Una
vez más los venezolanos hemos comprobado que estamos en la completa orfandad,
víctimas de una serie de intereses, que están por encima de nuestros principios
republicanos. Aunque la Organización de Estados Americanos en esta oportunidad
ha dado al traste con su propia razón de existencia, como es la defensa de la
democracia, y como tal se rige por un acuerdo que se conoce como Carta
Democrática.
Cuando
en la OEA se respetaba lo que se conoció como la “doctrina Betancourt”; causa
del atentado contra don Rómulo por parte del dictador dominicano Manuel
Trujillo, se expulsó a Cuba de la organización, tomando en cuenta el carácter
criminal y provocador, que adoptaba la recién instaurada tiranía de Fidel
Castro, y la doctrina Betancourt partía de que había que aislar a este tipo de
regímenes despóticos.
¿Acaso
no fue una provocación la de este señor intentar una invasión militar a
Venezuela por Machurucuto (Falcón), y atentar, en ese sentido, contra el
régimen legítimamente constituido, como era el de Betancourt? He aquí a la
conclusión que llega el sentido común del venezolano ante esta falta de
diplomacia, en la que ha incurrido esta organización, al no permitirle hablar a
una delegación de venezolanos, encabezados por María Corina Machado, la semana
pasada en el foro; prevaleciendo los caprichos del embajador venezolano; acuciados
estos compatriotas por la necesidad de plantear la dramática situación, que
vive el país a esta hora menguada de nuestra historia patria: el país que fue
expulsado de la OEA, allá en la distante década de 1960, ahora es el que impone
su voluntad en la misma, mejor dicho, el castrocomunismo, a través del
petrodólar venezolano.
Esto
es lo que se conocen como las paradojas de la historia; ¿es que acaso hay un
“espíritu absoluto”, que mueve estas cosas en el devenir de los pueblos, y
establece vasos comunicantes entre una realidad y otra? Una buena pregunta para
una filosofía de la historia como la de Hegel; como esa otra paradoja que hemos
visto en los anales de nuestra patria, a propósito del hecho de que Betancourt
ni siquiera dejó entrar a Fidel Castro por la puerta de atrás, a vivirnos
nuestro petróleo; no obstante, Chávez se lo permitió por la puerta grande, y
hoy en día este señor recibe, según cifras de los economistas, 112 mil b/d de
petróleo, y anualmente se le cancelan unos 13 mil millones de dólares, por
concepto de los servicios que prestan los médicos, enviados de ese país para la
Misión Barrio Adentro.
Eso
que la diplomacia brasileña tiene fama por su delicadeza y elegancia en el
trato con el entorno, donde se mueve, y no obstante a su embajador se le vio
hacer una verdadera animalada, a propósito de eso que dijo que ellos no querían
más circo, en cosas que tuvieran que ver con Venezuela, a la solicitud de la
intervención de la madre de una de las estudiantes asesinadas, que acompañó en
esta oportunidad a la delegación venezolana; no tanto por el desplante en sí,
que constituye el hecho de no tolerar el mensaje, que alguien quiere que se
sepa, como el hecho de prejuzgar ese mensaje, calificándolo de circense.
He aquí el famoso síndrome, que pone a correr a cualquier psiquiatra, con motivo de la psicosis de un paciente, quien le llega un día con el cuento de que ha descubierto que él no es su yo. Lo que daría lugar a preguntarle de inmediato: bueno, entonces, ¿quién es usted? En efecto, el psiquiatra no se atrevería a hacerlo por el temor a que le transmita su duda, y lo contamine con su desajuste existencial. Que es lo que ha sucedido en esta oportunidad: temor a que se sepa la verdad, y con ello a la demostración de que estamos ante una de las aberraciones políticas más penosas del continente.
Sin
contar esta gente que lo que no le iban a dejar decir adentro, en el foro,
afuera iba a adquirir más peso; a propósito de la dinámica de la información,
en un mundo ávido de novedades; que es donde Chaderton no mide su hipocresía,
brindándole a María Corina un escenario que, si hubiera procedido del modo
contrario; esto es, tolerar su intervención no hubiera adquirido la dimensión,
que alcanzó, y que se midió por el efecto que cundió en las redes sociales,
cuando se supo que CNN la estaba entrevistando.
Una
victoria diplomática que Chaderton se la tiró por el pecho a aquellos
venezolanos, que se agruparon frente a la sede de la OEA, y le comenzaron a
gritar una serie de cosas, cuando lo vieron; pero en uno de los gestos que está
muy lejos de la condición que ostenta; cuando a la diplomacia la que la rigen
son las reglas del honor y de la caballerosidad.
Enrique
Meléndez
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo
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