Desde
qué el productor agropecuario Franklin Brito inició su protesta por primera vez
en el año 2004 hasta que falleció el 30 de Agosto del 2010 luego de una larga
agonía, los venezolanos pudimos observar
como aquel hombre alto, de aspecto físico fuerte y sano, se convirtió en
un esqueleto con signos vitales. Ante
nuestros ojos poco a poco se fue deteriorando y quienes lo acompañamos de
alguna forma en su protesta, fuimos testigos de cómo la vida se le escapaba y sus
ojos reflejaban indignación ante la injusticia.
No
puedo negar que además del respeto que sentía por su lucha y por su valentía de
no doblegarse frente al poder, estaba mi preocupación por su deterioro físico y
mi impotencia de no poder hacer más nada que apoyarlo. Eran sus principios por
encima de su propia vida. Él sabía los últimos meses que su cuerpo presentaba
daños irreversibles, pero nunca perdió la esperanza de lograr la justicia que
nunca llegó en su caso. Murió, lo
velamos y enterramos, su fundo La Iguaraya es hoy un terreno lleno de monte y
su esposa y sus hijos quedaron a la buena de Dios. Algunos lo recuerdan, la
mayoría ya lo olvidó.
Hoy,
tenemos el extraño caso de Iván Simonovis. Y digo extraño porque después de
tantas acciones, tantas declaraciones, tanta gente de la oposición ofreciendo
salidas para su caso y gente del gobierno dispuesta a "mediar" de
alguna manera, Simonovis sigue preso, sin recibir la medida humanitaria que su
defensa ha requerido en varias oportunidades y es trasladado al Hospital
Militar, sólo cuando se les monta el gato en la batea al gobierno y una
emergencia hace correr a sus carceleros. Iván presenta un cuadro clínico
crítico y todas las patologías -19 en total- las tiene por las malas
condiciones de reclusión que padeció en los 8 años que estuvo preso entre los
muros del Helicoide, sede de la antigua DISIP, ahora SEBIN, sin recibir luz
solar y ni ventilación natural y sin ser atendido de las dolencias que iba
presentando por médicos especialistas de forma oportuna. Entre las patologías
que presenta están: abdomen agudo médico, deshidratación severa con hernia
hiatal sintomática, esofagitis de reflujo grado C, osteoporosis, lesión en la columna y en la
cervical, hipertensión, gangrena vesicular y prediabetes.
En
el 2013 fue operado de emergencia de una peritonitis biliar aun habiendo
padecido de fuertes dolores los días previos sin que esto importara a las
autoridades. El pasado lunes 27 fue
trasladado de nuevo de emergencia, presentando un cuadro de abdomen agudo,
Gastropatía Alcalina A, Enterocolitis
Aguda, deshidratación severa, enfermedad hemorroidal complicada con sangrado.
Yo quiero estimados lectores, que ustedes se pongan por un momento en los
zapatos de este ser humano y se imaginen preso en una cárcel, en un cuartucho,
sólo, sin la atención médica oportuna, con éste cuadro que les acabo de
describir. Es decir, a nadie le queda ninguna duda que Iván Simonovis está
enfermo y que necesita atención profesional constante. Pero el gobierno se lava
las manos ante su caso y el poder judicial se hace el loco ante la medida
humanitaria que su defensa ha solicitado.
Esto
en cuanto a lo "humano". En
cuanto a lo legal, a lo que manda la Ley, Iván Simonovis tiene 9 años preso, es
decir, más de una cuarta parte de la pena cumplida, por lo que tiene derecho
según la Ley de Régimen Penitenciario y el Código Orgánico Procesal Penal a la
medida sustitutiva por cumplimiento de pena conocida como "destacamento de
trabajo" como mínimo. ¿A cuántos presos comunes se les han otorgado estas
medidas alternativas desde que Iris Varela es Ministro de Asuntos
Penitenciarios? ¿Porque se les niega dicho derecho a los presos políticos?
¿Acaso el derecho no es igual para todos? ¿Hay dos justicias? ¿O están
aplicando la "Justicia Penal del Enemigo?
¿Qué
tiene este caso que no sepamos los ciudadanos, que el ensañamiento trasciende
las denuncias y peticiones de Organizaciones No Gubernamentales en todo el
mundo, Organizaciones Internacionales, personalidades y hasta la Iglesia? ¿Cuál
es el punto de honor del gobierno de Maduro y su séquito para actuar con tanta
crueldad ante una persona que ya tiene 9 años purgando una condena de un juicio
en el cual nunca se pudo comprobar la culpabilidad de cada uno de los que
fueron sentenciados? El cuerpo de Iván
Simonovis refleja los síntomas de las enfermedades que padece. Su deterioro aumenta ante los ojos de las
autoridades y sobre todo de su familia y amigos. La diferencia entre el
deterioro físico que llevó a Franklin Brito a la muerte y el caso de Iván, es
que Franklin sacrificó su vida por sus valores e ideales. A Iván, lo están
obligando prácticamente a sacrificar su
vida, permitiendo el deterioro de su salud por unas patologías que podrían ya
ser irreversibles, y la única explicación que puedo personalmente darle hasta
ahora a este ensañamiento es que Iván es “un punto de honor” o uno de los
“presos emblemáticos de la revolución". Lo que no sabemos es si la
“revolución” va a cargar también con el peso de la vida de Simonovis. Ya lleva
la de Brito a cuestas.
Tamara
Suju
tamarasuju96@gmail.com
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