Para febrero de 1962, continuaba la obra
de enlazar y conectar a Venezuela, incorporándola con las bondades, servicios o
herramientas básicas que los países modernos utilizaban para funcionar
coherentemente en el siglo 20.
Ya
se habían concluido las carreteras Cúa-Charallave; El Guapo-Barcelona; la
autopista Tejerías-Cortada de Maturín-Aragúita; Petare-SantaLucía. De la misma
manera, se habían puesto en funcionamiento las carreteras de penetración que
vinculaban las zonas campesinas con los centros poblados: Cayapa-Tacarigüita;
San Juan-Los Colorados; Cumbo-El Sitio; Agua Salud-Mamporal; Curiepe-Birongo;
Pacheco-Río Chico-Tacarigua de la Laguna; puente sobre el rio Guapo;
pavimentación y mejoras en Higuerote-Chirimena; La Francesa-El Vigía-El
Barbecho; Río Chico; Tacarigua de la Laguna-Reventón-La Ceiba; Higuerote
Sotillo. Todo ello junto a mejoras diversificadas y aceras.
Además de diez edificaciones escolares mirandinas construidas por el
gobierno nacional, el gobierno regional construyó 47 grupos escolares y
escuelas; el internado rural de Higuerote; 25 comedores escolares con almuerzo
suficiente y balanceado; 28 jardines de
infancia con parques infantiles anexos; y los estadios deportivos de Los Teques
y Guatire.
A esto
se agregaba el asentamiento de más de 2.000 familias en 36.000 hectáreas, con
millones de bolívares en créditos para la reforma agraria; cifras que se
elevaron el 20 de febrero de este año con la entrega de 7.552 hectáreas a otras
641 familias en las zonas de Aniaguas, Altagracia de la Montaña, Yagual,
Quebrada Honda y El Rosario
Paralelamente, por vía de CADAFE, recibían los mirandinos los beneficios
de la electrificación que se efectuaba en todo el país: se iluminó Caucagua,
Higuerote, El Clavo, San Fernando del Guapo, El Samán, Tacarigua de Mamporal,
San José de Río Chico, Río Chico, Tácata, San Francisco de Yare y muchas otras
poblaciones, extendiendo redes eléctricas a 57 caseríos y barrios.
Ya se
habían concliodo los acueductos y cloacas de Panaquire, Mamporal, Pitahaya,
Pueblo Seco, Tacarigua de Mamporal, El Limón, Cambural, El Guapito y Santa
Rica, y 20 más en otras poblaciones. Se
terminaban los de Charallave y Santa Teresa y se iniciaba la construcción de
los acueductos de Higuerote, Río Chico, San José de Río Chico, Cúa, Santa
Teresa y Caucagua. A esto se anexaron centenares de acueductos rurales en
Guarenas, Sotillo, Colonia de Sotillo, Belén, San Antonio, Tácata, Santa
Rosalía, Machurucuto, Los Mendoza, Las Martínez Los González, Las Mercedes, El
Paujil. Vía Cumbo, Arenitas, Los Pozotes, Playa Grande, La Chuspita.
La
salud del pueblo se elevó con la construcción de dos hospitales: de Río Chico y
de Guatire.
Continuaron las obras para impulsar la ciudad industrial de Guarenas con
previsiones para extenderse hasta Guatire. Tres industria se habían instalado
ya y se construían las edificaciones para tres más. Ya estaban concluidas 160
viviendas para trabajadores y se construían 600 más.
En
este mismo mes de febrero, en el Estado Anzoátegui la reforma agraria entregaba
2.189 hectáreas a 211 familias en Boca de Uchire y 9.059 hectáreas a 1.565
familias en los Bajos de Curataquiche (completándose un total de 45.000
familias asentadas en más 1.565.000 hectáreas desde el inicio de la reforma, y
previéndose 100 mil familias más hasta 1964).
A
Barcelona se llegaba ahora por una excelente carretera pavimentada concluida
por el gobierno nacional, formando parte de otras tres vías que daban acceso al
Centro y al resto del país: la carretera de la Costa; de El
Tigre-Paruagían-Valle de la Pascua y la de Valle de la Pascua-Zaraza-Aragua de
Barcelona; y comunicación libre de Anzoátegui con la región industrial de
Guayana se haría posible con la construcción del puente sobre el Orinoco (que
estaba ya licitado).
Casi totalmente ejecutada estaba también la carretera Aragua de
Barcelona-Zaraza, y se construía la Avenida Municipal de Puerto La Cruz. Además
había un total de 300 kilómetros más en vías de penetración construidas y en
construcción, uniendo a docenas de poblaciones entre sí y con los centros
urbanos.
En
avanzada etapa de construcción estaban las obras complementarias del Aeropuerto
de Barcelona, y en telecomunicaciones se concluía la primera etapa de la red
troncal de microondas que uniría el Oriente con el resto del país.
Igualmente avanzada estaba la construcción del Hospital de Barcelona y
se inició la construcción del Hospital de El Tigre y el Hospital
Anaco-Cantaura. Ya en funcionamiento estaban 32 medicaturas rurales,
dispensarios y nuevos pabellones hospitalarios.
Y así
como se complementaba la labor social con comedores escolares, acueductos y
cloacas se inauguraban en las zonas rurales y en El Tigre, Puerro La Cruz,
Clarines, Pariaguán, Guanta, Aragua de Barcelona, Píritu, Puerto Píritu…
En
educación y salud, la inversión annual del gobierno era de un mil millones de
bolívares, y el Estado Anzoátegui estrenó más de 35 edificaciones escolares,
además de la Escuela Artesanal y la Escuela de Comercio (El Tigre), la Escuela
Normal y la Escuela Anexa (Barcelona), 89 escuelas unitarias y 3 escuelas de
capacitación femenina (Barcelona, El Tigre, Puerto La Cruz), una Escuela de
Teatro (Barcelona) y la ampliación de la Escuela de Bellas Artes Armando
Reverón. En la también creada Universidad de Oriente se preveía el
establecimiento de su Instituto Tecnológico y el Instituto Politécnico de
Oriente, entre otras iniciativas.
Así
como los préstamos internacionales sirvieron para financiar las autopistas
Caracas-Valencia y Tejerías-Valles del Tuy-Coche, ahora servirían para las
programadas represas del Neverí (La Concorvada), la del Río Terecuay
(Guayabal), la de Vallecito (Río Aragua de Barcelona), la del Río Guri (San
Pedro), la del Río Tocuntal (cerca de San Mateo), la del Río Aragua del Neverí,
la del Río Comunical (cerca de Santa Inés), la del Río Tapiricual…
En
Anzoátgui se habían construido 378 viviendas y estaban en construcción otras
656, además de lo pertinente a la amplia política de préstamos para la
construcción privada. Poco había avanzado la reforma agraria: 1.500 familias
asentadas en 20.000 hectáreas.
En
materia de electrificación, en Anzoátegui estaba concluida ya la planta
termoléctrica Guanta Nº 1 con 22.500 kilovatios, la planta diesel de El Tigre
con 5.000 kilovatios, y en construcción el ramal de empalme entre Guanta-Puerto
La Cruz, así como la Planta termoléctrica Guanta Nº 2. Por Anzoátegui pasaría
también la línea de transmisión entre Macagua y Santa Teresa que llevaría a
oriente todo el excedente de energía eléctrica del Caroní. (Estaba previsto el
inicio de la planta del Guri para 1963.)
Esto
y más sucedía a escala nacional mientras que -en política- Jóvito Villalba, el
viejo compañero de muchos integrantes del Gobierno de Coalición (del cual su
partido URD ya no formaba parte desde hacía año y medio), afirmaba que “el
pueblo sufre hambre y miseria como no las sufriera en las horas más negras de
su historia”. Olvidado de Gómez y de Pérez Jiménez, Jóvito también hablaba de
“la dictadura existente”, todo por televisión y en medios impresos. Unido a las
minorías, Jóvito confundió también democracia con dictadura, causando la
extrañeza de sus compañeros de la generación de 1928 que lucharon contra una
tiranía implacable, que aherrojaba las libertades públicas y mantenía La
Rotunda llena de presos políticos, además de sacar a subasta la riqueza del
subsuelo nacional para el enriquecimiento ilícito del déspota y de sus
sicarios.
La
lucha es otra cuando se enfrentan métodos violentos contra un sistema
democrático. Y había otra diferencia: la llamada generación del 28 respondía a
una pasión y angustia venezolanas, y no eran instrumentos de gobiernos
foráneos. El Gobierno de Coalición no estaba integrado por procónsules de
Estados Unidos ni de la Unión Soviética, y tampoco estaba constituido por
títeres de los militares, quienes para nada intervenían en la conducción de la
política nacional.
La
mezcla asopada que se desviaba abstractamente con fantasmagórica doble-careta
insurreccional escogió su propio camino hacia los tribunales que debían decidir
si se ajustaban o no a la Constitución, la cual establecía que sólo por métodos
democráticos pueden funcionar los partidos en Venezuela.
La vergüenza ajena sentida hacia quienes se entregaban tan inconscientemente a sueños dictatoriales extremistas, como los que evidentemente regurgitaba Cuba y adoptaban venezolanos desviados, reviviría como sombra oscura con garras de rapiña en el ocaso del siglo 20 y los albores del siglo 2I, como regresando al pasado ineficiente que el Gobierno de Coalición corregía –democráticamente- en la década de los 60…
Alberto Rodriguez Barrera
albrobar@gmail.com
@albrobar
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