sábado, 4 de enero de 2014

FERNANDO FACCHIN B., VALENCIA NO CALLA, RESPONDE

Comienzo esta nota con un pensamiento de Mahatma Gandhi: 

“ Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible”.

Debemos reconocer los reclamos legítimos recientemente promovidos en defensa de Valencia, ello demuestra que la participación masiva, sin liderazgo aparente, será la clave para el éxito perseguido. Es el momento de observar el malestar colectivo de la sociedad como  la oportunidad, o al menos, como un llamado a despertar contra la ignominia roja que pretende destruir nuestra  región.

Los reclamos surgidos contra los manidos decretos han demostrado claramente que los carabobeños equivocaron su voto y eso ha traído como consecuencia una crisis de credibilidad, una gran desconfianza hacia quienes ejercen el poder ejecutivo en el estado, la cual se acentúa cada día más debido al silencio y la no presencia activa de quien funge de gobernador, quien desconoce el valor y la plenitud de la voluntad carabobeña.

El 2014 será un año histórico en Venezuela y en Carabobo y los valencianos, como defensores de nuestra soberanía regional, no podemos ser receptores pasivos de los desafueros centralistas contrarios al orden legal instituido con la vulgar anuencia del inquilino del Capitolio y su séquito de satélites serviles enemigos de la valencianidad que pretenden desmembrar a Valencia y confiscar su patrimonio. Me pregunto ¿A esto se le llama diálogo fraterno? Vaya ironía.

Los valencianos debemos ser y mantenernos como defensores activos y guardianes de nuestros derechos. Sólo los ciudadanos política y socialmente conscientes, entienden cuales son sus derechos y las responsabilidades de sus representantes y eso lo hemos demostrado. 

Ahora es necesario elevar y mantener nuestro nivel de conciencia pública.  Es importante que no se considere la voluntad política sólo como la voluntad de los políticos, ni de quienes participan de manera más evidente en la vida política regional.

En momentos como el actual, el proceso de voluntad política debe continuar con la movilización de todas las figuras claves en la vida política opositora en la región, con un solo objetivo: rescatar a Valencia de la ignominia roja centralista. No debe sorprendernos la actitud política de los policastros en función de poder, aquellos que consideran que los cargos públicos de elección popular, junto con sus satélites, son el camino más rápido para adquirir riqueza personal; para quienes la función pública es una forma de autoservicio y no un servicio público.

La tarea de construir voluntad política de defensa por Valencia no puede terminar en unos especiales, útiles y excelentes manifiestos, debe mantenerse a lo largo de los difíciles tiempos que vendrán. Los reclamos revocatorios de los decretos deben manejarse y mantenerse activos. La corrupción sistémica no desaparecerá de un día para otro. Todavía habrá escándalos de alto nivel conforme se vaya transformando el comportamiento.

A los politicastros del poder lo único que les preocupa y los aterra es cuando el pueblo se organiza y se moviliza, lucha y se rebela contra ese podrido orden establecido que ellos tan bien defienden a beneficio de su amo. No podemos olvidar que el tiempo de las dictaduras es efímero, pero sus ruinas son eternas.

ffacchinb@gmail.com

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