sábado, 17 de mayo de 2014

ALBERTO RODRIGUEZ BARRERA, DE CONSTRUCTORES, QUE NO DESTRUCTORES

     Para febrero de 1962, continuaba la obra de enlazar y conectar a Venezuela, incorporándola con las bondades, servicios o herramientas básicas que los países modernos utilizaban para funcionar coherentemente en el siglo 20.
    
En el Estado Miranda se inauguraba la carretera Guatire-Caucagua, tramo de la unidad vial que de Caracas llegaría a Cumaná, Marigüitar, San Antonio del Golfo, Carúpano, Río Caribe, Güiria.
     Ya se habían concluido las carreteras Cúa-Charallave; El Guapo-Barcelona; la autopista Tejerías-Cortada de Maturín-Aragúita; Petare-SantaLucía. De la misma manera, se habían puesto en funcionamiento las carreteras de penetración que vinculaban las zonas campesinas con los centros poblados: Cayapa-Tacarigüita; San Juan-Los Colorados; Cumbo-El Sitio; Agua Salud-Mamporal; Curiepe-Birongo; Pacheco-Río Chico-Tacarigua de la Laguna; puente sobre el rio Guapo; pavimentación y mejoras en Higuerote-Chirimena; La Francesa-El Vigía-El Barbecho; Río Chico; Tacarigua de la Laguna-Reventón-La Ceiba; Higuerote Sotillo. Todo ello junto a mejoras diversificadas y aceras.

  Además de diez edificaciones escolares mirandinas construidas por el gobierno nacional, el gobierno regional construyó 47 grupos escolares y escuelas; el internado rural de Higuerote; 25 comedores escolares con almuerzo suficiente y balanceado;  28 jardines de infancia con parques infantiles anexos; y los estadios deportivos de Los Teques y Guatire.
 A esto se agregaba el asentamiento de más de 2.000 familias en 36.000 hectáreas, con millones de bolívares en créditos para la reforma agraria; cifras que se elevaron el 20 de febrero de este año con la entrega de 7.552 hectáreas a otras 641 familias en las zonas de Aniaguas, Altagracia de la Montaña, Yagual, Quebrada Honda y El Rosario 

  Paralelamente, por vía de CADAFE, recibían los mirandinos los beneficios de la electrificación que se efectuaba en todo el país: se iluminó Caucagua, Higuerote, El Clavo, San Fernando del Guapo, El Samán, Tacarigua de Mamporal, San José de Río Chico, Río Chico, Tácata, San Francisco de Yare y muchas otras poblaciones, extendiendo redes eléctricas a 57 caseríos y barrios.

 Ya se habían concliodo los acueductos y cloacas de Panaquire, Mamporal, Pitahaya, Pueblo Seco, Tacarigua de Mamporal, El Limón, Cambural, El Guapito y Santa Rica,  y 20 más en otras poblaciones. Se terminaban los de Charallave y Santa Teresa y se iniciaba la construcción de los acueductos de Higuerote, Río Chico, San José de Río Chico, Cúa, Santa Teresa y Caucagua. A esto se anexaron centenares de acueductos rurales en Guarenas, Sotillo, Colonia de Sotillo, Belén, San Antonio, Tácata, Santa Rosalía, Machurucuto, Los Mendoza, Las Martínez Los González, Las Mercedes, El Paujil. Vía Cumbo, Arenitas, Los Pozotes, Playa Grande, La Chuspita.
 La salud del pueblo se elevó con la construcción de dos hospitales: de Río Chico y de Guatire.

     Continuaron las obras para impulsar la ciudad industrial de Guarenas con previsiones para extenderse hasta Guatire. Tres industria se habían instalado ya y se construían las edificaciones para tres más. Ya estaban concluidas 160 viviendas para trabajadores y se construían 600 más.

     En este mismo mes de febrero, en el Estado Anzoátegui la reforma agraria entregaba 2.189 hectáreas a 211 familias en Boca de Uchire y 9.059 hectáreas a 1.565 familias en los Bajos de Curataquiche (completándose un total de 45.000 familias asentadas en más 1.565.000 hectáreas desde el inicio de la reforma, y previéndose 100 mil familias más hasta 1964).

  A Barcelona se llegaba ahora por una excelente carretera pavimentada concluida por el gobierno nacional, formando parte de otras tres vías que daban acceso al Centro y al resto del país: la carretera de la Costa; de El Tigre-Paruagían-Valle de la Pascua y la de Valle de la Pascua-Zaraza-Aragua de Barcelona; y comunicación libre de Anzoátegui con la región industrial de Guayana se haría posible con la construcción del puente sobre el Orinoco (que estaba ya licitado).

     Casi totalmente ejecutada estaba también la carretera Aragua de Barcelona-Zaraza, y se construía la Avenida Municipal de Puerto La Cruz. Además había un total de 300 kilómetros más en vías de penetración construidas y en construcción, uniendo a docenas de poblaciones entre sí y con los centros urbanos.

 En avanzada etapa de construcción estaban las obras complementarias del Aeropuerto de Barcelona, y en telecomunicaciones se concluía la primera etapa de la red troncal de microondas que uniría el Oriente con el resto del país.

     Igualmente avanzada estaba la construcción del Hospital de Barcelona y se inició la construcción del Hospital de El Tigre y el Hospital Anaco-Cantaura. Ya en funcionamiento estaban 32 medicaturas rurales, dispensarios y nuevos pabellones hospitalarios.
  Y así como se complementaba la labor social con comedores escolares, acueductos y cloacas se inauguraban en las zonas rurales y en El Tigre, Puerro La Cruz, Clarines, Pariaguán, Guanta, Aragua de Barcelona, Píritu, Puerto Píritu…

  En educación y salud, la inversión annual del gobierno era de un mil millones de bolívares, y el Estado Anzoátegui estrenó más de 35 edificaciones escolares, además de la Escuela Artesanal y la Escuela de Comercio (El Tigre), la Escuela Normal y la Escuela Anexa (Barcelona), 89 escuelas unitarias y 3 escuelas de capacitación femenina (Barcelona, El Tigre, Puerto La Cruz), una Escuela de Teatro (Barcelona) y la ampliación de la Escuela de Bellas Artes Armando Reverón. En la también creada Universidad de Oriente se preveía el establecimiento de su Instituto Tecnológico y el Instituto Politécnico de Oriente, entre otras iniciativas.

  Así como los préstamos internacionales sirvieron para financiar las autopistas Caracas-Valencia y Tejerías-Valles del Tuy-Coche, ahora servirían para las programadas represas del Neverí (La Concorvada), la del Río Terecuay (Guayabal), la de Vallecito (Río Aragua de Barcelona), la del Río Guri (San Pedro), la del Río Tocuntal (cerca de San Mateo), la del Río Aragua del Neverí, la del Río Comunical (cerca de Santa Inés), la del Río Tapiricual…

  En Anzoátgui se habían construido 378 viviendas y estaban en construcción otras 656, además de lo pertinente a la amplia política de préstamos para la construcción privada. Poco había avanzado la reforma agraria: 1.500 familias asentadas en 20.000 hectáreas.

  En materia de electrificación, en Anzoátegui estaba concluida ya la planta termoléctrica Guanta Nº 1 con 22.500 kilovatios, la planta diesel de El Tigre con 5.000 kilovatios, y en construcción el ramal de empalme entre Guanta-Puerto La Cruz, así como la Planta termoléctrica Guanta Nº 2. Por Anzoátegui pasaría también la línea de transmisión entre Macagua y Santa Teresa que llevaría a oriente todo el excedente de energía eléctrica del Caroní. (Estaba previsto el inicio de la planta del Guri para 1963.)

  Esto y más sucedía a escala nacional mientras que -en política- Jóvito Villalba, el viejo compañero de muchos integrantes del Gobierno de Coalición (del cual su partido URD ya no formaba parte desde hacía año y medio), afirmaba que “el pueblo sufre hambre y miseria como no las sufriera en las horas más negras de su historia”. Olvidado de Gómez y de Pérez Jiménez, Jóvito también hablaba de “la dictadura existente”, todo por televisión y en medios impresos. Unido a las minorías, Jóvito confundió también democracia con dictadura, causando la extrañeza de sus compañeros de la generación de 1928 que lucharon contra una tiranía implacable, que aherrojaba las libertades públicas y mantenía La Rotunda llena de presos políticos, además de sacar a subasta la riqueza del subsuelo nacional para el enriquecimiento ilícito del déspota y de sus sicarios.

     La lucha es otra cuando se enfrentan métodos violentos contra un sistema democrático. Y había otra diferencia: la llamada generación del 28 respondía a una pasión y angustia venezolanas, y no eran instrumentos de gobiernos foráneos. El Gobierno de Coalición no estaba integrado por procónsules de Estados Unidos ni de la Unión Soviética, y tampoco estaba constituido por títeres de los militares, quienes para nada intervenían en la conducción de la política nacional.
 La mezcla asopada que se desviaba abstractamente con fantasmagórica doble-careta insurreccional escogió su propio camino hacia los tribunales que debían decidir si se ajustaban o no a la Constitución, la cual establecía que sólo por métodos democráticos pueden funcionar los partidos en Venezuela.

  La vergüenza ajena sentida hacia quienes se entregaban tan inconscientemente a sueños dictatoriales extremistas, como los que evidentemente regurgitaba Cuba y adoptaban venezolanos desviados, reviviría como sombra oscura con garras de rapiña en el ocaso del siglo 20 y los albores del siglo 2I, como regresando al pasado ineficiente que el Gobierno de Coalición corregía –democráticamente- en la década de los 60…

Alberto Rodriguez Barrera
albrobar@gmail.com
@albrobar

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