igual, no es trampa.

“El populismo se vale de frases sin sentido para confundir. Y cuando lo tienen, las utiliza con el perverso propósito de sembrar la demagogia sobre la cual se afianzan las patrañas a emprender” AJMonagas

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas

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