La alianza con militares era indispensable para tomar y luego conservar el poder
¿SE
PUEDE APRENDER DE CHÁVEZ?,
Con Chávez muerto es posible intentar
balances sobre sus acciones como líder, en un período que recorre 21 años de
gravitación sobre Venezuela y América Latina. Sus ejecutorias pueden brindar
enseñanzas sobre cómo se plantean y logran determinados objetivos. Hace una
década o más habría sido posible pensar que el golpista del 92 se condensaría
en un pie de página de la relación de accidentes venezolanos, pero con la
perspectiva de hoy no parece ser este el caso. Su proyecto y su presencia
cambiaron de manera radical a Venezuela. ¿Para siempre? No se sabe; pero al
menos sí por este tiempo.
EL
OBJETIVO LO ES TODO.
Chávez mostró lo que es una radical vocación
de poder. Conspiró dentro de las Fuerzas Armadas y estableció vínculos con la
izquierda más extrema; comandó un golpe y no vaciló después en convertir ese
reguero de sangre en una gesta libertaria; estuvo preso y trocó su cárcel en el
epicentro del peregrinaje de lo más chic de la izquierda venezolana sin dar
cuartel; al salir de la cárcel y por un tiempo le hizo carantoñas a la
abstención electoral; participó más adelante en las elecciones de las que salió
victorioso; se dejó hacer arrumacos por élites ávidas de futuro facilón; quiso
a los ricos y a los pobres alternativamente; y no vaciló en cambiar de posición
táctica con el objetivo de conservar e incrementar su poder.
Chávez mostró que quería el poder a cualquier
precio. No le importó con quien aliarse ni se le aguó el ojo por andar revuelto
con quienes recogería, desecharía y volvería a recoger, lo cual incluye a
algunos de sus más afamados herederos. Vocación de poder sin escrúpulo alguno,
con una pasión que nunca desvió el objetivo principal. Arrolló a quien se
opusiera y embarcó en su aventura a quien quisiera entregar su voluntad al
líder.
-Primera enseñanza: Chávez demostró una
vocación de poder infinita y en función de su objetivo tejió y destejió
alianzas, pero nunca perdió el foco.
BASES
IDEOLÓGICAS.
El finado líder acogió desde temprano en su
vida dos ideas poderosas: desterrar el sistema representado por AD y Copei, y
enfrentarse a los EEUU, emblema del imperialismo, sobre todo para la izquierda
más radical. Más adelante Chávez se embutiría con otras ideas más definidamente
de izquierda, provistas por Fidel Castro y el trabajo de filigrana de este
sobre su dúctil discípulo.
Con los años Chávez se llenó de la conocida e
insoportable hojarasca retórica. Era maoísta en China, cuando los chinos no
quieren ni siquiera levantar el cristal que conserva el pellejo disecado del
antiguo Gran Timonel; era soviético en Rusia, cuando Putin y sus hijos no
quieren que les recuerden la KGB que dirigían con su secuela de crímenes y
menos que los vinculen a su abuelo, Stalin; era peronista en Argentina, cuando
ya Perón no pasaba de ser un proveedor de etiquetas sin ideas; y desde luego,
siempre bolivariano, estrujando los huesos del Libertador para que corroborara
cualquier majadería que a su aprovechado heredero se le ocurriera. Trató de ser
marxista sin haber leído a Marx porque escuchó comentarios de Alí Rodríguez y
de Jorge Giordani quien se leyó a Marx después de viejo y no pudo asimilarlo
con alguna probidad.
Todo ese afrecho intelectual era para aliviar
la estitiquez de una izquierda sin héroes pero con tumbas. Pero lo que en
realidad eran las ideas fijas, sobre las cuales no vaciló, fueron las de
extirpar el sistema político anterior al que le atribuía la riqueza de los
ricos y la pobreza de los pobres, así como la corrupción y otras maldades; y la
otra idea fue la del enfrentamiento a EEUU que como no podía ser en una
expedición armada, se limitó al insulto coreado internacionalmente por los
enemigos de Washington. Todo recubierto de la idea socialista -en realidad,
estatismo estrepitoso- que Fidel proveería a cambio de petróleo.
-Segunda: Chávez tuvo
componentes ideológicos básicos sobre los cuales no vaciló y pese a sus
frecuentes variaciones de acuerdo con los ambientes, nunca abandonó un par de
ideas poderosas, con las cuales navegó aun contra la corriente.
SABÍA
UNA SOLA COSA, PERO BIEN.
Chávez no era un hombre culto en el sentido
corriente del concepto, pero estaba embebido en el pensamiento de Bolívar desde
décadas atrás. No tenía el sentido histórico de Bolívar pero sí había
desarrollado su particular y proteico Bolívar, con frases, marcialidad y
teatro. Con su personaje favorito construyó un cuento que le dio un particular sentido
a la historia del país, a sus personajes, al período democrático de los 40 años
y a las circunstancias de su propio mandato. Ese cuento fue construido con las
piezas dispersas de esa historia, acomodadas a placer, pero con un sentido
específico que era mostrarlo como el único continuador de la obra del
Libertador.
-Tercera: Chávez engarzó el
país en una visión totalizadora en la que cada cual tenía su puesto como héroe
o villano; no se dedicó a criticar políticas públicas parciales del pasado, sino
que embutió los aconteceres en su gran cuento.
LOS
MILITARES.
Chávez no fue un militar en el sentido
profesional de la expresión. Siempre fue un conspirador y usó su paso por las
Fuerzas Armadas para el golpe del 92. Sin embargo, tuvo una política hacia los
militares clara y definida; nunca les hizo ascos, ni siquiera cuando fue
derrotado militarmente por ellos ni cuando era el dueño de un exiguo 2% de
popularidad. Tuvo la intuición o la sabiduría, alimentada por las tesis de la
izquierda insurrecta de los 60, de que no habría la revolución a la que
aspiraba sin una política de alianzas con el sector militar.
Chávez nunca fue un ídolo de los militares,
ni cuando dio el golpe ni cuando fue Presidente; pero, logró un nivel de apoyo
básico que después de 2002 le sirvió para avasallar a generales y almirantes
que se le rindieron sin disparar un tiro.
-Cuarta: Chávez tuvo claro
desde el comienzo que una alianza con los militares era indispensable para
tomar y luego conservar el poder. Nunca vaciló en este tema.
SE
VOLVIÓ CUBANO.
Chávez mutó hasta su modo de hablar bajo la
influencia de Fidel. Se comprometió con su idea de socialismo a la cubana
cuando la opinión pública venezolana se oponía mayoritariamente a esa posición.
A pesar de esa resistencia siguió en esa actitud sin importarle un comino lo
que pensara la mayoría: se propuso convencer a sus compatriotas, lo que logró
en una proporción considerable.
-Quinta: Chávez creía en Fidel
y su revolución, no reculó hasta imponer su tesis a sus compañeros de golpe,
amigos y aliados, y a una porción del país. No siguió a la opinión pública sino
que la convenció, aunque solo fuese a un sector.
Chávez no fue irrelevante. Marcó la historia
de Venezuela como pocos. Algo habrá que aprender de él.
Twitter @carlosblancog
WWW.TIEMPODEPALARBA.COM
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
Creo que lo unico que hay que aprender del Comediante supremo, es que asi como el goberno, no se construye nada. Ni patria y mucho menos Nacion. (debo los acentos), fue un destructor y traidor de Venezuela.
ResponderEliminarsisofre@gmail.com