Hay
momentos en que me pregunto si no estoy delirando al escuchar una voz conocida
que dice cosas banales, que implican confesiones que sólo le importan a la
persona que las dice, o quizás, a sus médicos. A mí no me interesan. Supongo
que al resto de mis compatriotas, tampoco.
CRISTINA COME ARROZ, PERO LA COSTIPA Y NO HABLA SOBRE LO IMPORTANTE |
Porque
yo vivo en Argentina, un país que tiene toda clase de problemas realmente
serios, de difícil solución y que está al borde del abismo. Hablar de
inseguridad forma parte de nuestras vidas. Lo hacen hasta los chicos de 8 años.
Todas las formas de la violencia que usan los delincuentes, nos son conocidas.
De
eso, la presidente no habla.
La
droga se ha instalado y no existe una política seria encaminada a exterminarla.
Hay tanta desidia con respecto a la droga, que una se termina preguntando si de
verdad el gobierno está tan distraído que no ve, o si no quiere ver, o si
pactó. Es tanto el crecimiento del negocio narco y en tan poco tiempo, que una
tiene el derecho de hacerse estas terribles preguntas, con temor de que alguna
de ellas tenga respuesta positiva.
De
eso, la presidente no habla.
De
un lado están los abolicionistas del código penal, que han decidido que el
delincuente es la víctima de la sociedad. Este grupo está liderado por el juez
de la Corte que tenía (¿o sigue teniendo?) 6 departamentos que su administrador
le había alquilado a prostíbulos, con 2 mujeres que pudieran ser fruto de la
trata de personas. Un juez que pregunta “¿a quién le ha hecho mal fumarse
alguna vez un porrito?” ¡Un lujo el juez!
De
eso, la presidente no habla.
Del
otro lado, el sentido común que quiere delincuentes victimarios y responsables
de sus actos, y por supuesto pagando sus delitos con las penas
correspondientes. Estos son mayoría entre la población, el problema es que no
son mayoría en el congreso. ¿Qué pasará con el proyecto de reforma del código
penal liderado por Zaffaroni y rechazado por la gente?
De
eso, la presidente no habla.
Nuestra
inflación, que ha sido erradicada del
mundo, empezando por nuestros vecinos, Chile, Uruguay, Bolivia,
Paraguay, Perú, Ecuador, etc… está 4°, sólo Venezuela, Sudán e Irán, nos ganan.
Aún así, dicen la verdad por horrorosa que esta sea. Nosotros mentimos.
Declaramos la mitad de la inflación real
que sufrimos. Y con “precios cuidados” no se arregla.
De
eso, la presidente no habla.
Según
los informes PISA (informes internacionales, serios, se hacen cada 3 años,
evaluando chicos de 15 años de 65 países, en interpretación de textos, ciencias
y matemáticas), Argentina es el país que más ha INVOLUCIONADO en materia
educación pública. La que debe ser de excelencia, ya que es el único rasero
socio/económico que existe. Este pecado que pagaremos por varias generaciones,
sucede en el país de Sarmiento y de la ley 1420.
De
eso, la presidente no habla.
El
poder judicial ha sido deliberadamente abandonado por la Justicia y es manejado
sin pudor alguno por el ejecutivo. Así tenemos personajes de alto rango
acusados por lo menos de enriquecimiento ilícito, y esos se exhiben en La Rosada sin darse por
aludidos. Casi ninguno de ellos puede explicar sus bienes, ni siquiera los
blanqueados. Y al fiscal que investiga, lo suspenden y probablemente lo echen.
¡Cometió el pecado de cumplir con su deber! Y eso, en tiempos K, no se hace.
De
eso, la presidente no habla.
El
desempleo acecha. La gente no compra. Las industrias fabrican menos, las
empresas se vuelven más cuidadosas. Resultado: primero se suspenden obreros y
empleados, luego se los echa. El empleo en negro crece, lo mismo que la
pobreza. ¡Y tenemos tantos pobres!, 36,5% según ex empleados del INDEC; 27,5% según
la Iglesia. Pero el gobierno hace 9
meses, el tiempo de un embarazo, que no da a conocer ni siquiera una cifra
mentirosa, y eso que nos tiene acostumbrados a las mentiras. ¡En la década
ganada! Los 11 años con más viento internacional a favor en la historia
argentina, probablemente irrepetibles. Y sin lugar a dudas, desperdiciados.
De
eso, la presidente no habla.
Los
jubilados esperan morirse rápido, para no pesarle a sus hijos ya que la
jubilación no les alcanza ni para los remedios. Se prometen obras que nunca se
concretan. Se las inaugura una y otra vez. La fachada, detrás no hay nada.
Shocklender se pasea sin compartir sueños, mamá Hebe lo desconoce y sigue
recibiendo plata (nuestra) desde el gobierno, no sabemos a cambio de qué.
De
eso, la presidente no habla.
Hay
venganza contra los militares, porque eso no es justicia, salvo algunos casos
puntuales. El abuso y mal uso de los DDHH, totalmente tuertos; los piquetes,
los escraches, el descontrol de tantos funcionarios y allegados. La desaparición
del país en el concierto internacional.
Las máquinas de la casa de la moneda que no dan abasto y Ciccone
tampoco. Pero Boudou no conoce a Vaderbroele. Y sonríe. Siempre. ¿Se ríe de
nosotros?
De
eso, la presidente no habla.
¿De
qué habla la presidente desde su país de las maravillas? Habla de su
funcionamiento intestinal. Porque mientras todo esto nos sucede, la presidente
por “condena” nacional, nos explica desde La Rosada, ante un grupo de
empresarios, que: “me gusta el arroz, pero me constipa un poco”.
Ya
está. Con esas sabias palabras hemos solucionado todos los problemas del país.
¿Cómo hemos podido vivir los argentinos sin este imprescindible conocimiento?
¡Cuánta incultura de nuestra parte! ¡Qué mal
informados! Es casi como ignorar el 9 de julio de 1816. Una vergüenza.
Perdón,
tengo una curiosidad, ¿la presidente comerá mucho arroz?
Malu
Kikuchi
maluki@fibertel.com.ar
@malukikuchi
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