Este artículo no es sobre el Papa Nicolás, sino sobre el papá de Nicolás. El primero es argentino mientras que el segundo fue arubeño. Hace varios meses publiqué una crónica titulada “El enigma Maduro” que superó el millón de lectores y sigue circulando con fuerza en Twitter. Dado el interés en este tema decidí hacer una investigación sobre los orígenes de su padre Nicolás Maduro García. El resultado de esta pesquisa lo presento a continuación. Las revelaciones que haré deberían impulsar al indocumentado jefe de Gobierno a dar un paso adelante presentando su partida de nacimiento para ser verificada por expertos, aclarando su situación legal. Si no lo hace demostraría que no la tiene, ante lo cual debe renunciar por no ser venezolano por nacimiento.
El
espeso misterio que el G2 cubano ha creado alrededor del origen de Nicolás
Maduro Moros se repite tal cual con la saga de su papa Nicolás Maduro García. El
tan cacareado G2 fallo tontamente al no chequear debidamente los orígenes de
Nicolás Maduro Moros y ahora los Castro no hallan que hacer. Nicolás padre fue un inmigrante arubeño cuyos
progenitores fueron un judío sefardita de apellido Maduro y una señora
colombiana de apellido García. En 1942 el futuro emigrante vivía con su familia
en Sabaneta, cerca de la refinería de la Standard Oil Company en San Nicolás
donde su padre trabajaba. Esa refinería producía
gasolina proveniente del lago de Maracaibo. Durante esa guerra casi toda la
producción de petróleo del Lago de Maracaibo era procesada en las refinerías de
Curazao y Aruba.
En
ese entonces ese combustible era vital para el esfuerzo bélico de los Aliados
en la Segunda Guerra Mundial contra los Alemanes. Durante ese conflicto los
germanos intentaron cortar ese suministro lanzando la operación ¨Westindien”
con efectos devastadores. A comienzos de 1942 una flotilla de submarinos
alemanes en combinación con un grupo de cañoneros atacaron por sorpresa a la
refinería y a los cargueros petroleros fondeados allí. Esa planta para entonces
producía más de 500 mil barriles diarios de gasolina y nafta. Durante ese
ataque los submarinos nazis torpedearon 11 cargueros de petróleo, hundiendo 9.
Además los cañoneros bombardearon la refinería causando serios daños. La planta
quedo semi destruida y la producción de refinados se redujo a menos de 100 mil
barriles diarios. Por cuestiones de seguridad y contrainteligencia este ataque
fue mantenido en secreto para no crear alarma y sus detalles son poco
conocidos.
En
esa época la refinería de San Nicolás era la única fuente de trabajo de Aruba.
Muchos de sus empleados y obreros pertenecían a la comunidad sefardita. Su casi
total destrucción provocó gran penuria económica y muchos jóvenes isleños
empezaron a emigrar ilegalmente a Venezuela en búsqueda de empleo. Uno de ellos
fue Nicolás Maduro García. El joven judío estudiaba bachillerato, pertenecía a
un grupo izquierdista, era admirador de la Union Soviética y se había convertido
a la doctrina “anarquista”. Luego del
ataque a la refinería Nicolás se dio cuenta que en Aruba no había futuro y
decidió emigrar ilegalmente a la tierra del petróleo.
A
los 19 años era un mocetón alto y de ojos verdes cuya la intención era trabajar
en los campos petroleros de Venezuela. Además de la necesidad de empleo había
oído que el presidente Medina Angarita había prometido legalizar el partido
comunista. Esto le interesó porque le abría posibilidades a él para iniciar
celulas comunistas en las petroleras y la idea le parecía interesante. Estos
dos hechos le hicieron atractiva a Venezuela. Pocos días después se embarcó sin
pasaporte en un peñero que transportaba frutas y verduras de Falcón a Aruba y
regresaba cargado de licores y otras delicadeces.
Este
tráfico era sumamente rentable y lo manejaba una poderosa banda de
contrabandistas. El costo del pasaje era irrisorio bajo la condición que
desembarcara en una playa solitaria en la Península de Paraguaná. A los 19
Nicolás abordó indocumentado un viejo peñero. En su bolsillo llevaba una carta
de presentación de su papa dirigida a un primo que tenía una pequeña empresa
textil en Caracas. La travesía de unos 50 Km. seria de pocas horas y la costa
estaba desguarnecida. Su plan era simple. Al bajar indocumentado a tierra
caminaría hasta a una carretera a esperar un destartalado autobús que lo
llevaría a Coro. Desde allí viajaría a Caracas a visitar a sus parientes antes
de seguir al Zulia.
En
Caracas sus familiares le ofrecieron empleo y le dijeron que probara suerte con
ellos antes de irse al Zulia a trabajar con los norteamericanos de la Standard
Oil. Nicolás había oído de las malas experiencias de sus padres con los gringos
y les pidió opinión. Su papa era un
obrero en la refinería. Su mama era una colombiana de apellido García que
trabajaba como servicio en casa de un ejecutivo petrolero norteamericano.
Siguiendo los consejos de sus progenitores decidió quedarse en Caracas. Al
llegar a la capital conoció y se hizo amigo de un hombre de unos 25 años
llamado Salom Meza Espinoza de profesión contabilista. Salom se hizo muy amigo
de Nicolás padre y prácticamente lo adoptó como su asistente y hombre de
confianza en el sindicato. La amistad se desarrolló luego que ambos confesaron
ser “anarquistas” mientras secretamente mantenían relaciones con militantes de
extrema izquierda. Salom fue un adeco que no se fue con el MIR porque los
consideraba como unos tipos locos muy jóvenes. Posteriormente abandonó a AD
cuando Luis Beltran Prieto Figueroa se separó con el MEP.
El
9 de octubre de 1945 fue un día de celebración para Nicolás y Salom. En esa
fecha el general Medina proclamó solemnemente la legalización del Partido
Comunista venezolano. Esa noche se tomaron unas cervezas en un bar cercano y
brindaron por la revolución. El anuncio de Medina disparó el golpe de la logia
del Capitán Marcos Pérez Jimenez. Este ambicioso e inteligente oficial había
regresado de Perú imbuido de ideas golpistas y vio que la legalización de los
comunistas le brindaba la oportunidad esperada. El 15 de octubre una delación puso en evidencia a Pérez
quien fue detenido de inmediato. El 18 de octubre cuando se produce el golpe
MPJ estaba encanado y por ello no formó parte de la Junta de Gobierno
encabezada por Betancourt que se instaló ese día. Si Pérez Jimenez hubiera
estado suelto, Betancourt no hubiera sido parte de esa Junta.
Lo
dicho hasta ahora es apenas el abreboca de una importante y sabrosa historia
que forma parte de mi nuevo libro “Chávez, El Delfín de Fidel”. Dado el interés
histórico y la vigencia que tiene el dilucidar la nacionalidad de Maduro creo
conveniente dar este adelanto que será seguido de una segunda parte la próxima
semana. Quien tenga información adicional sobre este tema o conozca datos diferentes
agradezco me informen a genpenaloza@gmail.com
Carlos
Peñaloza
genpenaloza@gmail.com
@GenPenalozaEL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
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