FERNANDO FACCHIN B., LA REINGENIERÍA POLÍTICA

 “Las críticas no serán agradables, pero son necesarias.” W. Churchill

2014 es un año de retos y dificultades de significativa importancia para el país ante el grave y complejo panorama social, económico y político  y donde la crisis nos obliga a pensar seriamente  respecto al futuro, para lo que, en cierta forma, no estamos totalmente preparados, carecemos de un liderazgo convincente, con un proyecto de país que presente soluciones y fórmulas válidas y creíbles que nos permitan  avanzar para la superación de la crisis y, a su vez, permitan enfrentar los retos futuros con un marco concordado y con mecanismos de reingeniería política que sirvan como conductor en la busca de opciones para un desarrollo sustentable.

El debate  político está estancado en una lucha sistemática contra el oficialismo, sin opciones de futuro,  las ideas han sido sustituidas por los eslóganes   repetitivos y cansones.   Se percibe una abierta insatisfacción y fastidio por parte de la gente hacia la política de oposición. Se observa una virtual imposibilidad de nuestros “conductores” en reflejar las prioridades de la sociedad y la impotencia de los partidos políticos para ser efectivos canalizadores de las inquietudes de la diversidad de nuestra sociedad. La vetusta dirigencia partidista que lucha por evitar el surgimiento de nuevos líderes que le hagan sombra a sus hegemónicas pretensiones de ser jefes de partido y quienes se han creído ostentar un liderazgo que  jamás han tenido y hoy no pasan de ser verdugos políticos del futuro nacional.

Por lo tanto, es un año en que se revela, en forma mucho más clara que nunca, la necesidad de escuchar a las distintas instancias organizativas de la sociedad, para descubrir en el murmullo de sus voces infinitas, los mensajes que hemos de saber leer para provocar verdadero progreso. Se trata de una   reingeniería política, en que las esferas decisionales deben acercarse sin temor a la realidad del país y responder a ella rápidamente, aunque esto signifique desplazar las prioridades que sugiere el antiguo estilo político, requerimos de objetivos políticos modernos y orientación con nuevas ideas y proyección de liderazgo convincente con proyecto futurista, con vista de una inmediata reimposición del discurso y accionar político, terminar la diatriba de oposición radical al oficialismo, debemos tener una visión de objetivos y orientación para una reconcepción política, con una visión global de la realidad nacional, una misión y visión compartida entre Partidos, ONG, y sociedad en la solución de la problemática existente,   esto lo demanda y exige la sociedad civil, hoy dispersa en diversos movimientos que surgen esporádicamente e igualmente fenecen por falta de liderazgo convincente y creíble y sin poder de convocatoria.

La recomposición propuesta crearía cambios significativos en las organizaciones políticas, posibilitaría una  gestión partidista de calidad,  un relanzamiento  de los valores democráticos, proyección estratégica adecuada, sensibilización al cambio  y  el rescate de la malograda credibilidad política.

La política está en crisis, hay competencia desleal,  no se entiende que estamos viviendo momentos que requiere urgentes cambios que vayan en beneficio de rescatar el país  y no de posicionamiento personal acomodaticio y oportunismo. La obsolescencia del accionar político  ante una nueva sociedad imbuida en la velocidad de los conocimientos, preocupada por su futuro y que   observa a diario conductas antiéticas y precaria formación política impide la unidad para salir de la crisis.. Esto debe cambiar de inmediato, con una efectiva reingeniería política.

Fernando Facchin Barreto

ffacchinb@gmail.com

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