domingo, 1 de diciembre de 2013

JOSÉ LUÍS MÉNDEZ LA FUENTE, ¿CINCUENTA AÑOS MÁS?

En el mes de febrero próximo del 2014, es decir, el año entrante, se cumplirán tres lustros de gobierno chavista. Quince años se dice fácil, pero vividos día a día pueden pasar tan rápido como un rayo de luz o parecer tan eternos como una cadena perpetua. Década y media es el equivalente a tres periodos presidenciales, de cinco años cada uno, en la constitución de 1961. Puestos con nombre y apellido, al ciclo democrático  que suman  las presidencias de Raúl Leoni, de Rafael Caldera y de Carlos A. Pérez, entre 1963 y 1979, por mostrar un ejemplo práctico que nos permita hacernos una idea comparativa entre los tres primeros quinquenios presidenciales de la mal llamada “IV República”, bajo la égida de la carta magna del 61 y los quince años de régimen chavista de la presuntuosa e impropiamente denominada “V República”, que inicia la Constitución Bolivariana del año 1999.

Aunque se suele decir que las comparaciones son odiosas, se hace inevitable parangonar o confrontar ambas etapas gubernamentales, no obstante la ventaja política que supone la continuidad administrativa y partidista de un régimen que sin interrupciones, como el chavista, lleva quince años en el poder, con representación plena y mayoritaria en todos los entes públicos, poder legislativo, electoral, moral, judicial, fiscalía, contraloría, empresas del estado, institutos autónomos, gobernaciones, alcaldías, etcétera. Ventaja decimos, porque Raúl Leoni y Carlos A. Pérez, aun siendo  ambo socialdemócratas y pertenecer al partido Acción Democrática, no se parecían en nada. Además, presidieron años con características económico-sociales muy distintas, estando separados, en lo que a continuidad política se refiere, por el primer gobierno socialcristiano de la historia en Venezuela, el de Rafael Caldera.

Es un hecho más que comprobado, sobretodo en nuestras latitudes latinoamericanas, que la alternancia democrática, aunque es una cualidad necesaria, interrumpe la continuidad de la gestión del gobierno de turno, aun cuando se trate de mandatarios que se suceden en la presidencia del país provenientes de una misma ideología o partido político, lo cual supone una desventaja que no permite mantener una acción gubernamental continuada, no solo en políticas públicas, sino también en obras de infraestructura, que al final significan un atraso para el desarrollo económico y social de una nación.
No obstante, durante aquel ciclo de gobierno de quince años se hicieron las siguientes obras tangibles: la Represa del Gurí primera parte, y la ampliación de las centrales térmicas de La Cabrera, Las Morochas, La Fría y Punto Fijo. Se creó SIDOR. Entró en producción la primera planta de aluminio de Guayana, Alcasa. Se amplío la petroquímica de Morón y se construyó el complejo petroquímico El Tablazo. Igualmente se construyó el Puente Internacional José Antonio Páez, así como la autopista estatal Valencia-Puerto Cabello y la interestatal Coche-Tejerías, las autopistas urbanas avenida Libertador, Maracaibo-San Francisco, El Valle-Coche, Barcelona-Puerto La Cruz-Guanta; también las carreteras Ciudad Bolívar-Ciudad Piar y Barinas-La Pedrera. Se inauguraron además, grandes obras en Caracas, como el Complejo Parque Central y el Metro de Caracas, el Poliedro de Caracas, la Cota Mil, los Distribuidores Ciempiés y La Araña, la Universidad Simón Bolívar y el Hospital del Seguro Social "Miguel Pérez Carreño". Así como cientos de miles de viviendas y miles de institutos de educación primaria y media entre liceos y escuelas públicas.
Cuando buscamos obras en concreto, ya completadas, en todo lo que va de siglo, solo nos conseguimos con la construcción de las líneas 3 y 4 del Metro de Caracas, el puente sobre el rio Orinoco, el viaducto Caracas-La Guaira, esta última por emergencia sobrevenida al caerse la estructura anterior, algunos tramos de la incompleta autopista Caracas-Oriente, cuyo inicio se remonta a finales del año 1985, la represa de Caruachi y algunos tramos, inaugurados en el 2006, del  sistema ferroviario central Ezequiel Zamora, quizás el proyecto más importante y menos conocido del gobierno del Presidente Chávez. El número de kilómetros construidos en vialidad urbana e interurbana, tampoco soporta una comparación, ni el de escuelas, viviendas, hospitales y centros públicos de asistencia medica gratuita. 
Desde 1999 hasta ahora, no ha habido interrupción alguna, al menos por razones de alternabilidad política, que permita la excusa de que tal o cual plan gubernamental u obra pública no se ha realizado o no se ha podido ejecutar a tiempo.
Puede ser que con los 50 años más que pidió recientemente el ministro de Energía y Petróleo y ahora Vicepresidente del Área Económica del Consejo de Ministros, Rafael Ramírez, para enderezar todos los desequilibrios que encontró, no aclaró si incluía los de los últimos quince años, la comparación entre ambos periodos gubernamentales quede emparejada.
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