Desde
los inicios históricos de tan pérfida doctrina esta ha sido una de sus
características, muy en consonancia con sus orígenes políticos: Recordemos que
el socialismo es la etapa socio-política previa a la instauración de esa otra
desgracia de la humanidad llamada
comunismo.
Lo
anterior, son verdades históricas que la mafia socialista internacional
pretende siempre ocultar o bien atenuar, con tan buenos resultados que no solo
en Venezuela el socialismo tiene cabida con su inherente saldo destructor.
Pueblos hermanos como Bolivia, y Nicaragua van probando en distintas dosis el
mismo veneno que ha mantenido en la esclavitud al pueblo cubano,
"infierno" este que pretenden para nuestra "Pequeña
Venecia".
Pero
como es obvio, mentiras de tal dimensión no tardan en develarse y ha sido ese
el caso de la violencia política del socialismo en nuestro país. Bastó que las
fuerzas democráticas derribaran el muro de contención colaboracionista vigente
desde 2003, - ese mismo que censuraba cualquier propuesta de cambio político
distinto a la vía electoral "hecha en socialismo"- para que el
régimen en gobierno echara mano de su siguiente arma favorita luego del engaño:
la violencia.
Ha
sido una violencia política desproporcionada la ejercida por el Estado socialista,
solo comprensible entendiendo que se trata de un régimen esencialmente
incapacitado para ceder posiciones ante un adversario político, ya que hablamos
de una doctrina cuyo desiderátum se basa en el poder absoluto ad infinitum,
como lo certifica la historia de todos los gobiernos basados en el socialismo,
cuyos líderes jamás ceden el poder voluntariamente.
Pero
es el caso, que a la fecha presente en Venezuela, aquella constatación solo
sirve de acicate para profundizar el vigente proceso de protesta política,
pública, pacífica y no armada cuya pertinencia hoy más que nunca se funda en la
razón como el medio de canalizar la necesidad de un cambio político,
garantizando así la pronta salida constitucional del régimen en gobierno, algo
sólo condicionado por el sostenimiento del rumbo presente. Veamos.
Esa afirmación cuenta con un nuevo y rotundo
basamento: "El estudio científico de Erica Chenoweth, doctora en Ciencias
Políticas, profesora de la Escuela de Estudios Internacionales de la
Universidad de Denver, EEUU, e investigadora del Instituto de la Paz (PRIO), en
Oslo, Noruega. Considerada una experta en el estudio científico de
insurgencias, tras analizar una larga data de todas las situaciones de calle en
el mundo en las que, en el amplio lapso 1900-2006, grupos de al menos mil
manifestantes buscaron un cambio de gobierno o liberación de un territorio,
algo que nadie había investigado sistemáticamente. Pero en los 106 años
comparados los resultados arrojaron, para su propia sorpresa, que numéricamente
las campañas pacíficas de resistencia civil fueron doblemente más eficientes
para lograr sus objetivos que las insurgencias violentas, incluso ante
regímenes autoritarios con alto nivel de represión. El resultado fue su libro
Why Civil Resistance Works: The Strategic Logic of Nonviolent Conflict (¿Por
qué funciona la Resistencia civil? La estrategia lógica del conflicto no
violento), coescrito con María J. Stephan, que les ha merecido varios premios y
reconocimientos desde que lo editó la Universidad de Columbia en 2011".
Fuente:
http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/140405/la-protesta-inclusiva-activa-y-pacifica-es-mas-exitosa
Decimos
entonces que, a partir del 12 de febrero
del presente año, gracias al liderazgo
ejercido por el Movimiento Estudiantil, Leopoldo López, María Corina Machado, y
otros conspicuos patriotas, la Venezuela democrática ha logrado superar los más
grandes escollos que sustentaban a esta tiranía, a saber: primeramente el
colaboracionismo criollo, siempre clamando por la paz de los esclavos para
beneficio propio, y luego, esa actual falacia llamada "régimen
constitucional socialista", derogada de facto desde el 11 de abril de
2002, todo por cuanto ahora el
socialismo en gobierno es solo una más de las tiranías en el concierto de las
naciones.
Solo
resta profundizar en el camino ya trazado, sumando cada día más compatriotas a la protesta
pacífica pero contundente en contra de la esclavitud socialista. Hecho esto
ganaríamos entonces la principal de las
batallas: "La batalla de las ideas", lo demás se obtendrá por añadidura. "El que se cansa,
pierde". ORA y LABORA.
Ronny
Padron
caballeropercivall@gmail.com
@caballeroperci
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