He
allí a lo que quedaba expuesto Bolívar; pero, además, a que se suscitara toda
una avalancha de mensajes por las redes sociales, a propósito del pasado de
este señor, cuando entonces sí era “corrupto”, y se retrataba con gente de la
oposición, y, en ese sentido, le han sacado al sol cuanto trapito han podido,
sobre todo, una opinión pública muy caribeña y muy dada al humor negro; de modo
que a partir de allí el panel del oficialismo en ese diálogo arrancaba
cojitranco; aunque hay aquél que alega que la presencia de Bolívar allí se
debía a su condición de jefe del partido Podemos, pues así como la MUD
reflejaba una compactación de fuerzas; de parte del oficialismo se quería dar
la misma impresión, y lo que explica también la presencia allí, además de éste
y del representante del Partido Comunista, José Pinto, como
señalé, el jefe
Tupamaro; algo en sí que, por lo demás, se tomó como un lavatorio de cara
también para Pinto; a quien se le señala de poseer un amplio prontuario de
delitos; fuera de la dispensa que hizo Diosdado Cabello de los famosos
colectivos; a los que se nos ha recomendado no llamarlos así, como sí
paramilitares o grupos de choque, en virtud de que “el colectivismo” supone un
cierto blanqueamiento de las verdaderas actividades, a las que se dedican estas
bandas, como es el de sembrar el terror y la violencia entre la ciudadanía;
cosa que se tradujo en las palabras del arrogante Cabello, decía, y que de
inmediato esa opinión pública, ingeniosa y sarcástica, la tomó por
representarla en escenas de gente angelical: “Así quiere Diosdado que uno vea a
los grupos paramilitares”, en esas redes sociales.
Porque
así como fue una imprudencia de Bolívar traer a colación la deslegitimación de
Nicolasote; para Capriles era fundamental; porque de no hacerlo el ala más
radical de la oposición, consecuente con la idea del fraude del 14 de abril, no
se lo perdonaría; además para curarse en salud, en cuanto a esa legitimación se
refiere, y lo que indujo, por lo demás, a que Jorge Rodríguez viniera con una
de las intervenciones más exaltadas y pedantes (¿qué será eso “de reducción al
absurdo”, que repetía, continuamente, en sus palabras?), yo diría, que
histéricas; por la cantidad de mentiras que dijo; aparte de la debilidad
emocional que demostró al declarar que Andrés Velásquez era uno de los
dirigentes de la oposición, que más mal le caía, y que se convirtió, según un
análisis sobre el rating, que produjo este evento en la televisión venezolana,
aparecido en El Universal este domingo, en un “video viral”.
Aun cuando,
Capriles, como bien se lo reclaman los economistas; a pesar de que redundó en
el tema de la microeconomía; no se ocupó de los grandes desequilibrios
macroeconómicos, y esto se supone que porque le han recomendado, que no se
refiera a la teoría económica; pues la misma no sube cerros, y hace bostezar a
la gente; el problema del control de cambio y de todo el latrocinio que se ha
fraguado a su alrededor, causante de toda esta situación de precariedad en que
vivimos hoy en día.
Ahora se ve, cuando ya ha corrido una cierta agua debajo del puente, que la oposición llegó a ese diálogo a empujones; primero, porque no le aceptaron las condiciones; segundo, porque el mismo se tenía que realizar fuera de Miraflores; como se pensó en un comienzo, en el Meliá Caracas, por ejemplo, y con un moderador menos impertinente.
Enrique
Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo
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