Luego de los sucesos del 12 de Febrero del
2014, día de la juventud, el país entró en un ciclo de conmoción y ajuste como
nunca antes; los estudiantes decidieron, sin ayuda ni apoyo del país político,
tomar las calles en modo de protesta, y razones para la protesta había, por
toneladas.
El gobierno fascista de Nicolás Maduro se
puso bruto, como era de esperar, y trató, por todos los medios posibles, de
anular la acción estudiantil. Todo
empezó en el estado Táchira, reclamando la inseguridad que se vivía en la
universidad, la protesta fue reprimida por la Guardia Nacional, sin medida ni
respeto por las garantías ciudadanas, la protesta creció, y aparecieron los
colectivos armados.
Fue como encender un reguero de pólvora,
ciudad tras ciudad, a lo ancho y largo del país se unieron a las protestas y, a
medida que aumentaba el reclamo, la represión subía de volumen.
Es de destacar que la respuesta chavista a un
problema con los estudiantes fue, desde un principio, de carácter militar,
parte de un plan pre-establecido por la cúpula militar y con asesoría de los
cubanos, de apoyarse en los colectivos armados, sostenidos por el gobierno de
Maduro, grupos paramilitares fuera de la ley que operarían bajo protección
militar, y como eran grupos mercenarios, no tenían sujeción a ninguna norma, ni
compromiso con ninguna causa social o de justicia, su misión era herir, matar y
destruir vidas y bienes civiles; este plan se había urdido hacía ya un tiempo,
cuando se veía los nubarrones de malestar social en el horizonte, debido a las
difíciles condiciones económicas impuestas al país por el llamado Plan de la
Patria, o sea, la imposición del castrocomunismo en nuestro país.
El Táchira era el globo de ensayo, nunca se
les ocurrió que los tachirenses iban a oponer tal resistencia a la violencia
chavista y, cuando en apenas días tenían al país movilizado, se dieron cuenta
de que también habían subestimado la organización y la dirección del movimiento
estudiantil; en ese momento se decidió, en La Habana, la intervención directa
de los cubanos, que empezaron a entrar al país en contingentes disimulados,
para no levantar mucho polvo y llamar la atención.
Pero entonces se les dividió la oposición,
aparecieron Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma hablando de
La Salida, y la MUD, que el Gobierno creía tener bajo control, también llamó a
la calle, al menos la parte de la MUD que no estaba de acuerdo con la brutal
respuesta del régimen para con los muchachos y que creía en retomar los
espacios públicos para visibilizar el descontento ante la situación política
que planteaba el gobierno.
A medida que las semanas se fueron montando
en protestas masivas, a pesar del blackout informativo, de la terrible
autocensura de los medios privados, de los ataques a los servicios de telefonía
e internet, donde se desempeñaban las redes sociales, los abusos y crímenes
contra la población civil empezaron a filtrarse a borbotones hacia el exterior.
Varios puntos debemos resaltar; uno de ellos,
la actitud de Capriles con respecto a sus colegas y amigos que apoyaron a los
estudiantes, la impresión de que Capriles estaba molesto con lo que sucedía
quedó marcada, no era su plan, no era su respuesta, y su pacifismo a ultranza,
en medio de esta violencia, se veía ya no ridículo, sino absurdo; pero lo peor
vino con el anuncio de la MUD, en vocería de Julio Borges, de guardar el luto
el día 5 de Marzo en memoria de Chávez, que fue recibido como un nuevo intento
de la MUD por quitarle el apoyo a los estudiantes, de tratar de darle validez y
legitimidad a un gobierno criminal, de virar los acontecimientos de nuevo, a
favor de esa extraña “conchupancia” de un sector político de la oposición con
la “normalidad” que el gobierno chavista exigía, y a pesar que nuestros jóvenes
ya habían puesto 18 muertos y un número incontable de heridos, presos y
desaparecidos en su lucha por Venezuela, pareciera que ganó el bozal de arepas
y los intereses económicos, que prevalecen en ese cónclave de hombres probos y
respetuosos de la ley, de manera que, de nuevo, la MUD intentó suprimir las
acciones de calle y enfriar las protestas hasta “un momento más adecuado,
cuando seamos mayoría”, o sea, nunca, porque en estos casos la mayoría no se
convence con argumentos sino con acciones, con valor y arriesgando la vida como
corresponde con unos usurpadores asesinos.
Mientras tanto, que Leopoldo López se pudra
en la cárcel, junto a otros tantos presos políticos que la MUD ha estado
negociando infructuosamente su liberación.
El otro asunto fue la decisiva respuesta de
los venezolanos en el exterior que, alrededor del planeta, pusieron a billones
de personas a vibrar de nuestro lado, al punto que grandes medios, eventos y
artistas se unieron a nuestra causa, por primera vez el chavismo sintió el
rechazo mundial a sus pretensiones de que las cosas son como a ellos les da la
gana. Los mecanismos de observación internacionales empezaron a moverse, las
alarmas sobre violaciones de lesa humanidad están encendidas, puede que esta
vez no se salgan con la suya.
En ese momento, los carnavales venían muy a
propósito al Gobierno para enfriar el caldeado ambiente y el aniversario de la
desaparición oficial de Chávez extendería el tiempo vacacional y ayudaría a
cohesionar un chavismo en desbandada. Crasos errores de juicio, todo les funcionó
al revés.
Ya las máscaras cayeron, los chavistas no son
demócratas ni creen en el amor, Chávez destruyó el país, los del PSUV y sus
aliados son unos entreguistas, traidores a la patria, la mayor parte de los
miembros de la MUD sólo ha servido para cuidar sus intereses, Maduro es un
factor de los cubanos en Venezuela, perdimos por cobardía a nuestras FFAA y,
aún así, el pueblo está de pie y dispuesto a la reconquista de su libertad; los
pueblos, caseríos, barrios y zonas que eran rojas rojitas también tienen
razones para protestar y están levantando sus voces, haciendo sonar sus
cacerolas y pronto estarán en las calles con los estudiantes, igual que sus
padres y amigos, que todos nosotros, porque lo que viene es historia pura, una
nueva independencia de esos comunistas retrógrados y hambreadores.
En las actuales circunstancias, el gobierno
no gobierna, el país se ha hecho inviable, como dijo uno de los alucinados
dirigentes del gobierno, se pasó del punto del no retorno, ya sabemos quién es
quién y de qué lado está. La reacción en cadena comenzó, Venezuela jamás será
colonia cubana.-
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul
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