El país confronta como nunca antes el flagelo
de una corrupción sistemática. En todos los niveles y estratos de la estructura
social se encuentra esta antítesis de los paradigmas axiológicos, con los que
el protohombre con visión ideal, anhela conformar la humanidad del
"mañana", que nunca llega, pero que la Historia en pinceladas mostró
su "probablidad".
Quienes con el rostro de piedra mienten y
engañan todos los días, parecen perseguir la vieja creencia de que por
repetición, se pueda convertir un enunciado falso en verdadero, hecho que para
la lógica es imposible; pero para los humanos desesperados, la "ilusión de
una posibilidad", les convierte en receptores de mensajes falsos y
víctimas de su propio destino frente a una "posibilidad de cambio",
que con el pasar de los días se derrumba.
El populismo y la demagogia medra en la humanidad de quienes detentan el
poder desde hace quince años, pues a base del engaño, la mentira y
ofrecimientos que nunca se cumplen, pretenden a estas alturas seguir
empalagando a hombres y mujeres que cifran esperanzas de que algún día se les
cumpla, aprovechándose de la naturaleza cognitiva de quienes se han convertido
en sus clientes políticos, y escudados en una falsa revolución que
pletóricamente la denominaron socialista
y bolivariana, para aprovecharse de la candorosa ignorancia de sus huestes.
En un régimen donde unos ven a otros
ataviados con trajes de marca, engullir manjares, poseer lujosos automóviles y
vivir en mansiones, en tanto que en cada esquina aparece un niño o un anciano
mendigando, como símbolos de un pueblo pobre y disperso, en torno a las
ciudades y deprimido en lugares, donde a veces no llegan ni los servicios
básicos, es comprensible la existencia de seres que se revelan y toman
decisiones a veces buenas para la mayoría, y fatales para algunos. Es pues, la
consecuencia de un gobierno corrupto e impune, carente de políticas sociales.
Los hechos que se vienen sucediendo desde
hace casi dos meses y que el régimen reprime con asombrosa brutalidad, son
producto de lo anteriormente señalado y es lógico entender que un pueblo al que
se le ha dado la espalda y se le niegan todos sus derechos, asuma una actitud
de reproche, y si a ello se le suma no solo
la corrupción, inseguridad, impunidad, desempleo, escasez de alimentos y
medicinas, expropiaciones, nepotismo, atropello a la dignidad de ciudadanos,
vejación de estudiantes, insultos, invasión de predios universitarios,
colectivos con patente de corzo para sus fechorías y crímenes, estamos en
presencia de una lógica consecuencia que la población asume mediante la
protesta, marchas y manifestaciones, previstas hasta en la propia Constitución
Nacional, Art. 350.
Demagógicamente el inquilino del Palacio de
Miraflores, invoca a diestra y siniestra ser amante de la paz, pero se
contradice porque en sus encendidas diatribas lanza denuestos contra sus
opositores y clama por el diálogo. ¿A que diálogo se refiere?. No puede haber
diálogo con las personas cuya honorabilidad, moral y dignidad se les ha
pisoteado y expuesto al escarnio público en tediosas cadenas televisas que
realiza a diario. En cualquier diccionario etimológico se puede leer que
política es "El arte (habilidad) de gobernar un Estado"; podemos
decir que está incluido el asunto del destino, interés y conducción del pueblo.
Desde el punto de vista ético el político tiene, necesariamente, que poseer una
amplia cultura, pues sin educación e instrucción nadie puede ser buen político,
por cuanto la manera de actuar de un estadista se encuentra en estrecha
relación con su preparación y dominio de las ideas claras y ordenadas
Mauricio Duverger, sociólogo neopositivista francés,
en sus obras "Los partidos políticos" e "Introducción a la
política", expresa que política es: "En toda comunidad el poder
organizado, las instituciones de mando y de coerción". Talcott Parsons,
sociólogo estadounidense, principal teórico del fundamentalismo, en sus obras
"La estructura de la acción social" y "El sistema social",
observa en la política el aspecto instrumental de la organización social, la
creación intencional de estructuras sociales que responden a un objetivo.
¿Cómo levantar una democracia, donde los
jueces inclinan la balanza de acuerdo a sus “intereses muy particulares”, donde
las leyes escritas nunca se aplican, donde los organismos de control tienen
inclinación hacia el partido de gobierno, dejando de lado todo cuanto significa
principios. ¿Cómo podemos hablar en los actuales momentos de democracia, en una
sociedad que perdió la confianza y la fe en quienes gobiernan la nación?
Quienes aceptaron en el círculo vicioso del
entorno oficial, "promulgar leyes" dirigidas a intereses específicos
(ley de bancos y otras tantas) y no para protección y mejora de la sociedad,
son cómplices y responsables de la corrupción creciente. Si hay corrupción en
las instituciones estatales es porque a ellas ingresan individuos cercanos a
quienes controlan los resortes del poder,
El papel de los medios de comunicación en la
actual coyuntura política que vive el país
El país confronta una dictadura
comunicacional, que el régimen aplica
través del denominado Sistema Nacional de Medios Públicos, el cual utiliza
perversamente para mentirles a los venezolanos, al mismo tiempo que pretende
asfixiar y por ende sacar de circulación a medios como El Nacional, El Impulso,
por solo nombrar a dos. Por fortuna, la solidaridad de la prensa internacional con Venezuela, en
emotivo e histórico gesto, echó por tierra la nefasta y maquiavélica intención
gubernamental, al pasar por la frontera 52 toneladas de papel periódico enviado
por diarios colombianos.
Estos revolucionarios de nuevo cuño que se
dicen bolivarianos, olvidan entre otras cosas que Bolívar fue para muchos el
precursor del moderno periodismo, por cuanto su ejemplo, acción, pensamiento y
lecciones, se encuentran más vigentes que nunca. Actuó, sintió, reflexionó y
escribió, no sólo para su época sino para la posteridad.
Existe una percepción continental del
comunicador libertario que es Bolívar.
Yolanda Osuna, historiadora venezolana,
analiza las intervenciones de Bolívar desde la perspectiva de la comunicación y
las describe en su obra “Bolívar y la comunicación, actualidad del enunciado
bolivariano”.
Desde Bolivia, el Dr. Luis Ramiro Beltrán
Salmón, nos recrea con su obra “El gran comunicador Simón Bolívar”. En la
misma, Beltrán perfila la capacidad comunicadora del Libertador destacando que
es orador y escritor cuya formación y pensamiento tiene la pasión por la
libertad que se percibe en todas sus intervenciones, en su prosa
político-militar, en su epistolario, en la prensa, en sus discursos y
proclamas.
El régimen se proclama bolivariano, pero no
pasa de ser sino un simple enunciado, pues son manifiestas sus contradicciones
que día a día los venezolanos observamos en declaraciones públicas por boca del
inquilino del Palacio de Misia Jacinta y sus conmilitones parlamentarios,
funcionarios y demás mesnadas.
Miembro
fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
Carlos
E. Aguilera A.,
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
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