“Puedes ignorar la realidad, pero no puedes
ignorar las consecuencias de ignorar la realidad”. Ayn Rand, seudónimo de Alisa
Zinóvievna Rosenbaum (San Petersburgo 1905-Nueva York 1982), filósofa y
escritora estadounidense de origen ruso, desarrolló un sistema filosófico al
que denominó «objetivismo».
“Yo he ordenado inmediatamente la ocupación de
esa red y sacar los productos a la venta del pueblo a precio justo, que no
quede nada en los anaqueles”… “que el pueblo se lleve lo que la burguesía se
roba”…
“¿Qué
quiere la burguesía parasitaria? ¿Que yo me quede de brazos cruzados? ¿Que
acepte que saqueen a nuestro pueblo?”… “así es la burguesía cuando se siente
poderosa, abusa del pobre. Ladrones, anticristianos son, le quitan al pobre
para enriquecerse”.
Después
de estas palabras cargadas de odio, deseos de venganza, retaliación y
resentimiento, ocurrieron los saqueos y amenazas de asalto a tiendas de
electrodomésticos en varias ciudades del país. Y dos especies salieron a
saquear: los pobres diablos que creen esta paranoica versión de ciencia ficción
y los aprovechados a quienes no importa cometer el delito de robo para
beneficiarse.
Desde
hace años, cuando el finado estableció como método para implantar su revolución
el insultar con las palabras más soeces y ofensivas al país que le adversaba,
llamamos la atención sobre el efecto corrosivo que tenían sus palabras sobre el
ánimo de sus seguidores.
La siembra de odio hacia quienes se oponen a un
proceso comunista y empobrecedor en el país ha traído consecuencias trágicas:
muerte, separación de familias, exilios y una gran división entre los
venezolanos, que ha tocado picos peligrosísimos de enfrentamientos con saldos
letales. Seguramente en el más allá le estarán pidiendo cuentas sobre esta
larga lista de muertes y dolor que ha dejado a su paso un régimen que ha sido
tan apto para el odio como inepto para gerenciar con eficiencia el país.
En
días pasados se conmemoró La Noche de los cristales rotos ( Kristallnacht), que
ocurrió en la Alemania nazi durante la noche del 7 y 8 de noviembre de 1938,
cuando fueron sacados de sus casas, apresados y despojados miles de judíos. El
embajador germano en Venezuela Walter Lindner fue entrevistado al respecto y su
explicación del evento es para helarnos: “El diablo allí era el ministro de
propaganda, Joseph Goebbels, quien inventó muchos de esos mecanismos que
prepararon el terreno para el exterminio. El lenguaje del odio, sobre todo. El
lenguaje para mostrar a la población alemana que allí había unas personas que
no valían nada.
El desprecio por esas personas, los llamaban “cucarachas”,
“enemigos del pueblo”, preparando así poco a poco el terreno para justificar
las acciones.
Los nazis culparon a los judíos por todo: la inflación, el
capitalismo, todo lo malo en una sociedad, los crímenes. Los culpables eran los
judíos. Y la gente poco a poco lo creyó”. De allí al holocausto medió sólo un
paso.
Dividir
para reinar, ese era el sistema del finado, que lograba esa polarización con su
magnetismo caudillesco. Pero el cuento del heredero es diferente: a este no lo
sigue ni Cilia. Está allí, como él mismo dice “porque me puso el comandante
eterno”. Reconoce así no tener ningún valor personal. Pero yo le reconozco un
valor, negativo, pero evidentemente a su favor: es una copia al carbón de su
amado mentor, imita sus gestos, repite sus ideas, sufre de las mismas manías
persecutorias y paranoias magnicidas. Y esto es peligroso para la salud del
país.
La
división entre los venezolanos ha ido mermando como el queso fresco después de
la muerte del dizque eterno. Pero el heredero pisa terreno minado cuando,
descuidando una apariencia legal que el finado cuidaba para mantener su
legitimidad, abusa de su posición descaradamente sin respetar límite alguno.
Sus lamentables cadenas, ejemplo vivo de lo que no se debe decir en público,
pisotean las leyes electorales, da órdenes en materias que no le competen y se
rodea de corifeos (en criollo, jalab…) que le hacen creer que está mandando.
Cuando
anunció la intervención de las tiendas de electrodomésticos, hizo un contacto
directo con el general que está dirigiendo la economía desde un organismo que
el heredero colocó por encima de los ministerios del área y al que dio uno de
sus rimbombantes y larguísimos nombres, que no me puedo acordar. Pues este
general, uniformado y todo dijo en cadena nacional desde el interior de la
intervenida tienda: “Haremos una venta supervisada con un precio justo. Un
gobierno capitalista diría aquello de la oferta y la demanda, pero nosotros no
lo vamos a permitir, los enjuiciaremos por usura”.
Este señor no es economista,
no tiene experiencia financiera y en su sabiduría endógena, se atreve a negar
la existencia de la ley universal, que hasta sus amigos los chinos reconocen,
de oferta y demanda, va a colocar “precios justos”. Basado en qué, no sabemos y
muy probablemente él tampoco. Hasta el momento los propietarios no han dicho
pío y los únicos detenidos son los gerentes, es decir, puro chino de Recadi.
Y
nos preguntamos cuál es la finalidad de lanzar la jauría oficial contra el
comercio, azuzar el odio entre su gente para provocar saqueos y generar temor e
inestabilidad en el país. ¿Luchar contra el acaparamiento y la usura? Entonces
debe pedir al Indepabis, al Seniat, al Ministerio Público que hagan su trabajo,
investiguen y si hay causas, pues apliquen multas y sanciones.
Pero
esos son procesos administrativos que no generan impacto sobre las masas ni
votos como sí creen que lo hace esta alharaca para que los pobres de espíritu
piensen que el gobierno es un paladín de la justicia. No se trata de defender a
usureros o acaparadores, pero es altamente sospechoso que sea ahora a un mes de
las elecciones cuando un gobierno que tiene casi 15 años en el poder (porque
son los mismitos funcionarios rotando desde hace tres lustros) se dé cuenta que
en esas tiendas supuestamente venden caro.
Las
fotos del vicepresidente junto a los dueños de esas grandes tiendas de
electrodomésticos y la información de que compran con dólares de Cadivi, no
hace sino más sospechosa aún la embestida contra ellas. Pareciera más bien que
están peleando unos con otros, tumbándose los alfiles. Y matan a otro pájaro en
este tiro: crear la suficiente inquietud social como para suspender las
elecciones municipales del 8 de diciembre. Los números de las encuestas si bien
siguen dándole buenos resultados al oficialismo, indican una sensible pérdida
de alcaldías fundamentales.
Pero
la lucha por mantenerse en el poder, el inmediatismo de todas sus acciones está
llevando al gobierno por el sendero de la irresponsabilidad de echar a rodar
una bola de nieve, que no va a poder contener cuando se desboque. En vez de
ocuparse de problemas fundamentales, como el de la electricidad, el gas, el
transporte, la infraestructura, la salud, el gobierno está entregado a
discursos ofensivos y acciones efectistas que buscan enfrentamiento con
sectores de la sociedad muy afectados por las políticas del régimen.
La
rabia que vimos en quienes presenciaban el saqueo de Daka en Naguanagua hablan
del agotamiento de un país que quiere vivir decentemente, que rechaza el
vandalismo, que está harto del malandraje y de un gobierno que lo ampara.
Mientras los delincuentes saqueadores robaban, grupos de ciudadanos les
gritaban ¡ladrones! Varios de ellos pasaron a la acción y comenzaron a
arrebatarles televisores a los saqueadores para destruirlos antes de que se los
llevasen. Esta es la esperanza de Venezuela: que haya ciudadanos que
establezcan sin temor cuales son las reglas correctas del juego.
Comenzó
la rapiña, los zamuros buscan carroña. El joropo “rapiñao” ya arrancó, a
ponerse alpargatas. Estamos en riesgo, el país está en riesgo, la economía está
agonizando y esta gente que nos gobierna no tiene ninguna idea que vaya más
allá de tratar de quedarse en el poder a costa de lo que sea. Desde hace rato
hemos entrado en un túnel sin regreso, cada vez más el colectivo entiende la
absoluta incapacidad de este gobierno para resolver problemas elementales. A
cambio, ofrecen pan (importado) y guerra (este circo que indigna), pero que ya
es insuficiente oferta para mantenerse de pie. No será fácil, pero por lo menos
ya iniciamos el camino hacia un final, que en la medida que intervengamos con
sensatez y coherencia, será menos cruento de lo que estos irresponsables
esperan.
Este
correo circuló profusamente por las redes sociales, después de los sucesos de
Daka y refleja claramente una opinión repetida por muchos venezolanos, se las
transcribo:
“Estarás de acuerdo conmigo en que cuando se acabe la mercancía
después de los saqueos, no habrá persona cuerda que invierta su dinero en traer
nueva, ni para venderla a precios justos ni para especular con ella."
Acabamos
de asistir al velorio del libre comercio en Venezuela, lo que se va a traducir
en escasez de TODO y quienes lo pagaremos seremos nosotros, pues no habrá NADA
de lo poco que quedaba.
Estamos cerca del punto en que ya no importara si
tienes dinero o no, no habrá nada que comprar con él. Eso se llama Economía de
Guerra, y en las guerras nunca hay ganadores.
Ricos y pobres llegan a morir de
hambre, de enfermedad, de mengua, porque no hay comida ni medicina,
indiferentemente de cuál sea su tendencia política. Lo que tienes en casa no
durará para siempre. Quien celebre hoy el cierre de un negocio, recuerde que
los dueños de ese negocio ya están a salvo en el extranjero.
Estamos celebrando
entonces que 300 o 400 personas como tú o como yo, quedaron sin empleo, sin
prestaciones, sin pan para sus hijos.
Tenemos que empezar a pensar con la
cabeza. Dejar de pensar con las tripas. Nuestro país se desmorona ante nuestros
ojos. Tenemos el poder de parar esto. No deseamos llegar a un caracazo.
Deseamos ser escuchados.
El 16 de Noviembre, sin” líderes”, sin pescadores en
río revuelto, sin aprovechados, solo nosotros los ciudadanos, saldremos a la
calle, sin más armas que un cartel, una bandera y esta angustia por Venezuela,
a decir lo que pensamos. Te invito a acompañarnos. Gracias. Pásalo a todos tus
contactos por SMS, Pin o WhatsApp, porque medios de comunicación al servicio
del ciudadano ya no hay”.
No
hay que soñarlo, las acciones son expresas: votar, dialogar, manifestar,
convencer, trabajar, valorar. ¡Sí se puede¡.
Charitorojas2010@hotmail.com.
Twitter:@charitorojas
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