miércoles, 4 de diciembre de 2013

VÍCTOR RODRÍGUEZ CEDEÑO, CON ÁNIMO Y DE FRENTE

La elección del 8D no es un evento electoral mas. No es el final, es cierto, pero el resultado determinara el futuro político inmediato del país. De allí la obligación de recurrir masivamente a votar, con animo y esperanza, pensando en nuestra Venezuela, a pesar de las comprensibles dudas que muchos expresan en cuanto al parcializado papel de un CNE sumiso y obediente, pieza principal del régimen para legitimar la dictadura comunista que se nos impone.

Las cosas están difíciles para Maduro y su gente. El fracaso, la corrupción, la improvisación y la dependencia de Cuba no lo pueden esconder con las rancheras de Juan Gabriel, ni las adulancias de otros. De allí la violencia, el amedrentamiento, la descalificación, los atropellos que se traducen en persecución, secuestros, encarcelamiento y en tantas otras mas para desanimar al elector, lo que en el fondo -y eso es lo que nos anima- no es mas que el mas puro reflejo de una enorme debilidad.

El régimen, que no esconde sus claros rasgos de dictadura, ejerce un brutal terrorismo de Estado. Maduro trata de mostrar su poder a través de la violencia, la amenaza, cual dictadorzuelo que no encuentra su propio camino, prisionero del guión habanero. Un día ordena cobardemente la detención del “delincuente” Alejandro Silva, secuestro justificado por la Fiscal y ante lo cual la Defensora del Pueblo, ausente; y, del “ladrón” Cocchiola, quien regresa victorioso ante un Maduro dolido. Otro día instruye a sus poderes secuestrados a actuar, a saquear e imponer en los negocios el terror, medidas primitivas llenas de odio que le darán algunos votos de la inconciencia, pero que terminaran revirtiéndosele y acercando mas a su fin, al nefasto régimen. El llamado al trabajo forzado es uno de los mensajes mas insólitos y repudiables dirigidos a los venezolanos por un Maduro envalentonado. Ahora, para colmo, una Asamblea en funciones de policía que cita e interroga a Guillermo Dávila, ídolo de varias generaciones, para que explique ante una suerte de “tribunal legislativo” la supuesta agresión en un lugar público, a uno de los artista del régimen.

Muchos no creemos en un proceso electoral transparente y honesto. Sabemos ante que estamos. Entendemos las dudas de muchos analistas acerca de la parcialidad del CNE, reflejada en el “día de la lealtad” al eterno difunto, grosería sin precedentes y muestra del mas craso primitivismo; en el grosero ventajismo que ejercen desde todos los medios oficiales, apoyado en un aberrante monopolio comunicacional y en las censuras impuestas a los medios independientes; el atropello sistemático y generalizado y todo aquello que vulnera la transparencia del proceso.

La elección del 8D no es una simple elección municipal. Se trata de confirmar, una vez mas, que la oposición es mayoría y que no acepta el destino que se pretende imponer desde afuera. Es un nuevo día, una nueva oportunidad, la última para algunos, para derrotar la dictadura que se ha impuesto desde la Habana, vergüenza que algún día tendrán que explicar los militares y civiles que tuvieron bajo su responsabilidad el destino de la Republica durante estos años de saqueo.

Se deteriora el régimen, se desvalorizó el proyecto, se acaba el miedo. La calle y la mesa electoral son los espacios en los que debemos actuar, siempre apegados a la ley, la misma que pisotean los sátrapas que secuestran las instituciones y los medios, sin importarle los derechos de todos.

La democracia esta en peligro. Venezuela esta herida y abandonada. No nos ven desde afuera ni se preocupan quienes una vez fueron comprendidos por la democracia venezolana en sus luchas contra las tiranías. Una verdadera lástima. Reyes, Presidentes, dirigentes extranjeros han olvidado interesadamente el padecimiento de los venezolanos, pero es allí en donde se funda nuestro valor para enfrentar una dictadura particular que recurriendo a las reglas las ha destruido para imponerse.

Después del 8D, se abren nuevos escenarios. Ante la presión popular ejercida a través del voto y de una calle pacífica, vendrán cambios.  Si la oposición gana las elecciones “iremos por ti” le dijo Capriles a Maduro en el acto de protesta de la semana pasada. Y así será, iremos por el cambio, por la nueva Venezuela, constitución en mano, para responder con igual coraje a los insultos y las bravuconerías de los que hoy mandan y disponen de nuestra libertad.

vitoco98@hotmail.com

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