Esta esperanza de revolución emergió cargada
de un sinfín de contradicciones políticas, ideológicas, económicas, militares y
hasta religiosas. El actor principal se abrazaba al cristo redentor con la
misma pación que adoraba a Sai Baba, al Buda o a los espíritus de la sabana.
En los discursos impregnados de bolivianismo,
también frecuentaba las citas revolucionarias de Lenin, Marx o Mao. En los
últimos tiempos citó a León Trotsky, a su programa de transición, la revolución
permanente y la dictadura del proletariado, tesis adaptada nuestro tiempo con
la hegemonía del poder popular. “La dominación absoluta de los pobres de
Venezuela contra los ricos”, y esa espada de Bolívar recorrería América Latina.
Lo cierto es que hoy, esa perorata multisapida ideológica se estrella contra la triste realidad venezolana. La pretensión de los herederos del trono, de aplastar todas las instituciones públicas y privadas, de controlar militarmente al estado y a la sociedad, de someter con el aparato del estado todo vestigio de civilidad y libertad, se ha encontrado con una pared de contención y de resistencia: LA JUVENTUD ESTUDIOSA VENEZOLANA.
Esta caricatura de socialismo, que oscila
entre un vulgar capitalismo de estado y una desfachatada oclocracia, está
llegando al extremo de convertirse en una simplista dictadura militar que
aspira liderar absolutamente Diosdado Cabello. Como heredero militar.
Las muchedumbres engañadas y utilizadas
comenzaron su retirada, frustradas por el burdo engaño del falso poder popular.
Son las élites boliburguesas, los nuevos ricos los que durante estos 15 años
han medrado el erario nacional, han quebrado casi todos los programas sociales,
desde Mercal hasta Barrio Adentro, desde Cadivi hasta la Venezuela productiva,
no hay hueso sano de la administración pública y del estado donde la corrupción
de los enchufados no haya dejado su huella inescrupulosa.
En el escenario de lucha continuada por la
decencia, por la democracia, por la verdad, por la justicia, por la libertad y
por la paz, van cayendo caretas, se van desnudando los planes egoístas,
contrarios al bien colectivo. Y se va conformando una nueva mayoría
determinante para el cambio.
Da la impresión que estamos en una etapa
revolucionaria avanzada, donde las fuerzas del cambio lentamente se van a
abriendo paso ante tanta traición, ante tanto colaboracionismo y ante tanta
maldad.
En ambos bandos en pugna las contradicciones
van por dentro, ninguno termina de leer claramente las necesidades y el mensaje
del país. El chavismo se quedó sin líder y lo sostiene el fantasma de la
negativa a perder el poder y los privilegios, están unidos por el poder y el
dinero, uno se agarra del legado y los cubanos y otro se agarra de las armas de
la república. Mientras tanto las bases en un silencio sepulcral reflexionan y
esperan el momento de la retirada.
El otro bando ha quedado sorprendido por la reacción natural, por los jóvenes por los estudiantes, por la sociedad civil , por los auto convocados, quienes han levantado su voz de dignidad y libertad, improvisando métodos de lucha, impulsan la unidad, la respetan, pero no permiten que los negocien, que los utilicen, ni que los conduzcan a trampas electoreras. Varios dirigentes han surfeado la ola, se han colocado en la cresta con oportunismo. Pero los Estudiantes y los jóvenes han marcado la pauta de la lucha por la independencia y la democracia.
Los jóvenes de Venezuela comenzaron la
resistencia, el Régimen ha sacado su verdadera careta dictatorial y militar,
será la fuerza de los acontecimientos la que tendrá la última palabra. Por lo
pronto, todo parece indicar que las protestas y la organización popular van a
continuar, que la dictadura de los enchufados con Jorge Rodríguez, el malo a la
cabeza se van a quedar esperando la reacción de los barrios. Yo vengo de esas
entrañas y con toda la sinceridad del caso sostengo que el día que esos barrios
bajen se colocara al lado de los estudiantes y de la lucha por la libertad, por
la democracia y por la paz.
El país tiene un nuevo rubor, tiene una nueva esperanza, un nuevo sueño, que con sangre de juventud está marcando el camino de la libertad y democracia, los jóvenes venezolanos hoy escriben el presente de libertad con sangre mañana con el intelecto, el estudio y la academia marcaran el desarrollo y el bienestar. No los dejemos solos.
Jorge
Ivan Rodriguez Manzano
jorgeeticarodriguez@hotmail.com
@jorgeetica
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