viernes, 17 de mayo de 2013

JESÚS ELORZA GARRIDO, SABLAZO


Durante el desarrollo de La Copa Mundial de Sable celebrada en Chicago, a la Ministra del Deporte le toco competir contra la polaca Katarzy Kedziora. Desde el mismo momento en que el juez indicó el comienzo con la expresión francesa “Allez” ambas tiradoras se enfrascaron en un cerrado combate. Nunca hubo una clara ventaja para ninguna de las esgrimistas.
Cuando el score se encontraba empatado a 14 puntos, ocurrió un hecho insólito dentro de toda la historia universal de este deporte. El entrenador de la venezolana solicita un tiempo de descanso al árbitro ¡¡para que la ministra pueda atender una llamada telefónica de urgencia!! Tienes una llamada por teléfono rojo (línea directa con el presidente).
- Dígame presidente.
-Camarada, me extraño no verla en el Consejo de Ministros, ¿Qué le pasó?
- Casi susurrando, la ministra le dijo, perdóneme es que estoy en un combate.
- ¿Contra el imperio? Que bien, rodilla en tierra camarada, no le demos tregua a Obama y sus lacayos oligarcas de la derecha golpista. Siga adelante, ese es el papel principal de mis ministros…saludos, hasta la victoria siempre…y colgó.
Tratando de recuperar la concentración para subir nuevamente a la pedana, sonó nuevamente el teléfono. Ahora la llamada era por la línea interministerial.
-Ministra disculpe la molestia, soy la Directora de Administración del Instituto Nacional de Deportes. La estoy llamando para preguntarle como voy a calcular sus viáticos ¿Cómo atleta o como funcionaria de alto nivel?
-Si vine a cumplir una doble función como representante de gobierno y como atleta de la selección nacional no cabe ninguna duda al respecto. Págame doble.
- Ok, ya lo había hecho así. Solo le pregunté por mera formalidad…saludos, esperamos su pronto regreso con la medalla de oro. Ah, se me olvidaba decirle que llamó el señor Olegario Vásquez Raña Presidente de la ODEPA para dejarle dicho que la espera en Toronto, Canada el 10 de Octubre para el sorteo final de la sede de los Juegos Panamericanos del 2019. Ya tome la previsión de los viáticos suyos para esa fecha.
El juez del evento sumamente molesto, se acercó para amonestarla. Premier avertissement, algo parecido a la tarjeta amarilla en el futbol. Porchaine fois est discualifié, la próxima vez queda descalificada.
Toda nerviosa se subió a la pedana y al reanudarse el combate vio que en las gradas se encontraba un grupo de fotógrafos de revistas especializadas y uno de ellos le hacia señas como un loco para que lo tomara en cuenta….era, nada menos que el paparazzi de la revista Play Boy que quería una exclusiva con ella.
Ese boche no lo podía pelar y buscó una de sus mejores poses para que el fotógrafo cumpliera su trabajo, pero, ese descuido permitió que la polaca en un ataque en flecha le diera el touche final para ganar el combate 15 a 14 y eliminar a la ministra.
Con una mezcla de sentimientos, triste por haber perdido, alegre por ser figura de una revista internacional de modelaje, se alejo del sitio de competencia. No es fácil ser al mismo tiempo ministra, atleta y modelo…lo bueno son los viáticos, eso si es como dicen en criollo “Un verdadero sablazo”.
jesuselorza@hotmail.com

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OLGA KRNJAJSKY (OLGAK), CHAVISMO CON CACIQUES Y SIN INDIOS

Me fascinan los refranes! No me canso de celebrar su afilada sabiduría describiendo la estupidez que signa el quehacer de los Hombres.
Y es que desde hace días no me sale de la cabeza aquel que dice “Mucho cacique y poco indio”. Cada vez que veo cómo se desdicen, entorpecen y contradicen los voceros del chavismo, veo cada vez mas caciques “wannabe” …y veo mermar el volumen de indios.
He ahí el detalle, puedo hablar de esto con propiedad, porque la oposición transitó por esa senda de caciquillos sin indios por muchos años. Exactamente desde 1999. Salimos de ese molino destructivo apenas el 12 de febrero de 2012 cuando finalmente, vía primarias, nos montamos en la Unidad. El único camino que nos llevaba a la salida que estaba taponada por tantos y tan ruidosos caciques.
Los días de la Coordinadora Democrática fueron el epítome del caciquismo.
En una reunión de 20, 30 personas se discutía a morir, se llegaba a un trabajoso acuerdo por mayoría, escasa, pero mayoría…y no bien se levantaba la sesión, los que se creían caciques, corrían a declarar y actuar en contra de lo decidido. Había no menos de 15 personajes que se consideraban “presidenciables”, otros 500 que se consideraban “operadores políticos” y no menos de 8.000.000 que sistemáticamente procedían bajo la premisa de “¿De qué hablan que me opongo? ”. Cada uno cacique de un grupetillo que ni siquiera llenaba la sala de su casa.
Si. Nos sobraban caciques…el detalle es que no había indios.
Si la duda les frunce el ceño, recuerden la imagen de estos autodenominados “presidenciables” –caciques- pescueceando para salir en la foto, para montarse en la tarima…para hablar en ella, para ser el orador de cierre…No se les olvidó?? O si?
El precio que pagamos por la abundancia de caciques es incuantificable. Lo más caro sin duda, fue aquella franja gruesa y horrenda de ni-ni’s que, por su culpa, mostraban las encuestas.
Tomó muchas caídas y muchas pérdidas asumir la propuesta que apuntaba a lo medular de nuestro apremio: “hay que construir una nueva mayoría”. Herejía! gritaron los caciques. Hubimos de pasar por las 5 fases del duelo para admitirlo. Negación, rabia, negociación, depresión y finalmente aceptación. Cuando se reconoció la verdad profunda contenida en la frase “hay que construir una nueva mayoría”, se hizo con la humildad que impone derrota tras derrota. En ese instante los caciquismos empezaron a caerse por su propio peso…o mas bien, por falta de él. Ahí comenzaron a forjarse los liderazgos bregadores y por ende, esta vez reales. Verbigracia…hoy, a punta de trabajar en esa dirección somos la primera fuerza política del país. Incluso para el CNE.
Sin embargo, cuando un grupo ahora asoma con perversa intención que TODA la permanencia del chavismo ha sido por fraude, asumo la ingrata tarea de pisarles el freno a fondo y con fuerza. Con antipaticura si es necesario.
Porque hasta antes del 14-A nos ganaron. El chavismo nos ganó por muchos años. Cierto, no dejaron abuso sin cometer, ni ley sin violar, ni arbitrariedad sin explotar. Pero aun así, eran mayoría.
Pero además de ser mayoría, el chavismo, a diferencia de la oposición, tenía un solo e indiscutido cacique, Chávez.
Vimos –en hechos públicos y notorios- cómo Chávez regañó y humilló en cadena nacional a los más altos funcionarios del gobierno. Y éstos siguieron a su lado, mansos.
Vimos como el pueblo pedía a Lacava, y pasando por encima de su deseo Chávez les impuso a Ameliach. Y votaron por Ameliach…
Comentamos hasta el cansancio la frase “Con hambre y sin empleo con Chávez me resteo”.
Escuchamos cuando Hugo les decía que no importaba que no tuvieran luz, ni servicios, ni carreteras…la revolución estaba por encima de sus necesidades personales. Y vimos al pueblo así maltratado, rugir de emoción y gritar a continuación “Así, así es que se gobierna”…
Eso lo vimos y vivimos todos.
Olvidar que tuvimos que construir una nueva mayoría sería el peor de nuestros errores. Uno que no podemos permitirnos.
Salir de ese capullo tóxico nos costó 12 años.
Y héte aquí, que ahora en ese tozudo círculo que es la historia, se invirtieron los roles y ahora es el chavismo el que empieza a transitar esa escabrosa ruta, la de muchos caciques…y cada vez menos indios.
Cabello, Jaua, Jesse, Arreaza, J.Rodriguez, Izarra, un ala militar, otra civil, otra pro-Cuba, un Giordani y un Merentes. Todos ellos enfrentados entre sí y a la vez disputándole a Maduro el caciquismo. Pescueceando ellos en las tarimas. Respirándole en el cuello a Nicolás. Cada uno de ellos perdiéndole mas y mas indios al proceso. Ahora sí haciendo trampa frontal.
Pero ahora, no antes.
La oposición ganó espacios a fuerza de dejar de verse el ombligo. Cuando empezó a ir hacia los que, no una, sino muchas veces, ratificaron a Chávez. Esa mayoría que hemos ido construyendo a punta de trabajo, lágrimas y pérdidas, muchas pérdidas. Dejándonos la piel en el camino.
No sea cosa que perdamos lo ganado por retroceder a lo que nos mantuvo anclados en el error.
Que el chavismo se ocupe de transitar su camino. Les vaticino no menos de los mismos 15 años que invertimos nosotros.
Nuestro camino, EL camino, compacto en la Unidad, es seguir construyendo esa mayoría. Agrandándola.
Los roles se invirtieron.
Hoy bajaron a segunda fuerza.
Hoy ellos tienen muchos caciques y pocos indios.
Nosotros tenemos un líder.
@olgak6


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LENIN VALERO, MADURO Y CAPRILES

Los dos son venezolanos, son voces de nuestras voces. Y nosotros, por separado, reconocemos en ellos a dos dirigentes. La mitad del país se siente interpretado en uno, y la otra mitad, con el otro. El mundo nos ve divididos y no le falta razón. 
Nos ven débiles, desgastados, pero al mismo tiempo ricos, por lo que la naturaleza nos ha dado. 
Debemos agradecerles a los países democráticos el exhorto que han hecho y siguen haciendo, para que busquemos un entendimiento nacional que permita resolver la crisis política que vivimos. 
Nosotros tenemos 55 años de vida democrática, mala o buena, pero la tenemos. Maduro y Capriles son como nosotros, convivimos en un sistema democrático. Pongamos en ellos la solución del problema y no en otras manos. Venezuela es de los venezolanos. Los dos dirigentes deben entender que primero está nuestra patria, y allá el gobierno ruso o el americano, los cubanos o los chilenos. Somos nosotros los que tenemos que resolver nuestro problema. Por favor, “Entiéndanse ustedes: Maduro y Capriles”, que son las voces de nuestras voces.
Recuerdo que en una ocasión ofrecieron una conferencia de prensa los presidentes de Venezuela y Colombia. Habían estado toda la mañana reunidos. En el momento de las preguntas, surgió una dirigida a la dos. El de Venezuela le ofreció gentilmente la palabra al de Colombia, y el colombiano dijo algo que sorprendió al venezolano. El venezolano sonrió, lo miró como diciéndole: “Eso no me lo habías comentado”, pero al mismo tiempo miró a los periodistas y dijo: estoy de acuerdo con mi amigo el Presidente de Colombia. Venezuela y Colombia dieron por superado el impasse sobre el Golfo de Venezuela. 
Hoy me atrevo a hacerle una pregunta a los dos líderes: Maduro y Capriles. ¿Con quién les gustaría quedarse?, ¿Con el poder o con el pueblo? En realidad no sabemos que podrá responder cada uno de ellos. Seguro que ofrecerán su opinión, pero nosotros debemos pedirles que se queden con nosotros, que se queden con el pueblo. 
Si quieren nos llaman de nuevo a elecciones y nosotros vamos, o si quieren deciden otra cosa, pero no permitamos que nuestra soberanía dependa de lo que decidan otros gobiernos del hemisferio, porque quedaríamos como unos incapaces, como unos segundones. Una sonrisa basta para entenderse, así como se entendieron los presidentes de Colombia y Venezuela.
Ahora, debemos entender que los acuerdos son sobre principios y no sobre simpatías. Es indispensable e ineludible que el esfuerzo de conciliación pase por la necesidad de entender la igualdad de entre los hombres, con sus mismos deberes y derechos. 
Dios nos creó a todos iguales e iguales somos, y nuestros derechos inalienables son entre otros, la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. 
Si Maduro y Capriles están de nuestra parte, de parte de su pueblo, pues pongan a Dios testigo de sus actos. Él es el Juez supremo del mundo, Él nos conoce, exige que nuestras intenciones sean rectas, pero al mismo tiempo nos dejó libres para hacer la guerra o para concertar la paz. 
Lo que ustedes hagan: Nicolás y Henrique, háganlo de buena intención. Piensen en la patria, no en sus intereses ideológicos; piensen en sus padres y en sus hermanos y no en los intereses de los amigos ocasionales; piensen en la felicidad de su país y no en la satisfacción de otras naciones; piensen en los intereses de Venezuela, en el desarrollo y el progreso de nuestra patria. Si nos critican por ser nacionalistas, pues que nos critiquen a todos. Eso no importa, ese es un valor nuestro que nos llena de orgullo.
Tenemos una herencia democrática y una historia de regímenes dictatoriales. Nosotros estamos obligados a conservar nuestros valores democráticos. El pasado quedó atrás y el futuro es nuestro. 
Esperemos una decisión de los dos dirigentes, tengamos fe en Dios y confianza en ellos, en el entendido de que mientras más temprano decidan, más cerca estará nuestra felicidad. Recordémosles a cada momento la responsabilidad que tienen con nosotros. Si aciertan, ganamos todos. 
Que el Espíritu Santo los ilumine en este domingo de Pentecostés y puedan entenderse, a pesar de que hablen diferentes “lenguas”, como dice la palabra de Dios.
Lenin Valero
leninvalero2@gmail.com  

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LUIS MANUEL AGUANA, DEL PLAN DE BARRANQUILLA AL PLAN COMO-VAYA-VINIENDO-VAMOS-VIENDO

 “…Es importante que la gente vea coherencia entre las opiniones de carácter teórico y singular y las acciones pragmáticas y concretas que muestran eso. En eso los políticos han sido un fracaso. Dic-1990” A la memoria de Antonio Cova
Es impresionante como los venezolanos nos metemos en nuestra cotidianidad desde nuestro amargo día a día, mirando los árboles, perdiendo de vista el panorama-el bosque. Pero está bien que lo hagamos nosotros, tristes mortales, a los que nos toca vivir todos los días tratando de sacar adelante una familia y lo único que nos queda es quejarnos y aguantar. Bien decía aquel sabio, sin pelarse ni un milímetro, “hombre casado no puede luchar por la justicia”…
Pero que la dirigencia no vea el bosque, eso sí es grave. Está bien que a nosotros nos quedemos en los árboles, pero aquellos a quienes por su posición de liderazgo les toca guiar nuestro destino no tienen el derecho de no saber para donde nos conducen. Su propia condición no les da ese derecho. Es por eso que cuando los pueblos se equivocan escogiendo a sus liderazgos, terminan ahogándose porque el Capitán estrelló el barco contra un arrecife porque no sabía para donde llevarlo.
Hace poco oí la frase “hay que pensar al país” y me gustó. Porque alguien se tiene que detener en el camino, bajarse de la locura y pensar. Pero eso no nos está dado a quienes no conducimos el barco. Eso le está asignado al Capitán y a sus oficiales más cercanos. Son ellos los que deben tener las más sofisticadas herramientas para saber si habrá tormentas al frente, si vamos por el rumbo correcto o modificar ese rumbo si este se desvía de aquel trazado con anticipación, de acuerdo a un Plan. Siguiendo con nuestra metáfora marina y citando a Seneca (4 a. C. - 65 d. C.),  “No hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va”.
En 1931 doce hombres se sentaron en Barranquilla y pensaron el país que querían. Fijaron un rumbo y redactaron UN PLAN. Independientemente de su orientación ideológica, esbozaron ese Plan y se dispusieron a ejecutarlo. Un camino, una hoja de ruta. Un plan deseado, en términos de nuestra metáfora, un rumbo para el barco.

Rómulo Betancourt,  Raúl Leoni, Pedro Juliac, Pedro José Rodríguez Berroeta, Ricardo Montilla, Mario Plaza Ponte, Simón Betancourt, Carlos Peña Uslar, César Camejo, José Joaquín Palacios, Valmore Rodríguez y Rafael A. Castillo. 

De acuerdo a las referencias históricas, “… el Plan de Barranquilla representa la primera expresión de un análisis estructural de la sociedad venezolana y de su proceso histórico, vinculado a un proyecto político y a un programa de acción que planteaba la lucha contra el régimen de Juan Vicente Gómez como una revolución de las estructuras políticas y económicas del país.” (ver http://www.venezuelatuya.com/historia/plan_barranquilla.htm).
Venezuela no vio resultados de ese planteamiento político sino hasta mucho tiempo después, ya fundada Acción Democrática, siendo algunos de sus fundadores los mismos firmantes de ese Plan, cuyo programa de alguna manera se expresó en acción concreta con la Constitución de 1961. Ejemplo de ello fue la primera frase categórica de ese Plan: “Hombres civiles al manejo de la cosa pública”.
Fuera de la tesis conspirativa de Hugo Chávez Frías, nadie ha expresado un Plan que se haya convertido en realidad desde 1931. Chávez conspiro 20 años en el seno de las Fuerzas Armadas, de acuerdo a sus propias palabras, y ejecutó un intento de golpe de estado en 1992, que sin resultar exitoso, encarnó las ansias de cambio de la sociedad venezolana y que se tradujo en un movimiento que terminó (o comenzó) con el planteamiento de una Asamblea Nacional Constituyente en 1999.
La promesa fundamental de Chávez en su campaña electoral fue la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para refundar el país. Las ansias de cambio de un pueblo desilusionado, luego de su histórico “Por Ahora”, aunado a esa oferta electoral que no tenía ningún contenido mas allá de prometer un nuevo país que él ni siquiera tenía claro-salvo aquellos que indican que ya tenía el proyecto castro-comunista escondido-, le dieron la fórmula perfecta para arrasar en las elecciones de 1998.
Así como los firmantes del Plan de Barranquilla, Chávez TENIA UN PLAN. Pero el Plan de Chávez no era para refundar el país, como fue el de los firmantes de Barranquilla. Era para quedarse con el país y entregarlo. Para desmontar todo el aparato institucional del Estado venezolano. Y lo más brillante de ese Plan fue que usó las mejores mentes para convencer a los venezolanos de que la Constitución de 1961 era la culpable de todos los males, aunque ellos luego le dieran la espalda.
¿Cambió el país para mejor después de la nueva Constitución de 1999, como lo prometió el candidato Chávez en 1998? ¿Los Constituyentes de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 PENSARON AL PAIS y lo sustentaron sobre bases diferentes que garantizaran que se resolverían los problemas que llevaron a la mayoría de los venezolanos a elegir a Chávez en 1998? Esas pueden ser algunas preguntas que deben hacerse los venezolanos ante el descalabro moral y material sufrido en Venezuela después de 14 años de vigencia de la Constitución de 1999.
Chávez utilizó el expediente de la Asamblea Nacional Constituyente para convencer a los venezolanos de 1998 que él refundaría al país Y NOS MINTIÓ. Hizo al Estado más débil desde el punto de vista institucional y socavó las bases de la democracia venezolana. De haber existido un Congreso Bicameral con representación igualitaria de los Estados y una representación proporcional de las minorías, se hubieran controlado en mucho los excesos de un Poder Ejecutivo que revirtió un proceso natural de descentralización.
Al no existir un verdadero Plan más allá de llevarnos de brazos a la dominación de un país extranjero, estamos en la presencia del No-Plan o Plan Como-vaya-viniendo-vamos-viendo, del famoso Eudomar Santos, y en consecuencia el barco esta al garete y sin rumbo. Se murió el Capitán y el Primer Oficial designado y su tripulación no tienen ni idea de cómo se maneja un barco. En cualquier momento huirán tomando los botes salvavidas antes o en el medio de una muy esperable tormenta.
Doce hombres pensaron al país en 1931, 4 años antes de morirse un dictador. Necesitamos visiones así. Nunca como ahora hace falta un nuevo Plan. Salvo el Plan castro-comunista de Chávez, no existe otro Plan que ofrezca la oposición salvo el no hacer nada, o el Plan Como-vaya-viniendo-vamos-viendo, y que el barco se lo lleve la corriente o el viento, a la espera que encuentre tierra por casualidad. ¿Cómo es posible que aceptemos eso?
El liderazgo político venezolano serio, no estos mamarrachos y malandros que nos desgobiernan, tienen una tarea pendiente con Venezuela, después del engaño Constituyente de Chávez de 1999, y que se hace perentoria con un país destruido e invadido. Retomar el camino constituyente para esta vez refundar el país de verdad-verdad como se debió haber hecho desde un principio en 1999, es una tarea ineludible de la que todos somos responsables, independientemente que la oposición crea que no hacer nada es un Plan, o independientemente de que no sean ellos quienes lo tengan y lo lleven a cabo.
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter: @laguana

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CARLOS SCHULMAISTER, PROSPECTIVA DEL PODER DE LA RAZÓN ÉTICA, PROGRESISMO TRAMPOSO

Desde hace varios años asistimos en Argentina al deterioro  de la educación con el resultado de una creciente mediocridad general. Los stándares que miden la crisis reflejan índices cada vez más atroces, tanto que si los comparamos con los de cien años atrás no podemos menos que estremecernos pensando en el mundo que aguarda a los jóvenes actuales y a las próximas generaciones.
La decadencia constante del sistema educativo y del producto social consiguiente, es decir, la sociedad y la  cultura de los argentinos formados en aquél, revelan una irreversible tendencia al agravamiento de los resultados en el corto y mediano plazo, y por consiguiente en el largo.
Los procesos de expansión educativa y cultural que hemos conocido hasta hace medio siglo atrás son sólo meros recuerdos de un pasado que nunca más ha de volver ya que  la crisis general de la Argentina compromete seriamente la continuidad y crecimiento de la creación, el desarrollo, la calidad y el acceso social a la educación, y en consecuencia la transmisión intergeneracional de la cultura en general.
Por más que se creen nuevas universidades excepcionalmente alguna produce saberes nuevos, originales y útiles, en especial los  científicos. En general se dedican a reproducir pensamientos ajenos como relevamientos temáticos, resumiendo teorías ajenas aunque con diez años de atraso por lo general que habrá de pasar de mente a mente pero jamás se aplicará en ningún campo de la vida.
Tanto el intervencionismo como la desidia del Estado, según ámbitos y campos a considerar, por un lado, y el ideologismo político y sindical por el otro contribuyen a obstaculizar el  crecimiento sustentable o estratégico de aquellas variables, provocando constantes fenómenos de desconexión del sistema, de interrupción, de reducción, de atrofia, simplificación, fragmentación, superficialidad, elementalidad, instantaneidad y fugacidad de procesos inexorablemente sistémicos y estructurales. 
Dada la acelerada profundización de la crisis educativa y cultural es posible prever sus ominosas  repercusiones en los procesos de socialización, a la luz del deterioro constante de los valores humanistas producidos en la Modernidad. 
Por lo tanto, lo que está en zona de riesgo es todo.
Un factor simultáneamente causa y efecto de esta crisis es el impresionante deterioro del prestigio de la razón, cuestionado no sólo desde la incesante controversia intelectual culturosa, es decir, ésa que es movilizada por las izquierdas ociosas que merecen ser llamadas “progres” ya que no llegan a progresistas.
A ello se suma el  deletéreo poder corrosivo que la proliferación –en magnitud y diversidad- de sus producciones, discursos y teorías ejerce cada vez más sobre la comprensión social de la realidad, por un lado, y por el otro sobre la credibilidad de la función intelectual como función sectorial diferenciada.
Así, cada vez más se expande una incómoda sensación colectiva de desencanto con mensajes y con mensajeros, con voces y con voceros, atento a la evidencia de su ineficacia para la solución de problemas reales y concretos de la sociedad.
Aquí y en América latina las teorías, los discursos y los pensamientos supuestamente transformadores, sobre todo los hegemónicos, han perdido la sacralidad y la consideración social que supieron alcanzar en otros siglos. 
Hoy todo el mundo siente que ellos no sólo no alcanzan a producir las transformaciones necesarias para el bienestar del conjunto de la sociedad sino que directamente son mentirosos y tramposos y trabajan en su contra, generando además –como si lo anterior fuera poco- un hartazgo y un rechazo social creciente, y a priori, de pensamientos y pensadores, tanto de los ya conocidos como de los por conocer.
La recurrencia de nuestros fracasos societales de conjunto en lo económico, político y social, junto con el alejamiento y relativismo de la ética y la moral social, así como del  espíritu democrático y de un auténtico anhelo de progreso -a contrapelo de los éxitos habituales de personeros, grupos y corporaciones gobernantes vinculados al control de los resortes del poder- ha llevado en las últimas décadas a un creciente escepticismo respecto del valor del orden y del saber, y en especial del saber científico, para la vida social sustentable.
Ello ha producido reactivamente un  resurgimiento del pensamiento mágico y de nuevas metafísicas de discutible veracidad a la que se aferran los nuevos desencantados de la razón en busca de alternativas éticas y estéticas. Incluso al punto de que lógicas absolutamente incompatibles y tradicionalmente enfrentadas aparecen cada vez más conciliadas y avalándose mutuamente en ámbitos y niveles académicos supuestamente prestigiosos.
No es aventurado suponer -de continuar esta tendencia-  que ambos tipos de pensamiento, el racional y el mágico, colocados en un pie de igualdad, terminarán por agotar la credibilidad y la paciencia humana produciendo un estado colectivo de incredulidad general.
Si detrás de toda creencia subyacen las voluntades que han contribuido a su credibilidad, tanto las que se han convencido de ésta, como las que lo han hecho a partir de actos de fe o mediante opciones sin mayores fundamentos podemos prever que como sociedad en riesgo creciente marchamos hacia el fin colectivo del deseo y la voluntad de creer.
Por este camino, desgraciadamente, lo que triunfará finalmente será lo otro, no la razón ni la metafísica, ni la magia ni la religión, sino el rechazo de todo conocimiento, de todo sistema de ideas organizadoras del mundo. En suma,  el fin del creer en algo, en cualquier cosa, la desaparición por igual de la razón y de la fe, y peor aún, de la voluntad.
Así parecen demostrarlo muchos comportamientos humanos tanto entre nosotros como a escala mundial, cada vez más incomprensibles a la luz de los discursos y prácticas reales actuales supuestamente basados en lo que es tenido como racionalidad política, filosófica y ética.
Desfasajes, desvíos, distorsiones, atajos y justificaciones, tanto teóricas como de hecho, horadan y corroen continuadamente y sin tapujos los tradicionales sistemas y concepciones que por siglos constituyeron elevadas formas de la conciencia política y social del humanismo. Tanto y tan gravemente que han perdido poder explicativo de nuestros derrapes y derivas conscientes e inconscientes.
Mejor dicho, explicar es lo único que pueden seguir haciendo hasta cierto punto, ya que lo que deberían hacer prioritariamente y no pueden es proponer un nuevo sentido a la vida, a la aventura humana, ofrecer nuevos incentivos y generar motivaciones para querer vivir mejor recuperando plenitud vital… pero su alejamiento de la vida se los impide.
Por lo mismo, se nota la ausencia de un nuevo tipo de enfoque, de un punto de observación  distinto con un nuevo objeto de examen, que deje atrás tanta hojarasca inservible que con apariencia crítica termina siempre legitimando la injusticia existente y por consiguiente al sistema en su conjunto tal cual se presenta. 
Se echa de menos la existencia de un nuevo espacio para explorar e investigar más allá de la política que conocemos; quizá una suerte de metapolítica que no sea, sin embargo, la metafísica de la política. 
Probablemente desde ahí haya más posibilidades de descubrir algo nuevo aunque por el momento no sepamos qué es (yo no lo sé, aunque sí existen algunos que saben qué buscar), que sea capaz de facilitar la producción de nuevos comportamientos políticos limpios.
Pese a que algunos consideran que la política en Argentina nunca existió, y a que para otros si bien existió en realidad nació sin vida, como mera fantasmagoría -difiriendo éstos últimos tan sólo en las fechas a considerar- lo cierto es que aquí ha muerto la política pues lo que hoy existe como tal no es digno de ser llamado así, incluidos los políticos en general, culpables principales de su desnaturalización junto con otros integrantes y corporaciones del establishment, amén de la ciudadanía en general, especialmente en los últimos treinta años, desde el retorno de la vida institucional hasta hoy.
Ellos la convirtieron en criptopolítica (“política” de la oscuridad, el silencio y el olvido), “política” degenerada que ha abandonado los supuestos basales del quehacer político, aquellos del servicio y el bien común, que han sustituido descaradamente por la manipulación de la fuerza y la riqueza en beneficio de camándulas de asaltantes del gobierno y del Estado, falsamente legitimadas institucionalmente, en el colmo de la abominación ética.
Por ellos, por las cooperativas y asociaciones de corruptos y corruptores la política se degradó hasta niveles increíbles y se desnaturalizó para no servir ya ni siquiera para la administración de la escasez estructural de recursos económicos genuinos a cargo de los gobiernos, ni para la contención de conflictos sociales cada vez más grandes. Es decir, la concepción grande de la política es creación y bien común, mientras que la concepción mínima atiende sólo a la contención, pero ni siquiera ésta última es posible hoy entre nosotros.
Actualmente la política, tal cual es concebida y sostenida por los empoderados depredadores del sistema, es lisa y llanamente una actividad terrorista y antisocial para robar y humillar a la nación y a la sociedad. 
Este ominoso presente es ya una pesada espada de Damocles sobre la sociedad. La pregunta del millón es hasta cuándo la tensión entre lo instituido y lo instituyente podrá ser controlada, reprimida y sofocada por la fuerza del sistema, o bien cuándo, en qué momento, ésta  será  superada por una fuerza de origen y sentido opuesto.
Sólo una metapolítica, o una política no formalizada pero abierta y transparente, puede ayudar a cualquier sociedad a revertir esa involución compleja que a todas luces conduce a la antipolítica, tanto si se la enfoca desde el poder y de cara a la sociedad como si se lo hace a la inversa.
Si la política se basa cada vez más, de hecho, en la concepción del poder vertical descendente desde una reducida cumbre y como capacidad personal de dominio y autoridad sobre la sociedad, la metapolítica debe buscar aquello que sabemos teóricamente pero que es un inédito posible: una forma horizontal desde unas bases amplias con sentido ascendente como expresión de resistencia social ante la degradación política actual, siendo su tarea principal desmontar críticamente el descomunal edificio político cultural del sistema, pero esto implica llevarlo hasta las últimas consecuencias, no en el sentido de hacer una revolución para crear un nuevo y consiguiente poder conservador, sino en el de discutir y eventualmente tomar partido por nuevas certezas, echando abajo tantos mitos y presupuestos que no sirven a la sociedad ni a sus miembros sino a quienes gobiernan y tienen el poder.
No pienso sólo en los mitos negativos, los clásicos, que pueden ser negativos para la sociedad y útiles para los poderosos, sino en todos los mitos, incluidos los que pueden llamarse mitos inútiles, y sobre todo en los más nuevos. Como se apreciará, no los nombro deliberadamente pues prefiero que el lector piense que existen mitos clásicos, nuevos y novísimos, otros que son negativos/positivos según para quién, y mitos inútiles (inútiles pero que traen cola…).
Me gustaría que alguien los pensara, los buscara, los hallara y los enunciara, y muchos los debatieran. Por mi parte, hace años que vengo hablando de ellos, ahora deseo que activen neuronas los demás, a ver si la lectura de artículos de crítica sirve y dura más allá del tiempo que insume su lectura. Razonar es cosa de todos, no exclusivamente de intelectuales ni de ciertos sectores especiales.
Sólo después de esas tareas será posible y deseable para el conjunto de la sociedad aspirar a lograr nuevas formas saludables de delegación y representación política en un nuevo marco de recuperación del valor  social de los derechos y obligaciones, de las responsabilidades y de la custodia rigurosa de aquello que se haya recuperado o refundado.
Para finalizar, quiero decir al lector, por si no lo ha descubierto aún, que lo más grave que nos aguarda es la resignación, la indiferencia, la muerte de la esperanza, individual y socialmente.
En consecuencia, lo que me mueve en particular es contribuir a que el soplo de vida no se apague. Como podrán apreciar, creo que la esperanza auténtica puede reaparecer… siempre que se trabaje en ella, nunca mágicamente ni por revelación de ninguna clase, ni por consumir un artículo periodístico.
carlos@schulmaister.com

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TEÓDULO LÓPEZ MELÉNDEZ, EL PRINCIPIO DE LA INCERTIDUMBRE

 “… hay que prepararse para nuestro mundo incierto y esperar lo inesperado" Edgar Morin
Al incidir poderosamente sobre la física cuántica el físico alemán Werner K. Heisemberg no podía esperarse décadas después que el “principio de la incertidumbre”, que le había merecido el Premio Nobel, sería considerado como herramienta de análisis de las ciencias sociales.
El principio de la incertidumbre asegura que es imposible medir simultáneamente de forma precisa la posición y el momento lineal de una partícula.
He venido insistiendo a lo largo de los años que no podemos partir de una concepción determinista de la historia ni de una visión lineal de los acontecimientos ni de realidades que nos parezcan insuperables. Las realidades son sólo probabilidades que pueden hacerse realidades según la voluntad de los actores.
Si lográsemos entender, al fin y al cabo este es el siglo XXI, que no existen modelos fijos e invariables, pudiésemos comenzar a proceder con la convicción de que el sistema que buscamos lo debemos hacer con lo que hemos llamado una interrogación ilimitada y que las realidades son producto de una partícula que llamaremos “búsqueda” que deberá ser siempre incierta y que no se mueve linealmente. Otra cosa no es el principio de la incertidumbre.
La construcción requerirá siempre de pensamiento complejo, uno que por serlo, sabe de las diferencias y de los conflictos siempre existentes, pero que hay que domeñar –principio no comprendido en la Venezuela actual- para la construcción de un proyecto común  que permita una unidad social.
La percepción de una realidad como insuperable nos lleva a sembrarnos en ella dejando de lado la conciencia del movimiento comunitario que permite salir de las fronteras de la percepción cotidiana. Concluimos, partiendo de un análisis político simplista, mediocre y elemental, que si esa realidad nos muestra opuestos irreconciliables, pues siempre será así.
La incertidumbre no es otra cosa que la convicción de que la realidad no es previsible, lo que nos lleva, en consecuencia, a concluir que sólo pueden ofrecerse conjeturas. La realidad es, pues, una contingencia y nuevas realidades son posibles. Como podría argumentar cualquier reflexión filosófica sobre la física cuántica los humanos materializan propiedades de una sociedad porque han elegido medir esas propiedades. En otras palabras, en la física clásica el observador estaba en una especie de laboratorio protegido. En términos de física cuántica el “observador” es partícipe activo. Al igual, en términos cuánticos, un instante es producto de los factores de ese instante que constituyen la realidad de ese instante. Ese instante es un impulso de vida no fragmentable para su explicación, pero instrumento indispensable para un cuerpo social “atractor” que actúa sobre las posibilidades.
Si lo queremos poner en términos políticos lo que llamamos realidad se hace rígida por la forma en que la pensamos. Debemos mirar, entonces, la realidad, como una posibilidad de creación. Por supuesto estamos hablando en términos de ciencias sociales y no de la infinita gama de la vida de cada ser humano. En términos sociales lo que señalamos es una sociedad enquistada en el segundo presente que a sí misma se convierte en ejemplo de a-crítica mientras se cree actora de un movimiento de resistencia.
Lo que le sucede a la Venezuela actual es una asunción inconsciente de los factores circunstancialmente vencedores que la hace sumirse como pilar de ese modelo. Más aún, cree que la salida está en volver a los del pasado, manifestándose así como un observador protegido en el ayer y no como un participante capaz de crear vida. En otras palabras, la Venezuela de hoy desconoce una de las enseñanzas claves de la física cuántica: la interrelación entre pensamiento y realidad. Todos los experimentos neurológicos han demostrado que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina lo que quiere decir “fabricamos nuestra realidad” desde nuestras experiencias o, lo que es lo mismo, desde nuestras emociones.
Para volver a Heinsenberg, creador para la física cuántica del principio de la incertidumbre, la materia no es estática ni predecible, los átomos no son cosas sino meras tendencias de manera que hay que pensarlos como posibilidades de la conciencia.
tlopezmelendez@cantv.net

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CARLOS VILCHEZ NAVAMUEL, MADURO DIRIGE AL PAÍS HACIA UN BARRANCO

Las cosas para Venezuela no “pintan” nada bien, el presidente cuestionado Nicolás Maduro cada vez que habla “mete la pata” su verbo está muy lejos de quien a dedo lo escogió. En pocos días hemos visto que el hombre  no tiene la capacidad para dirigir el país y mucho menos para dirigirlo con un gobierno compuesto por personas incapaces de hacerlo bien, hay que recordar que los que hoy gobiernan son los  principales responsables de esta monumental crisis política y económica en que se encuentra el país 
El presidente impugnado desde que lo nombraron a cargo de la presidencia,  no ha hecho más que mentir, decir burradas, desconocer la geografía venezolana, amenazar a la oposición, continuar con la política de dividir a la sociedad venezolana, pero aún  no le hemos oído decir algo auténtico, se presenta como el “hijo de Chávez”  lo menciona cada vez que puede porque conoce de sus pocas capacidades, y esto ya sus seguidores lo empiezan a ver, el hambre y la escasez no tiene color.
Sabemos que el difunto tampoco era un genio, pero hay que  reconocer que para muchos sí  fue un líder y que se mantuvo en el poder fácilmente porque como se sabe disfrutó al principio de una economía bastante sana, recordemos que para 1998 habían solo 900.000 trabajadores a cargo del Estado, existía una producción nacional saludable y su gobierno de pronto recibió miles de millones de dólares  por  el aumento en los precios del petróleo. 
Maduro en cambio se enfrenta a otro escenario distinto, donde las circunstancias son muy diferentes, las dudas de los resultados de las elecciones junto con la impugnación hecha por Henrique Capriles hace que pierda legitimidad, lo convierten en un presidente cuestionado, con el agravante que conformó un equipo de ministros y ejecutivos mediocres, tiene que enfrentar además ahora las consecuencias del mal gobierno y del despilfarro de los últimos 14 años, tiene que enfrentar ahora las consecuencias de las malas políticas económicas emanadas de lo que ellos llaman el socialismo del siglo XXI, tiene que enfrentar ahora a un pueblo que se siente decepcionado con el actual desabastecimiento de los principales productos de la canasta básica, tiene que enfrentarse con la inseguridad ciudadana, con los problemas de electricidad que tiene el país y con el gran flagelo de la inflación que como se sabe es “el impuesto” que paga la población más pobre.
Una encuesta hecha en el mes de mayo por la empresa Hercón Consultores nos informa que el 71,5% de las personas consultadas dicen que la gestión de Nicolás Maduro ha sido calificada entre regular y muy mala, como sigue como regular en un 20.9 %, mala 24.5 % y muy mala en 25.1 %. La encuesta  también  nos dice que el 57.5 por ciento de personas consultadas votaría por Henrique Capriles, frente al 39.5 por ciento de Nicolás Maduro si las elecciones se hubieran hecho en la primera semana de mayo.  http://www.lapatilla.com/site/2013/05/13/gestion-de-maduro-catalogada-entre-regular-y-muy-mala-por-715-por-ciento-de-encuestados/
Si por la víspera se saca el día, el presidente en duda -Nicolás Maduro- con su gobierno inmaduro o inexperto no va para ninguna parte, podremos oír y oír planteamientos para resolver los problemas,  pero no se le puede creer a una persona que ha mentido tanto y a un equipo de gobierno que tiene un proyecto desde hace 14 años y  no ha hecho otra cosa que llevar al país al desastre en que se encuentra. 
Terminamos el comentario con unas líneas que dicen mucho porque vienen de Vladimir Villegas, las escribió  en una carta pública a Nicolás Maduro titulada: ES CONTIGO NICOLÁS…  dice así: “El país está en una disyuntiva: el barranco de la confrontación o la autopista del diálogo constructivo. Tú dirás adónde llevas ese autobús repleto de pasajeros.”  http://www.analitica.com/va/politica/opinion/8332657.asp
La carta fue publicada en varios periódicos en los primeros días de mayo de 2013, nosotros ya sabemos para donde se dirige este autobús y sin duda va para el barranco a gran velocidad.
carlosvilcheznavamuel@gmail.com

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NARCISO GUARAMATO PARRA, EL PETROLEO EN EL PENSAMIENTO ECONÓMICO VENEZOLANO (I), ECONOMIA AL ALCANCE DE TODOS]


Corre el año 1878, el hacendado  Manuel Antonio Pulido obtiene los derechos para la explotación de un terreno mineralógico, ubicado en su hacienda cafetera La Alquitrana tras descubrir emanaciones de petróleo en la superficie. Pulido funda la compañía Petrolia del Táchira, dando inicio formal a la Venezuela Petrolera. Si embargo, algunos autores prefieren, marcar este inicio en el año1914 con el reventón del pozo Zumaque I, en Mene Grande Edo. Zulia.
La industria petrolera, principal producto de exportación y primer generador de divisas del país, ha sido el eje principal en buena parte del discurso de los principales intelectuales de la Nación, entre los cuales, podemos mencionar: Gumersindo Torres, Vicente Lecuna, Arturo Uslar Pietri, Asdrúbal Baptista Domingo F. Maza Zavala, y de políticos como Rómulo Betancourt. Desde los orígenes de la industria petrolera hasta 1983, época de vacas gordas, provocó un acelerado  progreso económico y comercial la construcción de una infraestructura moderna, la Consolidación de las instituciones y el forjamiento de una identidad cultural propia. Después  vino un periodo prolongado de vacas flacas, de crisis de extravíos, de fatalidad todavía vigente a pesar del aumento descomunal de los precios del petróleo en el mercado internacional, que han alcanzado y superado los 100 US$/barril. Pero en definitiva, sin el petróleo, Venezuela sería una sociedad misérrima (Dr. Heraclio E. Atencio Bello.2002)
En Venezuela, los yacimientos petroleros son propiedad del Estado, en el art. 12 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, se establece: “Los yacimientos mineros y de hidrocarburos cualquiera sea su naturaleza […] pertenecen a la República, son bienes de dominio público y, por lo tanto inalienables e imprescriptibles…” Por lo tanto, la discusión se ha centrado básicamente en a distribución del ingreso petrolero. El Dr. Domingo F. Maza Zavala, en la conferencia “Los Cambios de Estructura Económica”, editada por la Academia de Ciencias Económicas (ANCE), nos señala que se pueden agrupar en dos tesis, las distintas opiniones. La primera sostiene que el ingreso petrolero es una renta correspondiente a la contribución de los recursos naturales a la producción de petróleo y que fluye al propietario de los recursos (el Estado), lo cual trae consecuencias directas en la economía.
La otra tesis sostiene que el ingreso petrolero es asimilable a un ingreso de capital o patrimonial, originado en la liquidación progresiva de un activo natural de la Nació, propiedad común de los venezolanos, no producible directamente, lo que obliga a la inversión de la totalidad o la mayor parte  de ese ingreso, bien sea en la creación de una capacidad real  de la producción o bien en el desarrollo humano, que implica la elevación del potencial de la fuerza de trabajo. (Domingo F. Maza Zavala.2008.ANCE)
Gumersindo Torres (1875-1947), Ministro de Fomento del General Gómez, fue una de las primeras voces en tocar este problemática. Torres, estudió el caso de Estados Unidos en donde existía la propiedad privada de los yacimientos, por lo cual, se opera sobre la base de arrendamientos, pagándose una renta de la tierra al terrateniente, independientemente y aparte de cualquier otro impuesto estatal. En tal sentido propuso que el Estado estableciera el cobro de una de la tierra en los terrenos nacionales, aparte de los impuestos ya consagrados. (Baptista y Mommer.2006). El historiador y banquero Vicente Lecuna, (1870-1954) presidente del Banco de Venezuela para la época, sostenía que la nación tenía que pedir una renta de la tierra equivalente, como mínimo a lo usual en los EE.UU.
Hasta el momento, el debate, si se puede decir, estuvo concentrado entre los especialistas. La gran discusión nacional fue iniciada por el intelectual Venezolano Arturo Uslar Pietri (1906-2001), quien el 14 de julio de 1936, publica en el “Diario  Ahora” un polémico artículo titulado: “Sembrar el Petróleo”. El Dr. Silva Michelena comenta al respecto: “En Venezuela la famosa frase de Uslar Pietri sembrar, el petróleo, lanzada como lema en 1936, ha visto transcurrir setenta años sin que se haya tenido claridad sobre el verdadero carácter de esa siembra. No se trata de repartir a todo el mundo el petróleo, no se trata de hacer demagogia, no se trata de proclamar que el petróleo va directamente al pueblo. Se trata de comprender que Venezuela, como país petrolero, debe asumir plenamente esta circunstancia natural, y buscar activamente la integración productiva y no rentística de la industria a la economía mundial.” ( Silva Michelena, Héctor. “El pensamiento económico venezolano en el siglo XX, Un postigo con nubes”.2006) Los Profesores Baptista y Mommer nos explican el significado inicial que tuvo esta frase para el Dr. Uslar Pietri: “Con una visión reminiscente de la concepción fisiocrática del mundo económico, caracterizaba allí a la agricultura como economía reproductiva y progresiva, en tanto que designaban a la minería como economía destructiva y por consiguiente, efímera” (Baptista, Asdrúbal y Bernard Mommer.2006). Pero dejemos al propio Uslar Pietri que sea quien nos explique cual es el significado de la frase: “El tema central de la política económica venezolana puede sintetizar en esta consigna perentoria: Sembrar el petróleo. Es decir, no abandonarnos a la poderosa corriente unilateral que constituye la industria petrolera, sino por el contrario, canalizarla, dirigirla, aprovecharla, para que con su fuerza y riqueza anime y movilice todas las actividades económicas del paí”s. (Uslar Pietri, Arturo, “Sumario de Economía venezolana Para alivio de estudiantes”) (http://nguaramato3.blogspot.com/2009/06/arturo-uslar-pietri.html)
El ex presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt (1908-1981), un verdadero autodidacta en el tema petrolero, quien le dedico largas horas de estudio, dado que comprendía la importancia del petróleo en el futuro de Venezuela y autor de una de las obras más importantes de la historia venezolana en el siglo XX “Venezuela política y petróleo”, publicada inicialmente en 1956 (en mi biblioteca tengo la primera edición de 1978 de la editorial Seix Barrral). Betancourt escribe en las páginas del libro un enumeración de los lineamientos seguidas por su gobierno en 1948: “1) Elevación de los impuestos hasta el límite que entonces se consideró razonable, dentro del sistema capitalista   y la economía de mercado. 2) Concurrencia de Venezuela como entidad autónoma, al mercado internacional del petróleo vendiendo directamente  sus regalías. 3) Cese radical del sistema de otorgamiento de concesiones a particulares, y planteamiento de una empresa del Esatdo a la cual se atribuiría la facultad de explotar directamente o mediante contratos a terceros, las reservas nacionales. 4) Industrialización de la mayor parte del petróleo venezolano dentro del país, y organización de una refinería nacional, con capital estatal o mixto. 5) Adecuadas medidas para la conservación de la riqueza petrolera, típico recurso no renovable; y la utilización del gas emanado de los pozos que tradicionalmente se venían desperdiciando. 6) Reinversión por las compañías concesionarias de una parte de sus utilidades en la vitalización y desarrollo de la economía agropecuaria. 7) Mejoras sustanciales en salarios, prestaciones sociales y condicione de vida y de trabajo de los obreros, empleados y técnicos  venezolanos al servicio de la industria. 8) Inversión de una cuota elevada de los ingresos obtenidos de la nueva política impositiva sobre el petróleo en crear una economía diversificada y propia, netamente venezolana”.(Betancourt.1978)


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ANTONIO COVA MADURO CONSEGUIR LO QUE "HAIGA" Y A LO QUE CUESTE

Este fin de semana fue muy frondoso. De nuevas ofertas, de nuevos milagros. Es una lástima que el señor Maduro parece no caer en la cuenta de que millones de sus compatriotas hace ya tiempo que no creen en las maravillas que el poder promete. 
Si no creen en "gallineros verticales" ni en "cultivos hidropónicos", menos razones tienen para creer en "trenes de cercanías" y demás zarandajas. Ya nos hartamos de oír sobre represas y planes faraónicos que transformarían los llanos de Venezuela, así que no nos vengan ahora con los miles de millones que harán maravilla esos sueños de Caracas conectada por todas partes.
Que el señor de Odebrecht imagine esa obra cumbre que superará lo hasta ahora visto en la ingeniería mundial y que en su portuñol nos transporte a ese momento sublime, es comprensible. Como que comienza a hacerse realidad lo que el efusivo abrazo de la señora Rousseff prometía: los brasileños haciendo el milagro de construir lo que el chavismo es incapaz de realizar. Lo que pasa es que ya la mayoría de este país no cree en nada de eso, así que, señor gerente, no pretenda hacérnoslo tragar. Pero es que, además, si Chávez en catorce años no pudo realizar nada de lo que prometió, ¿cree usted que su "hijo" lo hará en poco más de dos años? Felicitaciones. Nosotros no creemos en nada de eso.
¿Y en qué es lo que creemos? Pues, aunque Ud. no lo crea, en lo que vemos, sentimos y padecemos. Vaya y dése una vueltica por el país y llegará a la misma conclusión. Sobre todo, dése un paseíto por automercados, abastos y las bodegas que aún quedan. Allí está la verdadera Venezuela, y sus verdugos.
Allí se enseñorea el no hay y el eso vale tanto. O si prefiere la jerga científica: el desabastecimiento y la inflación, las dos hermanas siamesas que pueden acabar con cualquier gobierno, mucho más con uno que simula gobernar.
Permítame que traiga a su consideración las aleccionadoras páginas que a esto dedicó el gran periodista norteamericano Theodore White cuando escribió su veredicto sobre el gobierno de Chiang Kai-shek en la China de los años 30 y 40 del siglo XX. "La inflación, afirma, es la obsesionante peste que persigue a todo un país. Es la escondida amenaza que un gobierno desorganizado siempre genera como espada de Damocles sobre aquellos que intentan planificar, ahorrar y actuar con prudencia. Ser honestos en nuestros tratos diarios en medio de una inflación desbocada no tiene sentido y cancelar deudas a tiempo es una locura".
En una situación tal, prosigue, "cualquier funcionario se aprovechará de su posición, hasta que llegue el derrumbe irreversible que ya no puede ser ocultado". Y concluye: "cuando la dinastía Song de China (960-1125) creó el papel moneda, que pretendía pasar como dinero, terminó embarcándose en una ruta que nadie podía controlar. Por ello colapsó en una implosión inflacionaria, como luego lo haría la dinastía mongol que la sucedió. Desde entonces, cada vez que un gobierno ha perecido lo ha hecho en un paroxismo inflacionario, en una tormenta de papel moneda inútil. Y eso se debe a que ese papel no vale nada, pues su valor sólo proviene de la fe que se tiene en el gobierno que lo imprime." (In Search of History, A personal Adventure, Warner Books, N.Y., 1979).
Esta es la única realidad que los venezolanos conocen hoy, y ésta tiene mucho que ver con el señor Maduro. Desde que se encargó todo se ha evaporado de los anaqueles y lo escaso vale ya un ojo de la cara, pues no hay nada más cruel que la acción combinada de las siamesas.
Lo escaso, cuando asoma la nariz, es incomprable y todo mundo comienza a comportarse extrañamente, porque piensan que pueden sacar mejor provecho de lo que guardan con celo. Y primero que nadie los funcionarios, a quienes su oficio y experiencia les convierten en los peores predadores de la comarca.
Venezuela está hoy sin comida, sin medicamentos y sin repuestos para todos los aparatos necesarios, mientras los precios de vivienda, electrodomésticos y vehículos se disparan enloquecidos. ¿Cree el oficialismo que estas malvadas siamesas les permitirán gobernar? ¿En qué país, en qué época?
Y mientras, el tiempo corre, los problemas empeoran y las soluciones se "invisibilizan". El país ya no es aquel que Chávez lograba controlar, o por lo menos donde se permitía el lujo de postergar cualquier solución. Por cierto, ¿se han dado cuenta de lo difícil que ahora resulta entonar socarronamente el estribillo "no hay un 11 sin su 13", desde que vivimos el asombroso 14 de abril?
antave38@yahoo.com
(SU  ARTICULO POSTRERO DEL  MIERCOLES 15 DE ABRIL DE 2013)
El profesor y sociólogo venezolano Antonio Cova falleció a la edad de 74 años en la ciudad de Caracas este miércoles 15 de Abril, cerca de las 9:00 am. Sufrió el pasado martes un infarto del cual no logró recuperarse.
Una persona excepcional hoy ha dejado a este mundo, pero a nosotros nos ha dejado muchas enseñanzas de vida y siempre lo recordaremos, mi más sentido pésame a todos sus familiares y allegados.
Antonio Cova, mi estimado Profesor. Al final nos vamos sin dejar nada, pero tú dejas tus obras, familia, amigos discípulos y la influencia por las ideas que has manifestado. ¡Tú Legado de Libertad!
Nota de Raul Amiel con la cual somos solidarios todo el equipo de El Republicano Liberal

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