A raíz de las manifestaciones iniciadas por
los jóvenes el 12 de Febrero para denunciar la crisis económica, política,
social y ética del Gobierno, la respuesta fue una feroz represión que produjo
20 muertos, centenares de heridos, un millar de detenciones y multiples
torturados. Pero esta acción, en vez de atemorizar a la sociedad civil, generó
una explosión popular que se ha prolongado hasta este día.
En esta oportunidad, por primera vez, no
operó la solidaridad automática e inmediata que en el pasado se había producido
a través de los mecanismos que se impulsaron desde las Cumbres de ALBA,
MERCOSUR o UNASUR en las que lograron
imponer respaldos incondicionales a
situaciones como las de Honduras (Zelaya), Paraguay (Lugo), Bolivia (negativa
de paso aéreo) Ecuador (huelga de policías) Argentina (Malvinas) y en
particular, en situaciones en Cuba y Venezuela.
Lo que sí se produjo, fue que surgieran
diferentes llamados de países miembros de la OEA interponiendo sus buenos
oficios para poner fin a este hostigamiento injustificado, y en especial para
propiciar un dialogo entre las partes identificando formulas de solución
pacífica al conflicto. Pero en vez de aceptar esta propuesta orientada en
construir la confianza necesaria, la respuesta oficial fue el insulto y la
descalificación, tal como ocurrió en los casos de Colombia (Santos), Chile (Piñera), Costa Rica
(CELAC), EE.UU (expulsión de tres diplomáticos) y Panamá que se llamó primero a
consulta a la Embajadora de Venezuela, y
como si ello fuera poco, debido a la convocatoria que hizo para que se realice la reunión de la OEA,
tuvo como inaudita y poco sensata respuesta el anuncio de la ruptura de
relaciones diplomáticas, políticas y la “congelación” de las relaciones
comerciales, que muestra el nerviosismo de un régimen que cree ser el
centro del planeta.
El viaje del Canciller Jaua por los países de América del Sur para
impedir la reunión de la OEA, no logró frenar la convocatoria del Consejo
Permanente y sustituirla por otra amigable de UNASUR. Lo único que lograron los
aliados del régimen Bolivariano es que el encuentro se hiciera a puertas
cerradas. Ahora el Gobierno “Bolivariano” pretende convertir en gran triunfo su
derrota, pero la resolución no recoge
las absurdas denuncias del Golpe de los
Estados Unidos y de Álvaro Uribe
El aislamiento del Gobierno de Venezuela se
evidenció además a través de las múltiples expresiones -similares a la de
Panamá- recogidas en las declaraciones del Consejo de Europa, del llamado del
Papa Francisco, de la portavoz de la República Popular China, del Secretario
General de la ONU, de la Alta Comisionado de Naciones Unidas para los DDHH, de
las resoluciones del Parlamento Europeo, además
de las resoluciones del Senado de Chile, del Senado de México, del
Senado de los Estados Unidos. Igualmente se pronunciaron los Alcaldes de las
Capitales Suramericanas, de las ONGs representativas y de destacados artistas
universales. Los venezolanos de la diáspora fueron bien recibidos al denunciar
la represión en más de cien ciudades de todo el Mundo Todo ello demuestra que
Maduro perdió la calle además de perder también los espacios internacionales.
Milos
Alcalay
milosalcalay@yahoo.com
@milosalcalay
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