viernes, 24 de enero de 2014

DOUGLAS JÁTEM VILLA, EL 23 DE ENERO MÁS EXIGENTE

La de 2014 es la fecha más exigente hasta hoy para celebrar el día de la democracia en Venezuela por cuanto, luego de tantos años continuos de deterioro general, los venezolanos nunca hemos vivido tan carentes de ese derecho esencial, y más aún, nunca han sido tan numerosos los venezolanos que aprecian negativamente el futuro de nuestra sociedad.
Se sabe que la caída de Pérez Jiménez el 23 de enero, dio paso a la elección de Rómulo Betancourt por el voto popular, y a partir de entonces, a 40 años de elecciones con resultados respetados y que desalentaron golpes militares, a poderes públicos con aceptable independencia, especialmente el Congreso de la República,  y en términos generales, a realizaciones positivas y frustraciones ciudadanas, todo lo cual hizo de la Venezuela de enero de 1999 una mejor sociedad que la de enero de 1958, aunque inferior a la situación estelar que registró en algún momento intermedio de esos 40 años, la cual hizo de nuestro país un caso admirable de democracia y progreso en América Latina.
Lamentablemente, la democracia nacida en 1958 no llegó a consolidarse y el sistema partidista se deterioró gravemente, hasta el punto de dar paso a un intento de acabarlo y sustituirlo con un modelo comunistoide totalmente reñido con la idiosincrasia venezolana, y a que hoy se registren condiciones de vida muy inferiores a las de 1999, y obviamente a las de los años 1970´s, tal como lo demuestran claramente, entre otras, las inhumanas realidades de cifras de asesinados, de colas vergonzosas por la escasez derivadas del avanzado grado de destrucción de la economía nacional, de carencia de servicios indispensables, y tantas otras calamidades, incluyendo la clara y desmedida intervención extranjera, especialmente cubana, en nuestros asuntos. Contrariamente, alguien dirá, apoyándose en las cifras que produce el CNE, que una mitad de los venezolanos está satisfecha con la situación actual, pero tomando en cuenta los votos que por las varias circunstancias conocidas, pero no corregidas, no responden a una elección consciente y libre, se puede decir sólo una minoría integrada por usufructuantes del poder, por partidarios ideológicos del régimen y por antagonistas de la democracia sectarios y radicalizados, aprueba la experiencia venezolana de los últimos quince años.
Pero lo más importante no es esta comparación de respaldos, sino el pesimismo o la falta de optimismo que se está haciendo una característica nuestra, por cuanto de ello depende nuestro comportamiento como ciudadanos venezolanos.
Se reconoce que nuestra condición de vida es dramáticamente mala, y por otro lado que es muy difícil abatir la causa principal de esta tragedia, la cual es el comportamiento del régimen, el cual luce en control fuerte del país y en capacidad de enfrentar victoriosamente al sector democrático.
Todavía más, se tiene que reconocer la durísima tarea y el largo tiempo que significa para nuestra sociedad, tan deteriorada y vulnerada en su tejido social, recuperar el país una vez desplazado el actual régimen.
Pero nuestro problema tiene solución, nuestra enfermedad tiene cura, algo que es complejo, pero no imposible, sobre todo por la mitad de venezolanos que todavía se mantiene en la lucha sin dejarse derrotar por el pesimismo y que es fuente de optimismo, mitad que se tiene que incrementar confrontando la gestión destructiva del gobierno y construyendo una opción liberadora, verdadera y totalmente unitaria, democrática más allá del ámbito exclusivo de los partidos, los cuales deben abrirse a la conciencia libre de los militantes, para captar a esos venezolanos que deben votar en forma consciente y libre, y en definitiva para tener la fuerza y la capacidad de vencer al gobierno.
Es difícil ser optimista, pero es mejor que ser pesimista, y además se vive mejor y con más paciencia y perseverancia siendo optimista.
Douglas Jatem
djatem@gmail.com

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1 comentario:

  1. Si queremos evitar que ese 50% que todavía mantiene la esperanza de reuperar y fortalecer la democracia en Venezuela creo que es necesario que:

    1) Toda persona que aspire a liderar este proceso debe demostrar más coraje enfrentando al "gobierno formal", que está dispuesto a todo, inclusive dar la vida, tal como lo hicieron los padres de nuestra democracia. Debe sobre todo evitar actuaciones que puedan dar lugar a dudas sobre su verdadero character, en particular reunirse hasta con el diablo con tal de satisfacer las supuestas necesidades de las comunidades que los eligieron. Esto ultimo para enseñar que no queremos ser una sociedad de esclavos sinó de verdaderos ciudadanos.

    2) La MUD debe dejar de actuar como un cogollo y consolidar una estructura unitaria y organizada, una especie de gobierno paralelo con el que los ciudadanos nos sintamos representados. Esta estructura debe enfrentar al "gobierno formal" en todos los campos de la lucha política, tanto nacional como internacional. Igualmente, la MUD debe internalizar que la vía electoral es un factor táctico, muy importante si pero no el único, en la estrategia a seguir para la recuperación del país.

    wjjatem@aol.com

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