Cuando el gobernador del estado Carlos Mata
Figueroa se ocupaba de agradecer a Cuba su participación en la Serie del
Caribe, el hampa le dio la despedida de este mundo a un turista alemán en un
asesinato por atraco, además de otro herido, lo que ha causado indignación
entre la población neoespartana ya que se continúan produciendo hechos tan
repugnantes en territorio insular.
Este pasado viernes se repitió la historia y
aumentó la cifra de asesinatos que han ocurrido en la ínsula, dejando a todo el
pueblo margariteño en un estado de inseguridad que no deja vivir a ninguna
familia en paz. Es lamentable decirlo, pero no hay resultados efectivos al
problema de la violencia; sin embargo, el gobierno se afinca en siete ciudadanos
que alzaron la voz para protestar por el mismo problema que contamina la
sociedad y los confinan a un encierro judicial como si se trata de un
asesinato.
Le preguntamos al ciudadano gobernador ¿Cómo
se puede hacer turismo “chévere” en una región donde la inseguridad acaba con
lo que viene a resultar la materia primaria para la isla?
Con la funesta muerte del ciudadano alemán y
otras muertes de venezolanos que han ocurrido posteriormente, los planes se
vienen abajo, las familias se encuentran a la intemperie, sin protección,
conscientes de que la vida está tan devaluada como el bolívar, que sigue siendo
cada venezolano y ciudadano extranjero blanco del exterminio en manos de los
desquiciados que pululan entre todos nosotros, con total impunidad. Todo esto, tampoco puede ayudar al maltratado
Puerto Libre.
Los ojos y oídos del mundo están informados
por la prensa y redes sociales de que en Venezuela el crimen es el producto más
acabado que tenemos en desarrollo permanente. Que la situación económica asfixiante
y cada día el restringido nivel de vida, alimenta el ímpetu de los delincuentes como manada enfurecida por
acabar con los que medianamente sobreviven en una especie de fauna desbordante
de miseria.
Al ciudadano gobernador del estado, se le
exige acciones contundentes, planes efectivos, mayor preparación y protección
policial, además de apelar a su
condición humana, porque estamos a las puertas de una ceguera suicida con final
sangriento que nadie merece. Es un acto de absoluta consciencia y no de
conveniencia.
El líder que encabezó la revuelta del 4 de
febrero, cuando su plan fue abortado dijo: “Basta ya de derramamiento de
sangre, los objetivos no fueron cumplidos”. Ahora deben comenzar a
replegarse sus seguidores, recordando
esta frase que ha desencadenado esta
barbarie sostenida. De seguir Venezuela
como va, también tendrá escasez de habitantes. Es un ruego colectivo, basta de
represión a dirigentes y estudiantes, vamos a alzar la bandera de la paz.
Susana
Morffe
@susanamorffe
www.desdelaisla.hazblog.com
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