domingo, 23 de febrero de 2014

AURA C.GALEA A., EL FUNCIONARIO PÚBLICO VENEZOLANO, ESCLAVO DE SU PROPIA INDECISIÓN

Hace muchos años, más de 30, trabajé en la Contraloría Municipal del Distrito Federal (así se llamaba en aquella época). Tuve la oportunidad de compartir mis días de secretaria con una señora cuyo nombre si mal no recuerdo era Gladys. Me contaba su experiencia durante la dictadura de Pérez Jiménez y lo terrible que era para ella no poder confiar en ningún compañero, porque no sabía quién era el delator, el “sapo”.  Si,  por casualidad a alguien se le ocurría comentar algo fuera de contexto que involucrara una crítica al gobierno del dictador, era despedido o quizás “desaparecido”.

AUTOBUSES TRASLADAN CHAVISTA
Me cuenta mi hermana mayor, que a los alumnos de los colegios los obligaban a ir a los desfiles del sátrapa para hacer ver que había felicidad para los niños y sus padres (muchos añoran a Pérez Jiménez por sus obras, pero olvidan la represión, asesinatos y lo más importante: LA LIBERTAD), y cuidado aquel que no cumplía. Ahora son las marchas obligadas. Si no asistes te amonesto o te boto, o peor, no te damos el cupo en la universidad o institución que dependa del gobierno, debes ser fiel al “proceso”.
Salvando las distancias, en estos momentos está ocurriendo otra vez lo mismo en Venezuela. Los empleados públicos, que ahora suman millones son esclavos que salen a la calle con temor, que asisten a sus trabajos con temor y esto se ha extendido a universidades del gobierno, a todas partes. Leí con estupor una información en una red social que decía que los funcionarios del SENIAT tenían prohibido viajar a cualquier parte, debían pedir permiso al Superintendente del SENIAT (hermano del Cabello) y, además serían castigados por no asistir a las marchas.
Si llego a preguntar si a algún ciudadano lo dejaron en la calle por publicar un “tuits” o un comentario en “facebook”, surgirán miles de respuestas. Se de fuentes directas de compañeros que han delatado a sus compañeros (que antaño eran amiguísimo y solo discutían por Caracas-Magallanes), por haber leído algo en alguna red social. La han fotografiado y se la han entregado a los esbirros de sus jefes. Ese compañero, ese que está a tu lado, puede ser un delator, ya no vale ninguna Lista Tascón, es suficiente tener a un pobre de espíritu, a un arrastrado de compañero, que no sabe de ideología, sino de “guindarme” cuando sea oportuno y ya, listo el mandado. Los jefes de esos empleados públicos, pueden tener títulos, pero sólo saben de gritos, obscenidades, amedrentamientos, guerra psicológica, se crecen con un poco de poder y el maltrato es su norte. Se olvidan que la Administración Pública es un gallinero portátil en un camión: El chofer un día coloca alguna caja con las gallinas arriba de otras y, al otro día acomoda la misma  caja abajo y ¿cuál es el resultado? No necesito describirlo. Así funciona y en este régimen lo hacen todos los días, sólo vean cuanto duran los funcionarios en los cargos.
Por otra parte, ¿Saben ustedes la penuria de los funcionarios públicos que están dirigidos por militares? Esos funcionarios públicos no tienen el germen de lucha que sacaron en su momento los empleados botados de PDVSA, no se han puesto a pensar que una parálisis de toda, de TODA la administración pública sería terrible para este gobierno incapaz. Pero, pero cuidado, lejos de llamar a este tipo de acción, los exhorto a defender sus derechos, aunque dicen que el miedo es libre, da pena que el miedo esté condenando a la oscuridad, a la miseria, al dolor, a ellos y a sus descendientes.
Ese clase popular que está llamada a unirse al descontento general que azota a Venezuela, la mayoría son empleados públicos vejados, humillados, con sueldos miserables y que diariamente en su tristeza, está clamando internamente que sean otros los que los defiendan, porque “ SI NO TRABAJO, SI NO VOY A LA MARCHA… ME BOTAN”.
Esta es la nueva clase de esclavos en Venezuela, no cabe duda de ello y la dirigencia política debe darles una voz de aliento, no los olviden, porque son tanto los actores que necesitamos para salir de este régimen, esa es la verdadera unidad por la que clama Venezuela, una unidad que permite sacar de la conciencia de los empleados públicos su ¡INDECISION, SU MIEDO ¡
Aura C.Galea A.
auracarol@gmail.com
@auracarol

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