domingo, 9 de marzo de 2014

TOMAS HORACIO HERNÁNDEZ, ¿DESAFIARON LOS COLECTIVOS A MADURO?

Las protestas y las guarimbas están poniendo muy nervioso al presidente de la República. Ni los militares en las calles, ni las tanquetas de guerra,  ni las continuas amenazas, ni la conferencia de la paz, ni los carnavales extendidos, ni las represiones brutales, ni mucho menos los payasos de otros países que son cómplices de lo que estamos viviendo, han podido calmar el ánimo de las personas que se encuentran en las calles.
Dado que nada de lo que está a su alcance le ha funcionado, el presidente apeló a lo más revolucionario de su libro de estrategia. Apeló por lo seguro. Desde el Cuartel de la Montaña el presidente Nicolás Maduro soltó esta perla: "Hago un llamado a las UBCH, a los consejos comunales, a las comunas, a los colectivos: candelita que se prenda, candelita que se apaga".
Analicemos cuidadosamente esta afirmación. Debemos entender por candelita, según el lenguaje que utiliza el señor presidente, toda protesta y/o guarimba que se encuentren actualmente en las calles del país ¿cierto? Siendo esto así, asumimos  que por "apagar la candelita" el presidente está mandando a todos estos grupos a convertirse en pseudobomberos para que apaguen con cubetas de agua todas las guarimbas que tengan cauchos quemados, ¿no?
Lo que ocurrió el día jueves en Los Ruices y Los Cortijos, en Caracas, dejó en evidencia que los colectivos son incontrolables. A través de las redes sociales pudimos ver cómo un grupo de motorizados llegaba a la zona de las guarimbas y en lugar de tener en sus manos cubetas de agua tenían pistolas de verdad verdad. El saldo final de esta candelita apagada fueron dos venezolanos muertos.
Muchas de las personas que denominamos guarimberos forman parte de un grupo de venezolanos muy molestos con el régimen y encuentran en este modo de protesta una manera de expresarse. Personalmente no comparto esta manera de expresar el descontento, sin embargo lo respeto. Ahora bien, lo peligroso de la masificación de la guarimba es que estos grupos son tan espontáneos como incontrolables. No tienen un liderazgo claro ni mucho menos una estrategia asociada a su protesta. De tal manera que una guarimba puede evolucionar prácticamente cualquier cosa, incluso a la antipolítica, cosa que le haría mucho daño a la oposición.
El gobierno nacional suele enfrentar las protestas con cuerpos policiales entrenados y formados para este tipo de situaciones. Los cuerpos de seguridad deben seguir órdenes dado que son estructuras fundamentalmente verticales. Pero que el gobierno apele a grupos armados para resolver los problemas del país es básicamente declarar todo el territorio nacional en zona de guerra. Estos grupos son incontrolables y no tienen, en principio, ningún liderazgo claro.
Con un gran cargo viene una gran responsabilidad, y estas declaraciones del presidente de la República no se las puede llevar el viento...
Tomás Horacio Hernández
@Tomashhr

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