Cuando se habla de la
situación de crisis del país, se hace básicamente referencia a dos
de sus aspectos más visibles el político y el económico. En realidad, pudiera
resumirse todo en una sola variable, la política; pues cuando un gobierno se
declara comunista o socialista, la política económica va implícita en el
anuncio.
Aunque aquí si
deberíamos establecer diferencias, pues socialismo y comunismo no son
exactamente la misma cosa, y si no, pensemos tan solo en los gobiernos
socialistas de las democracias europeas y
los de la Unión Soviética, la China de Mao o la Cuba de los Castro. La
comparación es más que ilustrativa para mostrar las desemejanzas conceptuales y
prácticas entre unos y otros, no obstante
ser considerados ambos grupos de gobiernos como de izquierda, pero
sobretodo las discrepancias y contrastes entre socialismo y comunismo como
ideologías afines.
El caso del gobierno
venezolano se hace un poco confuso tratar de buscarle lugar en la anterior
clasificación, pues a pesar de que el chavismo tiene un origen democrático, y
es precisamente el calificativo democrático, el que marca una de las
desemejanzas entre los gobiernos socialistas europeos y los de la antigua URSS,
la China maoísta o Cuba, el tratamiento del marco democrático no ha sido
precisamente democrático. Mostrar una copia de la constitución en cada acto
público que hay o hacer referencia a ella a cada rato, para incumplirla más
tarde, es algo más que una burla, que en la práctica se traduce en sentencias
del máximo tribunal de la republica amarradas al interés político de turno del
gobierno o en instituciones tan importante para el equilibrio democrático como
el Consejo Nacional electoral o el propio Tribunal Supremo de Justicia copado
de funcionarios designados a dedo por el gobierno y ya con su periodo vencido.
Pero las democracias
auténticas son algo más que letra constitucional, son también el poder de la
mayoría, lo que no significa, en modo alguno, que se pueda ejercer monopólicamente.
Por eso, en aquellas democracias, cargos como el de Fiscal General o Defensor
del Pueblo son ejercidos por personas ajenas al partido gobernante y en organismos colegiados como el Poder
Judicial o el Electoral, existe representación independiente, así como de
los partidos de oposición.
Si después
consideramos el plano económico, tampoco encontramos claridad ideológica en los
gobiernos de los últimos quince años. El socialismo del siglo XXI de Chávez,
recordemos que al principio decía no ser socialista, es una mezcla de conceptos
comunistas al mejor estilo estalinista, mezclados con algo de nacionalismo y
populismo. La regulación de los medios privados de producción o las amenazas
contra la propiedad privada tal como se conoce en el estado burgués, fueron
parte protagónica de su prédica, así como del actual gobierno de Maduro; sin
embargo la distribución de la producción y de la riqueza, en general, algo que
es objeto de atención constante por los gobiernos socialistas europeos, aún
sigue estando en Venezuela, en manos de unos pocos, aunque hayan cambiado de
bando. Las mafias mandan en la comercialización de cualquier línea de productos
sean o no de primera necesidad y la escasez ha sustituido la abundancia.
También los
trabajadores y los sindicatos, parte esencial
en el soporte y acción de cualquier gobierno socialista, han sido en
este socialismo chavista, contrariamente a lo que se podía esperar, apartados y
perseguidos, y la nueva legislación laboral aprobada por Chávez, puede decirse
que más que beneficiar a los trabajadores y
sindicatos que los agrupan, coloca regulaciones que en vez de fortalecer
su intereses individuales y colectivos, los debilita y anula en algunos de sus
derechos fundamentales, como por ejemplo, el de tener derecho a un salario
justo o reconocer la autonomía sindical basada en las decisiones de sus
miembros reunidos en asamblea, derechos el primero individual y el segundo
colectivo, que son desconocidos todos los días. No digamos nada del irrespeto
al derecho que tienen los trabajadores a la contratación colectiva por parte de
este gobierno socialista, que es, a su
vez, el mayor empleador del país.
En definitiva, que ni
los anteriores de Chávez, ni este de Maduro, se parecen a
los gobiernos socialistas
europeos, ni encajan del todo, en los sistemas políticos comunistas al estilo
soviético o chino. Pero entonces ¿qué son?, eso trataremos de descifrarlo en la
próxima entrega.
Jose Luis Mendez
Xlmlf1@gmail.com
@Xlmlf1
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