viernes, 31 de enero de 2014

OSCAR HERNÁNDEZ BERNALETTE, SOS VENEZUELA,


Ni el más optimista de los venezolanos estará en capacidad de negar que Venezuela, hoy por hoy, está inmersa en una profunda crisis. Dejemos de lado las evaluaciones del porqué y concentrémonos a tratar de entender cómo hacemos para salir de este atolladero. La nación en su conjunto está desmoronándose. Por donde veamos  en  esta querida patria lo que vemos es  oscuro, retroceso, tristeza, desasosiego,  pobreza, crimen, corrupción  y división.
El  Gobierno no encuentra la fórmula de superar la crisis porque no quieren reconocer que el modelo que se propusieron fracasó, en lo económico, en lo social. No se dan cuenta que hoy no tenemos una mejor Venezuela.  Que con  tanta riqueza no hemos sido capaces de ser prósperos. No hay nada que se haya hecho en estos últimos años que nos dé una sensación de que estamos mejor, que el país se enrumba hacia un superior destino. Cualquier analista internacional se percata del caos en que estamos sumergidos. Cuando una nación navega entre la inflación más alta del mundo, con uno de los índices más altos de criminalidad, entre los más corruptos del planeta, poca libertad económica y  reconocido un país con gran déficit democrático, una emigración acelerada de talento, no nos queda duda que estamos ante una gran tragedia que nos obliga a entender que el país necesita un rescate.
Al igual que el capitán  Edward John Smyth, que duró horas antes  de  solicitarle a Jack Phillips que diera  el SOS para rescatar el Titanic, los venezolanos debemos estar conscientes que estamos ante la necesidad de lanzar una señal de socorro. Por supuesto que esta señal no estaría dirigida sino  a  nosotros mismos, a nuestras conciencias, que requerimos que el país en su totalidad entienda que estamos ante una disyuntiva que necesita puntos de unión, de reconocimiento de unos por otros y de voluntad para resolver los graves problemas del país. El tema de la seguridad ha sido un punto de encuentro entre el Gobierno y la oposición. Qué bueno, ahora queremos resultados. Esperamos que la experticia de muchos venezolanos que no están a la orden del Gobierno se use. En la economía hay que dar un vuelco.  Hay que reconocer que se fracasó y llamar al concurso de muchos venezolanos  que con su experiencia y conocimiento pueden ayudar.
En fin, usemos el SOS en cualquiera de sus acepciones: Sálvenos o Socórranos; Socorro, Oh, Socorro; Socorro o Sucumbo; Sálvenos o Sepúltenos; Sálvenos o Sufriremos; Sobrevivir o Subsistir; Solicito Oportuno Socorro; Salvamento o Socorrismo; Sálvanos, Oh, Señor; Socorro, o sea,  Sálvame.
Lo cierto es que estamos como el Titanic, el mejor barco del mundo,  y sin embargo se hundió. Así está Venezuela, un gran país al que estamos dejando hundir.

Oscar Hernández Bernalette 
oscarhernandezbernalette@gmail.com
@bernalette1

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.