lunes, 7 de abril de 2014

CARLOS JULIO PEÑALOZA, EL PAPÁ DE NICOLAS

               
Este artículo no es sobre el Papa Nicolás, sino sobre el papá de Nicolás. El primero es argentino mientras que el segundo fue arubeño. Hace varios meses publiqué una crónica titulada “El enigma Maduro” que superó el millón de lectores y sigue circulando con fuerza en Twitter. Dado el interés en este tema decidí hacer una investigación sobre los orígenes de su padre Nicolás Maduro García. El resultado de esta pesquisa lo presento a continuación. Las revelaciones que haré deberían impulsar al indocumentado jefe de Gobierno a dar un paso adelante presentando su partida de nacimiento para ser verificada por expertos, aclarando su situación legal. Si no lo hace demostraría que no la tiene, ante lo cual debe renunciar por no ser venezolano por nacimiento.
            El espeso misterio que el G2 cubano ha creado alrededor del origen de Nicolás Maduro Moros se repite tal cual con la saga de su papa Nicolás Maduro García. El tan cacareado G2 fallo tontamente al no chequear debidamente los orígenes de Nicolás Maduro Moros y ahora los Castro no hallan que hacer. Nicolás padre fue un inmigrante arubeño cuyos progenitores fueron un judío sefardita de apellido Maduro y una señora colombiana de apellido García. En 1942 el futuro emigrante vivía con su familia en Sabaneta, cerca de la refinería de la Standard Oil Company en San Nicolás donde su padre trabajaba.  Esa refinería producía gasolina proveniente del lago de Maracaibo. Durante esa guerra casi toda la producción de petróleo del Lago de Maracaibo era procesada en las refinerías de Curazao y Aruba.
            En ese entonces ese combustible era vital para el esfuerzo bélico de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial contra los Alemanes. Durante ese conflicto los germanos intentaron cortar ese suministro lanzando la operación ¨Westindien” con efectos devastadores. A comienzos de 1942 una flotilla de submarinos alemanes en combinación con un grupo de cañoneros atacaron por sorpresa a la refinería y a los cargueros petroleros fondeados allí. Esa planta para entonces producía más de 500 mil barriles diarios de gasolina y nafta. Durante ese ataque los submarinos nazis torpedearon 11 cargueros de petróleo, hundiendo 9. Además los cañoneros bombardearon la refinería causando serios daños. La planta quedo semi destruida y la producción de refinados se redujo a menos de 100 mil barriles diarios. Por cuestiones de seguridad y contrainteligencia este ataque fue mantenido en secreto para no crear alarma y sus detalles son poco conocidos.
            En esa época la refinería de San Nicolás era la única fuente de trabajo de Aruba. Muchos de sus empleados y obreros pertenecían a la comunidad sefardita. Su casi total destrucción provocó gran penuria económica y muchos jóvenes isleños empezaron a emigrar ilegalmente a Venezuela en búsqueda de empleo. Uno de ellos fue Nicolás Maduro García. El joven judío estudiaba bachillerato, pertenecía a un grupo izquierdista, era admirador de la Union Soviética y se había convertido a la doctrina “anarquista”.  Luego del ataque a la refinería Nicolás se dio cuenta que en Aruba no había futuro y decidió emigrar ilegalmente a la tierra del petróleo.
            A los 19 años era un mocetón alto y de ojos verdes cuya la intención era trabajar en los campos petroleros de Venezuela. Además de la necesidad de empleo había oído que el presidente Medina Angarita había prometido legalizar el partido comunista. Esto le interesó porque le abría posibilidades a él para iniciar celulas comunistas en las petroleras y la idea le parecía interesante. Estos dos hechos le hicieron atractiva a Venezuela. Pocos días después se embarcó sin pasaporte en un peñero que transportaba frutas y verduras de Falcón a Aruba y regresaba cargado de licores y otras delicadeces. 
            Este tráfico era sumamente rentable y lo manejaba una poderosa banda de contrabandistas. El costo del pasaje era irrisorio bajo la condición que desembarcara en una playa solitaria en la Península de Paraguaná. A los 19 Nicolás abordó indocumentado un viejo peñero. En su bolsillo llevaba una carta de presentación de su papa dirigida a un primo que tenía una pequeña empresa textil en Caracas. La travesía de unos 50 Km. seria de pocas horas y la costa estaba desguarnecida. Su plan era simple. Al bajar indocumentado a tierra caminaría hasta a una carretera a esperar un destartalado autobús que lo llevaría a Coro. Desde allí viajaría a Caracas a visitar a sus parientes antes de seguir al Zulia.
            En Caracas sus familiares le ofrecieron empleo y le dijeron que probara suerte con ellos antes de irse al Zulia a trabajar con los norteamericanos de la Standard Oil. Nicolás había oído de las malas experiencias de sus padres con los gringos y les pidió opinión.  Su papa era un obrero en la refinería. Su mama era una colombiana de apellido García que trabajaba como servicio en casa de un ejecutivo petrolero norteamericano. Siguiendo los consejos de sus progenitores decidió quedarse en Caracas. Al llegar a la capital conoció y se hizo amigo de un hombre de unos 25 años llamado Salom Meza Espinoza de profesión contabilista. Salom se hizo muy amigo de Nicolás padre y prácticamente lo adoptó como su asistente y hombre de confianza en el sindicato. La amistad se desarrolló luego que ambos confesaron ser “anarquistas” mientras secretamente mantenían relaciones con militantes de extrema izquierda. Salom fue un adeco que no se fue con el MIR porque los consideraba como unos tipos locos muy jóvenes. Posteriormente abandonó a AD cuando Luis Beltran Prieto Figueroa se separó con el MEP.
            El 9 de octubre de 1945 fue un día de celebración para Nicolás y Salom. En esa fecha el general Medina proclamó solemnemente la legalización del Partido Comunista venezolano. Esa noche se tomaron unas cervezas en un bar cercano y brindaron por la revolución. El anuncio de Medina disparó el golpe de la logia del Capitán Marcos Pérez Jimenez. Este ambicioso e inteligente oficial había regresado de Perú imbuido de ideas golpistas y vio que la legalización de los comunistas le brindaba la oportunidad esperada.          El 15 de octubre una delación puso en evidencia a Pérez quien fue detenido de inmediato. El 18 de octubre cuando se produce el golpe MPJ estaba encanado y por ello no formó parte de la Junta de Gobierno encabezada por Betancourt que se instaló ese día. Si Pérez Jimenez hubiera estado suelto, Betancourt no hubiera sido parte de esa Junta.
            Lo dicho hasta ahora es apenas el abreboca de una importante y sabrosa historia que forma parte de mi nuevo libro “Chávez, El Delfín de Fidel”. Dado el interés histórico y la vigencia que tiene el dilucidar la nacionalidad de Maduro creo conveniente dar este adelanto que será seguido de una segunda parte la próxima semana. Quien tenga información adicional sobre este tema o conozca datos diferentes agradezco me informen a genpenaloza@gmail.com

Carlos Peñaloza
genpenaloza@gmail.com
@GenPenaloza

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