viernes, 1 de noviembre de 2013

CHARITO ROJAS, LA FELICIDAD Y EL PAPEL TUALÉ

“Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia +y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento”. Nelson Mandela (1918- ) abogado y político sudafricano, presidente y Premio Nobel de la Paz.
En un país serio, con un gobierno serio, el viceministerio recién creado se habría llamado “de coordinación de las misiones sociales”. Aquí, nuestra pantagruélica y requetecursi revolución lo llamó “viceministerio del poder popular para la Suprema Felicidad Social”.
Carcajada general que es respondida por la siguiente declaración oficial: “La burguesía, sobre todo las agencias de noticias europeas y norteamericanas, empezaron a burlarse del Viceministerio para la Suprema Felicidad Social, porque Europa y Estados Unidos son antihumanos”.
Ni siquiera entiende su propio chiste, cómo puede entender que debe dejar de entrompar a medio país y ponerse de acuerdo con todos los venezolanos para salvar esta gigantesca ola que él no va a poder surfear ni siquiera con la ayuda de los dos grandes pilares rojos: Pdvsa y la Fuerza Armada.

Esto último sí lo ha entendido clarito, que debe fortalecer su nexo con ellos, por eso le da más poder al Ministro Rafael Ramírez que en la práctica es quien está gobernando económicamente al país en estos momentos y busca cercanía con los militares, que son quienes lo gobiernan políticamente.
Pero el fortalecerlos no lo salvará de la furia popular que en estos momentos hace estragos en las bases del pueblo venezolano. Los revolucionarios de a pie han demostrado tener un estómago ladrante y un bolsillo que se enfurece cuando le cortan el suministro misionero. Y el desabastecimiento y la inflación llegó para todos, ricos, medios y pobres, rojos, blancos y amarillos. Los venezolanos están pasando iguales por la misma crisis de ver su poder adquisitivo reducido en 58% en menos de un año, imposibilitados de comprar vivienda ni carro, azotados por la inseguridad y el desastre de los servicios públicos.
Ya el cuento de la burguesía parasitaria, de la derecha acaparadora, de la guerra económica, de los industriales conspiradores, es sólo para estúpidos y fanáticos. O para admiradores del género melodrama de ciencia ficción, del cual parecen ser aficionados los chavistas.
Se acabaron las excusas: si el gobierno no acuerda trabajo conjunto con el resto del país que lo adversa, pero que quiere salir de la crisis, tiene sus días contados. Por si no se han dado cuenta, a este gobierno no lo está tumbando ni el imperio, ni la derecha fascista ni ninguna de las pamplinadas que invoca como excusa de su enorme ineptitud. A este gobierno lo está tumbado el papel tualé.
Charitorojas2010@hotmail.com
Twitter:@charitorojas

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AMÉRICO MARTÍN, SU MAJESTAD, EL MIEDO., DESDE LA CIMA DEL ÁVILA

 “La vida es maravillosa si se la disfruta sin miedo” Chaplin
Hasta donde alcanza la vista la economía de Venezuela no tiene remedio. En términos de crecimiento del PIB a precios constantes –para hablar nada más que de esa variable, a sabiendas del sombrío panorama de las demás- nuestro país, que según el Banco Mundial venía saliendo de dos siniestros años de decrecimiento real (-3.2 en 2009 y -1.5 en 2010) volvió a caer estrepitosamente en el año en curso, esta vez con efectos desastrosos. Y por lo que se avizora, el venidero podría ser letal, si no hay cambios. Hasta el gobierno sabe que en 2013 (Año 14 de la “revolución”) el ruidoso proceso está en trance de zozobrar en medio de explosivas protestas sociales y cambios políticos muy profundos. 
En el nudo de semejante crisis está una fecha fija que arde como una antorcha: el 8 de diciembre. Esa nueva confrontación electoral dará salida al anhelo de cambio que recorre el país como río de azogue encendido, aunque el poder trate infructuosamente de desnaturalizarla o eludirla.
Desde que me conozco y muy especialmente en el ámbito de los intelectuales de la izquierda, escuché el apotegma que luego expliqué y amplié y documenté en muchas ocasiones: la economía más sana es la que tiene como centro al hombre. Si lo sacrifica en nombre de cifras abstractas, estará dominada por una perversidad básica, salvo que para rehabilitarla haya que pasar por momentos dolorosos de ajuste. Pero incluso esos períodos exigentes serán consecuencia de gestiones inhumanas acumuladas en el tiempo o de catástrofes naturales o sociales fácilmente identificables.
El Indice de Desarrollo Humano (IDH) creado por el PNUD,  permite medir sin dudas el efecto de los sistemas ensayados sobre los seres humanos en todos los aspectos relacionados con –préstame tu atrabiliario sentido de humor, Nicolás- la Suprema Felicidad Social. Y para no extenderme mucho, del fracaso del socialismo real o el del siglo XXI hablan las cifras con una silenciosa y demoledora elocuencia. 

Los diez países con mayor IDH son, todos ellos, modelos tradicionales nada revolucionarios. Noruega, Australia y EEUU son los tres primeros. China no figura en el lote, pese a su despliegue económico porque “no solo de pan vive el hombre”, dicho sea con palabras del escritor ruso post y antiestaliniano Vladimir Dudintseva 

Varios de los dirigentes que acompañaron al caudillo Chávez en su hora estelar y habían sido pregoneros entusiastas del mencionado apotegma, hoy ya no cuentan. Con el tiempo su voz fue desapareciendo en la bruma y ellos fueron reducidos a condición muy subalterna. Una mano invisible los ha desplazado para colocar en las posiciones influyentes a militares activos y en menor medida a “cuadros partidistas”, cuyo único combustible es la lealtad incondicional al mandamás de turno, a Maduro, quien pareciera más bien un “mandamenos” dado el incremento de los uniformados en la estructura nacional y regional del  régimen.
Es una degradación continua y amplia. No se trata, como en China, de negarle a sus súbditos derechos humanos elementales a cambio de elevarles el nivel de vida material, pari passu con su acelerado crecimiento en el marco del mercado. Se trata, como en Cuba, de algo peor: reducirles los derechos a su mínima expresión y condenarlos a la decadencia acelerada de su condición de vida.
El pregonado modelo socialista no funciona ni tiene la menor posibilidad de hacerlo. Chávez podía preservar la unidad y en alto la emoción de sus seguidores por su indudable ascendiente, pero lo de Maduro ha sido lamentable. Podría decirse que perdió todas las cartas. No tiene resultados que exhibir, su estilo es deplorable, su aislamiento es sobrecogedor. Si la alternativa democrática hubiera sido más eficaz en convencer a la parte del país que sigue apegada al poder, que el cambio abriría un ancho cauce al reencuentro y la reconciliación, las dudas sobre la competencia de Maduro hubiesen tal vez encontrado una salida pacífica y sin el temor a la retaliación, que el fallecido caudillo sembró en el país.
Por desgracia lo que queda en el arsenal del régimen es eso: el miedo. El arma del miedo es proteica. Se ha intensificado tendenciosamente el rumor sobre desestabilización, conspiraciones y preparativos criminales que van desde el magnicidio a la invasión extranjera. Maduro y Diosdado –los directores de la ruidosa orquesta- amenazan abiertamente con cárcel y dura represión a pacíficos dirigentes democráticos, y tienen el descaro de señalarlos por sus nombres sin presentar pruebas, indicios ni nada parecido. La justicia ha retornado a tiempos del absolutismo monárquico, sin debido proceso, derecho a la defensa ni obligación de fundamentar la acusación con medios de prueba. Se ha deshumanizado el aparato judicial. El bárbaro retroceso es de más de doscientos años.
Maduro no es un hombre informado. Sus desarticuladas emociones no le permiten aprovechar la experiencia histórica. Sintiendo el malestar del país y de la Fuerza Armada, ha querido calmarla entregándole más y más parcelas del gobierno. Trece gobernadores militares y cientos de colegas de uniforme tienen las riendas del poder.
Imposible olvidar la tragedia del presidente Allende. Preocupado porque el orden público se le iba de las manos, se lo entregó al generalato. En el último desfile popular de respaldo al gobierno, Allende saludaba a la multitud desde el balcón presidencial. A su lado, en silencio, Augusto Pinochet, a la sazón el máximo líder militar.
El miedo como política es contraproducente. Se vuelve contra sus autores. Es irrisorio y está condenado a la derrota.
amermart@yahoo.com
@AmericoMartin

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LUIS ALFREDO RAPOZO, LA TUSA DE MARÍA CASTAÑA.

Fue en la urbanización San Luís, en Caracas, donde los vecinos, por primera vez se observaron y participaron en una cola como de 500 metros de mujeres de clase media fundamentalmente, frente a un supermercado que estaba vendiendo leche en polvo.

Mi amigo Ramón Estrella, me dio la información en medio de una indignación muy grande, pues en cierta forma, en cualquier parte del Este de la ciudad se podía conseguir alimentos, sin pasar por el sufrimiento de hacer colas, sin pasar por la humillación tercermundista de estar pendiente, que no se acabe la mercancía y que nadie se burle del respeto, haciendo trampas en la adquisición. En fin, se perdió el glamour en la zona y todos los vecinos se encontraron con la realidad del desabastecimiento, como si estuvieran en medio de la calle, entrándose a golpes para adquirir un kilo de leche, tal como sucede en sectores populares, carentes de establecimientos óptimos que expendan alimentos.

Eso se está viendo tan a menudo, que es normal ver los sábados, una cola kilométrica en zonas de clase media, bajo el sol terrible del medio día; para tomar un turno frente a un camión estacionado en la vía, vendiendo cualquier cosa. ¿Acaso, esto será la rutina del venezolano, en los cuatro puntos cardinales del país?-se pregunta uno-.

Yo le decía a mi amigo Johny Ascanio, un antropólogo versado en la comunicación a través de redes sociales, “…que ya se está viendo en la provincia, la venta de cucharadas de leche envueltas en un papelito, como sucedía en los años sesenta, cuando mi mamá me mandaba a comprar papelón, azúcar, arroz y hasta harina, tal como sucedía en las bodegas del siglo xix, en cualquier caserío, pueblo, o ciudad.”

Es decir, que se está observando un profundo deterioro en la distribución de alimentos, sin duda. El gobierno no tiene la organización necesaria para llevar los pocos productos que trae a toda la población. Tan así es la cosa, que los pocos alimentos se venden como si uno fuera parte de un grupo de pollitos, a quienes se les avienta  al aire el alimento y los pobres animalitos comerán lo que puedan de acuerdo a sus facultades de sobre vivencia.

Entonces, es una realidad desagradable la que estamos viendo nacer en estos momentos, dejando a un lado el confort, la atención personalizada en las carnicerías, la buena presentación de los alimentos y hasta la sanidad en su máxima expresión como si viviéramos en un pueblo africano, donde la tecnología y l a salubridad brillan por su ausencia.

De esa manera, mi amigo Ramón Estrella, me hizo acordar de aquellos años vividos a principios de los años sesenta, cuando se vendía el detergente en bolsitas o “papeletitas” de 200 gramos de detergente, café, sal, azúcar o cualquier condimento, etc., por la baja capacidad adquisitiva de la gente; cuando se vendía el vinagre, el aceite y el kerosene en botellitas, que uno misma llevaba a la bodeguita; cuando los productos venían sencillamente empacados y con poca variedad de marcas.

Uno siente que el  socialismo, o lo que sea que tenemos como sistema actual, nos está llevando atrás de nuevo, a los tiempos de María Castaña, cuando usábamos la tusa , en el baño.

luis rapozo

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ADRIÁN RAVIER, RECUERDEN QUE EL SOCIALISMO ES IMPOSIBLE, FUENTE ELCATO.0RG

Si algo tienen en común los partidarios del socialismo y la economía pura de mercado es su crítica a las inconsistencias del capitalismo intervenido. El intervencionismo que se viene aplicando, gobierno tras gobierno, sólo suma parches que atienden a cuestiones “urgentes”, pero nunca resuelven los problemas de fondo, las cuestiones “importantes”. 

Los socialistas, sin embargo, fallan en dos aspectos centrales: primero, en diferenciar el sistema capitalista “puro” —como lo han entendido y defendido Adam Smith y Friedrich Hayek—, del sistema capitalista “intervenido” —con los parches propuestos por John Maynard Keynes y Paul Samuelson—; segundo, en comprender que “el socialismo es imposible”, como han demostrado Ludwig von Mises en su artículo de 1920 y su libro 1922, y Friedrich Hayek en distintos documentos de los años 1930 y 1940, con un argumento que continúa sin respuesta, pero que muestra su validez en el fracaso de las distintas formas de socialismo en toda Europa, y ya casi podemos decir en todo el mundo.

En este artículo sólo podré concentrarme en este último punto, el que ha sido tratado ampliamente en un libro del catedrático español Jesús Huerta de Soto titulado “Socialismo, cálculo económico y función empresarial”. 

El libro cuenta con más de 400 páginas, pero el lector puede acceder a una reseña que personalmente escribí sobre este debate, y que fuera publicado en la revista Cuadernos de Economía (Vol. 30, Nº 54), de la Universidad Nacional de Colombia. El argumento básico explica que en un mundo de incertidumbre y conocimiento disperso, la propiedad privada es necesaria para dar lugar a los precios, pues sólo ellos pueden permitir a los empresarios advertir de ganancias y pérdidas en sus proyectos de inversión, y con ello asignar con relativa eficiencia los recursos escasos. 

Más en limpio, si no tenemos propiedad privada de los medios de producción, no tenemos mercados para esos medios de producción. Sin mercados para esos bienes de producción, no habrá precios. Sin precios, los empresarios no pueden advertir si sus proyectos de inversión son rentables.

Si algo funciona —aún en el capitalismo intervenido— es precisamente ese proceso de prueba y error, en donde los empresarios van probando distintas inversiones, y sólo cuando son rentables, los proyectos se mantienen. 

Ganancias y pérdidas contables representan una información en el mercado acerca de si estamos asignando bien o mal los recursos. Y vale recordar que esos resultados son consistentes con la soberanía del consumidor, donde gana el que sabe satisfacer las necesidades del consumidor, y pierde el que no logra la demanda de sus consumidores. 

El socialismo propone terminar con la propiedad privada, terminar con estas señales de mercado, terminar con la función empresarial y reemplazar todo ello por la propiedad pública de los medios de producción. Aquí se abren un abanico de opciones, pero nunca ha quedado claro qué es lo que en definitiva proponen los socialistas. Y el problema es que el propio Marx careció de una propuesta concreta de cómo funcionaría el socialismo.

De un lado, se propone que el gobierno administre públicamente esos medios de producción, como de hecho ocurrió en Alemania Oriental, en Rusia o actualmente es en Cuba. Aquí los problemas son al menos dos. Primero, como señaló el Premio Nobel en Economía James M. Buchanan —recientemente fallecido— el gobierno puede no tener los mejores incentivos para administrar “solidariamente” estos recursos. 

Si asumimos que los individuos siempre persiguen su propio beneficio, ¿por qué vamos a suponer que las personas que lleguen al poder van a tender a interesarse por el “bien común”? 

Buchanan insistía en que lo más probable es que estas personas tiendan siempre a alejarse de ese “bien común” y persigan más bien su propio beneficio y de aquellos a quienes representan, o que han financiado sus campañas electorales. Cuando uno mira la Argentina, ¡cuánta razón tenía!

El segundo problema fue mencionado por otro premio Nobel en Economía, en este caso, Friedrich Hayek. Si aceptamos que el problema económico consiste en advertir cuáles son los bienes y servicios que deben producirse, en qué cantidad y calidad y de qué manera distribuirlos, debemos comprender que ese “conocimiento” no es dado a nadie en particular. 

Los bienes y servicios que necesitamos producir son los que la gente quiere. Y ese conocimiento está disperso en la sociedad, en las preferencias individuales de cada sujeto, en la forma de bits de información que cada uno tiene en su propia mente. ¡Es información no revelada! Salvo que permitamos que la gente demande y comunique esa información a los empresarios a través de los precios, precisamente.

Los socialistas del siglo XXI han dado un paso atrás. Ahora se hacen llamar “socialistas de mercado”, y afortunadamente han dejado de sugerir la propiedad pública de los medios de producción. En realidad se han dado cuenta de que nada es mejor que permitir que la producción de bienes y servicios la lleve adelante el mercado, lo que se traduce en alimentos, ropa y todo tipo de bienes y servicios en calidad y bajos precios, lo que es resultado precisamente del proceso competitivo.

La discusión ahora se resume al rol del Estado. El “socialista de mercado” o aquellos que buscan un mayor “Estado de bienestar” piden un Estado que, paradójicamente, “intervenga”, que ofrezca “bienes públicos”, que evite o minimice “externalidades negativas” y subsidie las “externalidades positivas”. Que aplique “políticas antimonopólicas” y “redistribuya los ingresos” de manera conveniente. Lo que no han advertido aún es que ese Estado al repartir la torta se queda con una porción enorme de la renta para beneficio propio, lo que impide la reinversión de quienes la generan —creando potenciales puestos de trabajo— y dejando a las clases más desfavorecidas sin salida.

Dirán algunos pocos socialistas que este “socialismo de mercado” no es socialismo. Yo estoy de acuerdo. Dirán otros socialistas que la propuesta ideal tampoco es la propiedad pública de los medios de producción, sino la propiedad “comunal” de los medios de producción. En este caso se trataría de pequeñas comunidades de personas que manejarían las “empresas”, y nótese que estas comillas no son arbitrarias. 

En tal caso las preguntas sin respuesta son cuantiosas. 

¿Cómo se distribuyen los ingresos de esta empresa? Se dirá, quizás, que se lo hará igualitariamente, según las horas trabajadas. 

¿Ganará lo mismo un ingeniero que un obrero? 

¿Qué incentivo tendrá el ingeniero para capacitarse si finamente sus ingresos serán iguales? 

¿Qué incentivo tendrá un obrero para trabajar eficientemente si los otros obreros no lo hacen? 

“Conocimiento” e “incentivos” son los dos grandes problemas del socialismo. Dejemos el socialismo para otro mundo. ¡Y por favor, dejemos de destinar tinta a un debate acabado!


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DOUGLAS JÁTEM VILLA, ESCENARIOS POSIBLES

El análisis científico ha indicado varios escenarios al desenvolvimiento político de Venezuela durante los próximo meses, incluyendo el desempeño normal que conlleva al ejercicio completo del período presidencial y a elecciones en 2018. Luego se registran los que “no son normales”, pero que pueden terminar siéndolo si las circunstancias así lo determinan, como fue la destitución de Bucarán en Ecuador.

En este caso, la normalidad no se refiere a la deseabilidad, a lo que pueda querer que ocurra, sino a las posibilidades con mayor o menor grado de probabilidad. 

En estos términos, otro escenario que se puede registrar, significa la terminación anticipada de este período determinada por varias causas posibles, tales como el colapso e inviabilidad económica, la incapacidad administrativa del gobierno para realizar su gestión, la confrontación interna dentro del Socialismo del Siglo XXI, la gestión de factores externos al régimen, un proceso revocatorio, un proceso constituyente, todo lo cual configura un abanico de salidas que, vía renuncia o ruptura,  pone fin al régimen y abre las puertas a otro. 

El pésimo desempeño del gobierno, incluyendo la gravísima crisis económica que ha generado; su incapacidad para atender al pueblo venezolano, su dedicación total a su agenda política particular, amarrada a los Castro y no compartida por los sectores no comunistas del régimen, le han granjeado, por un lado, una pérdida creciente del apoyo popular que llegó a tener el expresidente, y por el otro, la dependencia también creciente respecto de la fuerza militar para  enfrentar la protesta popular legítima, la cual puede terminar siendo indetenible. Como resultado, se puede apreciar que para responder a la pérdida de apoyo popular se recurre a la intensificación de la desinstitucionalización del país, el cual ya no sólo carece de los poderes público independientes, AN, TSJ, CNE, FGR, DP, sino que ahora se agrega la creación del CESPPA, el cual significa restricciones muy fuertes a libertades fundamentales de los ciudadanos, más todos los atropellos que producirá la habilitante, sobre todo en materia económica y penal, ámbito en el cual se han anunciado jueces, fiscales y procesos penales sin rostro. 

En este punto es obligante tener presente el comportamiento del SSXXI con Brito, Simonovis y Afiuni. 

Por otra parte, la debilidad evidente del gobierno lo lleva a buscar soporte en el sector militar, el cual puede incrementar el ejercicio de poder y disminuir de forma y de fondo la gestión de Maduro. 

El análisis científico, y sobre todo el que hace el pueblo impulsado por sus calamidades y sus emociones, plantea la interrogante si no se ha debido producir un comportamiento social y político que enfrentara este proceso y evitara su avance hasta donde ha llegado, y todavía hoy, si es que se tiene que esperar a la culminación de lo que puede llegar a ser una catástrofe. Se puede preguntar también, si tendrá sentido reclamar después, que no se hizo lo que se debió hacer. Aquí cabe interpretar el resultado electoral del 8D, para apreciar que algo puede ser bueno, muy importante, y otra cosa es que sea suficientemente bueno. Se puede apreciar que una aproximación científica al desenvolvimiento de Venezuela muestra un grupo de posibilidades de mayor y menor probabilidad, según la correlación desequilibrada de fuerzas y la dinámica intrínseca del proceso, y de mayor o menor aceptación popular según la ubicación ideológica de cada quien, pero que mayormente revelan que se ha llegado a una situación que no tiene salidas normales. 

En consecuencia, se tiene que reconocer, sobre todo los sectores del Socialismo del Siglo XXI, que la sensatez se tiene que imponer por encima del peso político y la dureza programática, para que sea posible alcanzar el menos traumático desenlace. 

Por su parte, los sectores de oposición democrática también tenemos que asumir la responsabilidad de luchar por la preservación de los valores esenciales de la venezolanidad en forma rutinaria, firme y definitiva, aportando nuestra cuota al desenlace de la sensatez.

Douglas Jatem 

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SAÚL GODOY GÓMEZ, LOS PRESOS VENEZOLANOS Y CUBA

El gobierno de Maduro viola sin ninguna contemplación las leyes de nuestro país en un claro desprecio por la patria, la nación y nuestro pueblo, después de todo, es un extranjero y sus valores no son los nuestros, su agenda es la cubana y sus amos viven en La Habana.

Con el envío de los 100 presos venezolanos a Cuba no solo desconoce el ámbito de aplicación de nuestras leyes, sus órganos y jurisdicciones, sino pone en entredicho el ordenamiento legal internacional dando inicio al tráfico humano ilegal entre nuestro país y Cuba.
Esos prisioneros, van a estar en otro territorio, bajo otro gobierno, con diferentes leyes, y tratados bajo distintas percepciones de lo que significa la pena y el delito, dice el comunicado del gobierno que van a ser tratados en su reeducación, ya sabemos todos de que educación se trata, la manipulación flagrante y criminal de sus mentes por expertos en lavados de cerebro, para convertirlos en otra cosa menos que humanos, menos que venezolanos.
La sociedad venezolana debe estar muy atenta al listado de nombres de estos pobres ciudadanos, que a su retorno al país, deben ser vigilados y tratados para que no causen el daño que el gobierno tiránico de Cuba lo está programando, realicen a su retorno.
La violación de derechos humanos es flagrante, unos individuos cuyos derechos civiles se les ha conculcado y sometido a un régimen de encarcelamiento, son entregados como si fueran mercancía a otro país para su maquila mental, es inaceptable.
Aún si los prisioneros hubieran declarado hacerlo voluntariamente, sus condiciones de reclusos y penados, los pone en situación de minusvalía ante la pretensión del gobierno, de sacarlos de su país de origen y entregarlos a otro país para que se haga con ellos lo impensable, probablemente bajo la promesa de un mejor trato y de un acortamiento de sus respectivas penas.
Lo grave del asunto es que una vez que estos ciudadanos venezolanos entran en el sistema penitenciario de otra nación, pierden sus derechos mínimos, son “carne” para ser tratada en forma experimental con fármacos, electricidad, tortura mental, técnicas de privación del sueño, manipulación nutricional, amenazas, indoctrinamiento, programación del comportamiento, inducción por hipnosis, etc., tantas técnicas de intervención que nuestra legislación ni siquiera contempla.
Supongamos que mi opinión esté prejuiciada en contra de un régimen que considero inhumano, salvaje, primitivo y autoritario, supongamos que lo que se dice de las cárceles cubanas y de sus hospitales psiquiátricos para el tratamiento de la disidencia política sean falsos, incluso, supongamos que el sistema penitenciario de Cuba, al igual que su sistema judicial sean ejemplo mundial en el respeto a los derechos humanos y del debido proceso, aun así, este tráfico de reos reviste características gravísimas en la creación de precedentes para el montaje de rutas, para exiliar a la fuerza a los elementos indeseables de una sociedad, pero visto que tanto en los regímenes de Cuba como en Venezuela hay una notoria y pública guerra en contra de la disidencia política, este tipo forzado de exilio político, podría dar pie a “desapariciones”, tratamientos invasivos (no dejo de pensar en lobotomías), y anulación del alma y el espíritu de los que sean víctimas de este horrible intercambio.
Todos nuestros presos políticos, editores, periodistas indeseables, líderes políticos que tuvieren involucrados en un proceso judicial iniciado por el gobierno, pudieran, en muy poco tiempo, ser “exportados” a cárceles y hospitales psiquiátricos cubanos para proseguir con su tratamiento de “reinserción social”.
Los presos quedarían aislados de su entorno social y familiar, lejos de las organizaciones que pudieran ayudarlos, sin posibilidad de comunicar sus temores y tratamientos, y en manos de un personal extranjero y con unas intenciones desconocidas, aparte de estas terribles consideraciones, este nuevo producto de exportación venezolano sería una excusa más para seguir desangrando al país de sus recursos financieros, porque estoy seguro, estos servicios cubanos, no son gratuitos.
Es por ello que insto a los venezolanos a que exijan al gobierno que estos presos retornen de inmediato, no es posible que renunciemos a tratar con nuestros presos para entregárselos a gente que no ha demostrado ninguna calificación ni experiencia en este delicado asunto y que son ajenos a nuestra cultura e idiosincrasia.
A los organismos internacionales y de veeduría de los derechos humanos exijo que investiguen este nuevo capítulo de la esclavitud y la tortura, y que definitivamente, los chavista se hagan a un lado y dejen de destruir el país. –
saulgodoy@gmail.com                   

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ADALBERTO ORTA, ¿GOBIERNO DE LA SEGURIDAD O DE LA INSEGURIDAD?, GOTAS DE ALBORADAS

Siempre hemos pensado que la policía es una institución para protegernos del hampa y ciertamente, cuando tenemos un inconveniente con delincuentes, lo que se nos viene a la mente es llamar a la policía.

Ahora bien, Venezuela ocupa uno de los primeros lugares en el mundo en materia de inseguridad, es suficientemente conocido la dramática situación que viven las familias venezolanas, día a día, con este terrible problema social.

El régimen por su parte, anuncia planes que hasta ahora no han logrado minimizar el accionar de bandas organizadas y de malhechores comunes.

El gobierno de Nicolás Maduro, parece hacerse el ciego y sordo ante esta cruda realidad y en lugar de convocar al país para efectuar una cruzada de unidad nacional sobre esta materia, ocupa su tiempo en profundizar un discurso de mayor confrontación en la sociedad, que de alguna manera estimula a determinados sectores que actúan contraviniendo lo estipulado en nuestra constitución y demás leyes de la republica.

Adicionalmente, la impunidad y el infierno de los centros penitenciarios venezolanos, sirven de caldo de cultivo a este cáncer, que hace metástasis en cada rincón de la patria.

Es oportuno, mencionar también las trasgresiones de cuerpos de seguridad del estado en contra de gente inocente, donde no solo es la agresión física en flagrante violación a los derechos humanos, por parte de quienes deben defendernos del mal, sino que ellos mismos lo protagonizan.

Recordemos el caso de los pescadores de Carupano, estado Sucre de fecha 29 de octubre de 2013, donde mueren los ciudadanos Jesús Alberto Salazar, Carlos del valle Millán, Daniel José Salazar y Jean Carlos Suniaga, aparentemente a manos de funcionarios del CICPC y por este suceso  está detenido el jefe de la delegación del CICPC de apellido Maldonado.

En Coro, municipio Colina, calle Rómulo Betancourt estado Falcón, una familia es víctima de disparos por funcionarios de la Guardia nacional y fallece la Sra. Luimila Pacheco y su hija Gabriela Pérez Pacheco de 15 añitos (ambas por múltiples disparos) mientras la joven Berta Minerva Pacheco y su hermanita Lumila Zulay de 13 años  gritaban pidiendo  auxilio a los mismos funcionarios castrenses, todo esto se vivió cerca de la casa de la familia Pacheco.

En el estado Zulia, el 17 de marzo de 2012, presuntos funcionarios del CICPC asesinan a la hija del Cónsul Chileno, ciudadana Karen Berendique.

En la Urbanización las Mercedes, el municipio Baruta estado Miranda el 27 de octubre de 2013, dos funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana se encuentran detenidos por el asesinato del bartender del local auyama café. 

Ahora bien, y los casos que no conocemos? y los llamados enfrentamientos sin testigos? Estaremos en presencia de un alto nivel de descomposición moral de algunos cuerpos policiales o solo de determinados funcionarios de esos cuerpos de seguridad del estado venezolano?
Estará dispuesto el gobierno nacional en asumir con  conciencia colectiva y apartado del mundo político,  este grave problema de inseguridad que nos abruma?

La unidad es elemental, para que cualquier sociedad del mundo pueda superar sus dificultades, son muchos los ejemplos, pero mas allá de mencionarlos lo importante es lo que estemos dispuestos hacer, cada uno de los venezolanos  para conquistar un país de seguridad, con seguridad y para la seguridad familiar.

Vamos pues, a levantar el ánimo, a no decaer en pesadumbre, a pensar en Venezuela, en la posibilidad de tener un país de progreso y  seguro. Usted responda: este gobierno es de la seguridad o de la inseguridad?

Adalberto Orta Rosa 

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GIOCONDA SAN BLAS Y RAFAEL SÁNCHEZ*, SUMANDO Y RESTANDO, AL COMPÁS DE LA CIENCIA

Las Olimpíadas Matemáticas comenzaron en Venezuela en 1975 bajo el auspicio del Ministerio de Educación, a través del Centro Nacional para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia que organizó y fomentó la actividad a nivel nacional, también en química y física, con ánimo de estimular el talento en los jóvenes. Hasta que en 2003 el ministro A. Istúriz las eliminó porque su presunto elitismo iría a contravía de la igualdad exigida por la ley.

Trocando escollos en retos, un decidido grupo de profesionales mantiene las olimpíadas matemáticas, con modesto apoyo de entidades privadas. Son muchas las preseas obtenidas, a tal punto que las 3 medallas de plata y 11 de bronce ganadas en certámenes mundiales entre 1988 y 1998 crecieron a 3 de oro, 10 de plata, 20 de bronce, 18 menciones y dos copas en el período 1999 a 2006.

Las pruebas internacionales son ahora más exigentes y por tanto, también lo es el entrenamiento de dos años exigido a los jóvenes. No obstante, los logros han sido sustancialmente menores en el período 2007 a 2013: 2 medallas de plata, 11 de bronce y 21 menciones, esto mientras países vecinos (El Salvador, Colombia, Ecuador) suben peldaños en la clasificación olímpica, en buena medida entrenados con el material colocado en red por nuestros docentes para el estudiantado venezolano.

Mientras la Federación Mundial de Competencias Matemáticas Nacionales reconoce los méritos de estos profesionales al otorgar el premio Paul Erdos en el año 2010 al Presidente de nuestra asociación local, sus esfuerzos no se reflejan en los resultados finales.

Contra la creatividad requerida de los concursantes conspira la baja calidad de la enseñanza de las matemáticas, que sólo exige la memorización de conceptos y más recientemente, el declinante compromiso de los competidores y sus familias al arduo entrenamiento requerido para concursar con éxito.

Es como si poco a poco nos acostumbramos al mínimo esfuerzo como motor de nuestras vidas, dando al traste con cualquier empuje dirigido a desenvolvernos en la sociedad de conocimiento del siglo XXI.

Cuando la Constitución nos habla de que "toda persona tiene derecho a una educación integral de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades" (art. 103), el régimen sólo lee hasta allí, sin percatarse de que lo que sigue: "sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones", es la nuez diferencial entre el rasero del igualitarismo por lo bajo y la oportunidad de crecimiento a través de la equidad.

El régimen cree estar ganando la partida en lograr una sociedad chata, de autómatas sin disciplina ni deseo de superación. Pero mientras existan soñadores dispuestos a hacer realidad sus ideales, como los entrenadores olímpicos, siempre habrá esperanza de resurgir hacia la sociedad pujante que merecemos.

*Presidente de la Asociación Venezolana de Competencias Matemáticas

gioconda.sanblas@gmail.com

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EMILIO NOUEL V., MERCOSUR EN CARACAS, PURO BLABLÁ

El Mercosur es un proyecto de integración estancado y con la decadencia marcada en la frente. Digan lo que digan, con la retórica inflamada incluso, ésa es la realidad.
Y con más proteccionismo, estatismo e ideología no va a salir de la calma chicha en la que está sumido.
El gobierno venezolano, anfitrión esta semana del bloque de países que lo conforman, es un factor más para la profundización de esa deriva inconveniente y contraproducente. Su participación en Mercosur es también una incongruencia, si de democracia hablamos. ¿los Protocolos de Ushuaia letra muerta?
Una idea que fue buena, que permitió aumentar los intercambios comerciales entre sus miembros fundadores, a la larga, ha sido mal instrumentada. Después de 22 años, no hay mercado común, ni siquiera una unión aduanera perfecta.
Por otro lado, la indispensable y ventajosa supranacionalidad ha sido rechazada por los mercosurianos, le tienen alergia. Al no existir órganos autónomos e independientes con atribuciones y potestades por encima de los países, la disciplina y la coordinación necesarias en todo proceso integracionista han estado ausentes, lo que ha operado en perjuicio de los eventuales avances.  La bilateralización, en definitiva, se ha impuesto, convirtiéndose en un proceso más cercano de la cooperación que de la integración. Y las controversias y contramarchas recurrentes son muestra de ello.
Cuando se revisan las estadísticas, un dato incontrastable es que la mayor parte del comercio de sus integrantes se realiza con socios fuera del bloque, especialmente, Europa, a la que  Brasil y Argentina venden 70.000 millones de dólares anuales, superando, con creces, el total del mercado mercosuriano. Al interior de éste cerca del 20% de los flujos comerciales totales se realizan, principalmente entre los dos grandes. De los aproximadamente 54 mil millones de dólares del comercio intrabloque en 2011, 45 mil corresponden a Argentina y Brasil. En la práctica, no hay mercado común, o en cualquier caso un mercado a dos.
Ante esta deriva incierta, novedosas y pragmáticas propuestas económicas se abren camino en el hemisferio, como las que se vuelcan sobre el Pacífico.
Venezuela se incorpora a Mercosur en forma traumática y deslucida, y a duras penas, después de estar esperando 5 años para que la aceptaran.
Ella aportará, como compradora, fundamentalmente, 4 o 5 mil millones de dólares anuales, aproximadamente. Es tal el desbalance que en el año 2012, vendimos a ese bloque apenas 135 millones de dólares y compramos  nada menos que 4.500 millones de dólares. Si se comparan esta cifras con las anteriores al gobierno chavista,  el abismo es notorio.
Hoy, en Caracas, el gobierno venezolano habla de “un nuevo Mercosur”. No sabemos qué quiere significar con esa expresión. ¿Será un Mercosur político, ideologizado, como lo quería el finado Presidente, en donde lo económico seria subalterno?
Me temo que es de nuevo puro blablá, el mismo de siempre. Retórica vacía, sin sustento real, ignorancia supina de cómo se bate el cobre en los negocios internacionales, ideología barata, que si es seguida por los demás socios, será el entierro de Mercosur. 
EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
emilio.nouel@gmail.com 
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IVÁN OLAIZOLA D’ALESSANDRO, CONSEJOS AL VICE DE LA FELICIDAD, PARANINFO

Nicolás por qué no más bien habilitas los puentes del país.

No sé si será verdad o una nueva mamadera de gallo del cucuteño, pero como ya existe el precedente del teniente coronel felón difunto de haber llamado mar de la felicidad las aguas llenas de escualos que rodean la hermosa isla de los castro, ahora sede de nuestro revolucionario gobierno, creo que es oportuno ofrecerle algunos consejos en caso tal de que en realidad vaya a tomar posesión del viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo y le asignen algunos churupos, ya que las malas lenguas dicen que lo crearon pero no le aginaron presupuesto. Primera carcajada de arrechera.

Ante todo deberíamos hacer algunas precisiones de orden teórico sobre lo que es la felicidad. Según hemos podio hurgar, esta palabrita se deriva del latín felicitas y  a su vez de felix, "fértil", "fecundo", siendo un estado emocional que se produce cuando se cree que se ha alcanzado una meta, con lo que se siente una paz interior. Actúan allí varias estructuras cerebrales que gestionan respuestas fisiológicas, lo que se conoce como “sistema límbico”, estando relacionado con la memoria, atención, instintos sexuales, placer, agresividad y miedo. Su respuesta biológica más visible es la risa, o la sonrisa que es una forma más suave y silenciosa. Hay quienes sostienen que la risa es un “balbuceo lúdico, instintivo, contagioso, estereotipado” (para ejemplos ver cuando declaran Jorge Rodríguez o Tibisay Lucena). En los seres humanos se inicia como a los cuatro meses de edad y parece que es una forma innata de comunicación heredada de los primates ya que investigaciones recientes aseguran que los orangutanes y chimpancés se ríen  (iba a poner un ejemplo pero me abstengo). Otros autores afirman que la risa es una reminiscencia del grito de triunfo del luchador al ganar a su adversario (recordar la cara del supremo y eterno después de cada elección). Incluso se asegura que en toda manifestación de humor existe un gesto de agresión. En todo caso según dicen, libera endorfinas y por lo tanto es beneficiosa para la salud. De acuerdo con estas teorías de la risa, como expresión corporal externa de la felicidad, ya puede ir diseñando su proyecto, enmarcado dentro del  plan de la patria. Le sugiero que el lema de su despacho sea: “A reírse todo el mundo”, con la cara de una hiena riéndose feliz, por escudo. Claro que la oposición, maluca como ella sola, le ripostará con lemas tales como: “Vea VTV y muérase de la risa” o uno más escatológico de “Entérese del precio del dólar y cáguese de la risa”. Para mayor información al respecto le aconsejo consultar con Claudio Nazoa o Laureano Márquez.

La lista de situaciones reales y actuales que producirán la respuesta biológica del organismo a determinados estímulos, es bastante amplia. Por ejemplo cuando el presidente  por obra y  gracia del CNE se dirija en cadena nacional, es decir lo que hace a cada rato, al pueblo y les diga que no hay escasez, que los anaqueles de los supermercados están hasta el tope de papel higiénico, aceite, leche, azúcar, mantequilla, café y demás productos de primera necesidad y a precios solidarios, como dice la Quintero, se producirá una explosión de risa que retumbará en toda la geografía nacional.  De igual manera cuando Ramírez, ahora venido a gran gurú de la economía, anuncie que no habrá devaluación y que el dólar se consigue como arroz y a precios de gallina flaca, se le notará una amplia sonrisa a toda la audiencia nacional. La población de las urbanizaciones de los cerros, cuando el ministro de interior, justicia y paz, informe que la inseguridad ha disminuido de tal forma que ya se acerca al cero absoluto, se podrá observar una conducta lúdica en esos pobladores sin necesidad de que les hagan cosquillas. Igualmente se podrá notar una sonrisa, de oreja a oreja, en todos los habitantes de esta tierra cuando Diosdado asegure que él y Nicolás son panadería burda y  que entre ambos van a acabar con la corrupción. Y no se diga cuando se asegure, de forma tajante, que en Venezuela hay independencia de poderes, respeto a los derechos humanos, libertad de expresión y de información veremos como la ciudadanía relaja sus esfínteres de las carcajadas estruendosas. Y la tapa del frasco, con una risa como manifestación de alivio tras pasar el peligro, cuando se anuncie la resurrección del supremo y eterno comandante en jefe. Jejejeejjejejeje.

iolaizola@hotmail.com

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JUANCARLOS VARGAS, LIBERTAD: SUPREMA FELICIDAD

Después de 15 años de haberse instaurado la denominada revolución, Venezuela pasó de ser un país democrático para convertirse en un régimen autoritario en el que predominan rasgos de neo-totalitarismo. Hugo Chávez bajo la asesoría de los hermanos Castro y ahora con Nicolás Maduro en el poder, lograron que los venezolanos en pleno siglo XXI soñemos con volver a ser libres.


Con la llegada a Miraflores de Nicolás Maduro, quien no posee el carisma, influencia y liderazgo de su padre político, se recurre cada vez más al terror como herramienta para evitar que tanto los seguidores del régimen, así como opositores piensen y se expresen con libertad. El terror es una herramienta que utilizan los neo-totalitarismos para anular de manera progresiva los derechos de los ciudadanos.
No somos libres porque tenemos un control cambiario desde el año 2003 que limita nuestro derecho al libre tránsito, no somos libres porque el derecho a la protesta pacífica se ha criminalizado, no somos libres porque cada día la libertad de expresión se cercena más, no somos libres porque no podemos comprar la marca de alimentos de la cesta básica que más nos gusta, no somos libres porque evitamos salir de nuestros hogares porque podríamos ser víctimas de la inseguridad, no somos libres porque no hay estado de derecho y se manipula la legalidad con el propósito de afianzar al régimen, no somos libres porque se obliga a los funcionarios públicos a vestirse de rojo para garantizar sus puestos de trabajo, no somos libres cuando millones de venezolanos hemos sido objeto de apartheid político al ser revisados nuestros datos para verificar si estamos incluidos en la lista Maisanta.
Este tipo de regímenes neo-totalitarios luchan por la dominación total de la población, esto genera la necesidad, como señaló Hannah Arendt en los Orígenes del Totalitarismo, que el líder recurra a la creación de un mundo ficticio. Maduro ha venido desarrollando un mundo ficticio para mantenerse en el poder a pesar de los cuestionamientos relacionados con su legitimidad y doble nacionalidad, por eso en sus discursos niega que el gobierno sea responsable de la inflación, fallas eléctricas, desabastecimiento de alimentos, violaciones de derechos humanos y exorbitantes índices de criminalidad, pues para él se trata de una guerra económica orquestada desde el imperio y dirigida por la oposición.
En medio de una crisis sin precedentes en nuestra historia republicana, Maduro pretende engañar, una vez más, al pueblo venezolano promoviendo el concepto abstracto de suprema felicidad que pretende imponer a través de la creación de un viceministerio.
Ahora bien, a pesar de los esfuerzos del régimen por tratar de crear un mundo ficticio, existe la realidad del venezolano que percibe que cada día somos menos libres y que la felicidad se alcanzará cuando el actual régimen deje de ostentar el poder y podamos rescatar nuestra libertad.
@jeisakuvargas
juancarloseisaku@gmail.com

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JUAN CARLOS DELGADO BARRIOS, EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI UNA ILUSIÓN: LA SUPREMA FELICIDAD SOCIAL

La estrategia de comunicación y propaganda que ahora se pretende implementar en Venezuela mediante el Viceministerio para la Suprema Felicidad Social parece inspirada en el famoso libro El Mundo Feliz, en este libro visionario escrito en 1932, Aldous Huxley imagina una sociedad que utilizaría el desarrollo del método científico para el control de la mente humana  que luego condujo a descubrir en la propaganda el vehiculo ideal para tales fines.  - En ese tiempo no se avizoraba el desarrollo de los medios de comunicación de masas que hoy gracias a la revolución de la microelectrónica permite con mayor intensidad condicionar y manipular  el comportamiento humano mediante la propaganda a los fines de lograr el control social y político de los pueblos-. 

"El Mundo Feliz" describe también lo que seria una dictadura perfecta que tendría la apariencia de una democracia, una cárcel sin muros en la cual los prisioneros no soñarían en evadirse, en protestar, en estar descontentos ya que sentirán que sus necesidades están ya satisfechas. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y el entretenimiento, los esclavos "tendrían el amor de ser esclavos y dependientes de un órgano superior administrador de la felicidad”,  -  esclavos de un régimen paternal proveedor de todo y para todos -, donde las personas estarían conformes sin aspiraciones más allá de las instintivas, en si en un estado de suprema felicidad”.

 En “El Mundo Feliz” Aldous Huxley imagina un lugar del futuro, una utopía, en el que se controla y lava el cerebro a todas las personas, para que piensen igual sin contradicciones con una visión unidimensional del mundo, todos viven de manera igualitaria, ósea en las mismas condiciones.  A la gente se le enseña a pensar de cierta forma cuando son jóvenes y los programan para ser felices y disfrutar la vida. No se le permiten la política, ni el arte ni la religión para evitar  la formación de la  conciencia critica. Este libro tiene un punto de vista futurista que se lleva al extremo para mostrar lo peligroso que puede ser el control y la falta de individualidad frente al colectivismo.

Desde 1932 los propagandistas de los regimenes totalitarios han bebido de las fuentes de Aldous Huxley para manipular y condicionar a la sociedad en la búsqueda de  lograr el conformismo colectivo y adormecimiento del pueblo, - la dictadura perfecta sin descontento y sin protestas, para crear la sensación de un mundo feliz -. Algunos estudiosos de la propaganda como arma política afirman  que Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi y Georgi Fiódorovich Aleksándrov   su par soviético estuvieron influenciados y fascinado  por Huxley.

Recordemos, en este sentido, que la propaganda política nace como arma ideológica con la Revolución Rusa, el nuevo Estado comunista recurrió a ésta de forma sistemática con la intención de controlar y guiar a las masas. Los nazis trataron de aunar las aportaciones de uno y otro y convirtieron la propaganda en una "nueva arma" para convencer y dominar al pueblo, para llegar a él, para imponer su visión del mundo y el Estado. “La construcción de una sociedad hipnotizada que idolatraba al líder y su proyecto político”.

La llamada revolución venezolana del Socialismo del Siglo XXI, como régimen totalitario,  no escapa de esa tentación del control social mediante una abusiva y  abrumadora propaganda oficial. La estrategia del modelo de propaganda cubano-venezolano se concreta en el Plan Nacional Simon Bolívar 2007-2013  donde se  define la suprema felicidad social como el Primer Motor del Desarrollo de la Revolución: “La suprema felicidad social es la visión de largo plazo que tiene como punto de partida la construcción de una estructura social incluyente, formando una nueva sociedad de incluidos, un nuevo modelo social, productivo, socialista, humanista, endógeno, donde todos vivamos en similares condiciones rumbo a lo que decía Simón Bolívar: la suprema felicidad social”.

En este sentido, recordamos que el anunciado  Plan Nacional Simon Bolívar que citamos, ratifica las políticas sociales que derivan en  las misiones que le han  permitido al régimen  desde el 2002 apaciguar  el descontento ante los fracasos continuos y permanentes del  nuevo modelo social, productivo, socialista, humanista, endógeno del Socialismo del Siglo XXI. Estas acciones de gobierno  han  convertido al Estado Venezolano  en un gigantesco instrumento paternalista donde se desarrolla un exacerbado populismo que por el carácter improductivo de la inversión agigantan el gasto público llevando a secar las arcas del tesoro nacional y endeudando a la Nación a niveles escandalosos.

El anuncio de Nicolás Maduro  de decretar un Viceministerio de la Suprema Felicidad Social  a los fines de redimensionar las misiones sociales y darle un contenido más efectivo a estos programas que han decaído por el burocratismo, la ineficiencia y la corrupción han derivado en guasas y sarcasmos por parte de la oposición venezolana y por analistas nacionales e internacionales que sostienen que este es un anuncio cínico ante la terrible crisis que vive la sociedad venezolana caracterizada por la  ineficiencia, la corrupción gubernamental y por una terrible crisis económica que deriva en un empobrecimiento colectivo.

La creación de este órgano ministerial para promover y administrar la felicidad del pueblo hay que verlo más allá de la superficialidad de la guasa o el chiste cotidiano, hay que analizarlo partiendo de dos elementos fundamentales, el primero, es que no estamos en presencia de un Estado democrático, lo que implica que vivimos en una falsa democracia con fuertes tendencias  al totalitarismo y al autoritarismo donde las actuaciones frente a la sociedad no son claras, no son transparentes, y siempre con la presencia de manipulaciones para distorsionar y esconder  la realidad a su favor; y segundo, en que en el régimen  conocen el grado de fracaso de las misiones sociales y los niveles de insatisfacción y desconfianza colectiva que han ido derivado en descontento creciente en los sectores sociales donde se centra su apoyo político, situación  que pone en peligro la misma continuidad del modelo que inicio Chávez bajo el tutelaje de  los hermanos Castro. El régimen esta pasando por el momento más difícil en estos 15 años. 

Estos dos elementos obligan  a que el régimen rediseñe  y desarrolle una estrategia de propaganda masiva e intensiva para romper de manera virtual los nudos de la insatisfacción, en consecuencia, con el descontento, mediante métodos de comunicación estratégica sofisticados muy usados en regimenes como el nazi, el soviético y el chino e inspirados en Aldous Huxley y perfeccionados por Joseph Goebbels. No hay fondos públicos disponibles para seguir alimentando el populismo exacerbado,  porque el país está en la bancarrota, solo les queda la propaganda centrada en construir una ilusión de satisfacción y de sacrificio por la revolución y por el ideal del Comandante Eterno. El discurso y los mensajes de la suprema felicidad están dirigidos a sus seguidores, sobre todo, a los sectores descontentos ante un posible deslave electoral en las elecciones municipales del 8D.   

 Ya el régimen ha probado con estrategias de control de la mente humana de los venezolanos centradas en la  manipulación y propaganda como es el uso de  la transferencia de la culpa a la oposición de sus fracasos, a culpar a un enemigo externo (adversario fabulado) que desde el imperio desarrolla una guerra económica para justificar el fracaso del modelo económico y político. Estrategias propagandistas sin resultados satisfactorios ya que la realidad le explota en la cara. Ahora, con desesperación, tratan con los propagandistas criollos y extranjeros experimentar con la estrategia de construir  la sensación del “Mundo Feliz”, la Venezuela  Feliz, cuyos fines es crear la impresión virtual y psíquica de satisfacción mediante el desarrollo del conformismo y la justificación colectiva “aprendida” como respuestas a  las situaciones criticas que se viven en el país,  hacer de la sociedad venezolana una  sociedad hipnotizada y porque no idiotizada. Aquí se cumple el adagio popular: “desde que me conforme y no tuve más aspiraciones comencé a ser feliz”.

juancdula@yahoo.es

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