martes, 21 de enero de 2014

EUGENIO MONTORO, LA REVOLUCIÓN Y LA MUERTE

         En un aparente intento de robo unos delincuentes mataron a tiros a una conocida ex miss, a su esposo e hirieron a la hija. Mucha cobertura de los medios tuvo este asunto el cual se repite con una frecuencia escandalosa en Venezuela.
         Maduro pidió no convertir el caso en política pero no hay forma de evitarlo pues, aunque se enmudecieran todos los opositores a este régimen, la intensidad de la violencia no deja opción y el hecho es político por sí solo y sin que nadie lo estimule.
        
El periódico ABC de España cubrió esta noticia mostrando un pavoroso gráfico de los asesinatos en Venezuela. En 1998 se reportaba la inmensa cifra de 4 mil asesinatos por año y en 2013 había subido en una forma constante hasta 25 mil. Lo triste y vergonzoso del gráfico es que mostraba también el número de asesinatos en España que todo ese tiempo se mantenía en menos de 250 por año (si, leyó bien, doscientos cincuenta).
         La lógica revolucionaria de los comunistas venezolanos relaciona la violencia con el desempleo. De allí la ya famosa frase de Chávez de que” si yo tuviese a mi familia pasando hambre pues eso justificaría robar”.  Así que la cómica la pone Chávez o el INE reportando que el desempleo ha venido  bajando muchísimo mientras que las cifras de violencia crecen anualmente y son las mayores del planeta.
          Curiosamente no hay discurso rojo que no se refiera a la pobre España que tiene ahora unos índices grandísimos de desempleo del 20 % a consecuencia del sucio capitalismo  y que contrasta con el apenas 6% socialista y revolucionario desempleo que existe en Venezuela. Pues los españoles o son ángeles a los que el desempleo no les sube los índices de delincuencia o el INE de nuestro País es un gran mentiroso, pues resulta que a los españoles no le suben los índices delictivos. 
         La conclusión es simple. Si es verdad la relación entre desempleo y delincuencia, el desempleo debe haber crecido mucho en Venezuela mostrando el cinismo de este gobierno al contar a los vendedores de pantaletas en las aceras y a los mata tigres como empleados formales  con el único propósito de mostrar unas cifras convenientes. Tal vez sería una buena idea pedirles a los españoles que nos viniesen a medir el desempleo para ver la verdadera cifra que tenemos.
         Aunque Maduro disimula un combate frontal a la delincuencia por la necesidad de mitigar la presión de la opinión pública, no hay duda que este régimen y en el especial el de Chávez han sido indiferentes ante el tema de la delincuencia. Algunos opinan que el silencio de Chávez sobre el asunto de los ladrones y los asesinos, que contrastaba con el ruido diario en contra de los empresarios, se debía al número de votos que representaban.
         Es difícil aceptar que eso sea verdad, pero de que la prioridad de mantenerse en el poder usando cualquier método es una verdad comunista eso no admite discusión.
         Si así hubiese sido ojalá exista la sexta paila pues el inmenso dolor de miles de familias no hay forma de que se pague.
                                                              Eugenio Montoro
                                                            montoroe@yahoo.es
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