sábado, 30 de noviembre de 2013

SAÚL GODOY GÓMEZ, EL PLAN DE LA PATRIA,

Van a convertir en ley la declaración de ineficiencia, robo y mentiras más grande que se le haya atribuido a Hugo Chávez Frías, dicen que es su testamento (la muerte es una constante con esta gente), pero sin dudas las brujas del régimen metieron sus cucharas para espesar el brebaje que ya huele a podrido.

Es una acto de magia chimbo, la intención de hacer este conjunto de fantasías y sinsentidos una ley, ya peca de fraude, Maduro no puede utilizar la habilitante que la Asamblea Nacional le impuso al país a punta de pistola, para decretar nada, si lo hiciere, peca de ilegitimidad de origen, empezando porque ningún extranjero puede dictar leyes en nuestro país.

Pero lo que más me llama la atención es que estos chavistas no se hayan dado cuenta el error garrafal que cometen al tratar de publicar como ley de la República este mamotreto antidemocrático y fascista, no solo son las inconsistencias, los errores de fondo y forma, el pobre lenguaje que utilizaron, la ausencia de técnica jurídica, lo inconstitucional del acto, lo que más me sorprende es que van a publicar la confesión más rotunda de que el gobierno que manejan, ni es democrático ni sus intereses son venezolanos.

Para ser precisos, es la declaración de traición a la patria más contundente que he visto en mi vida, y he visto algunas, la mayoría obtenidas luego de largos procesos judiciales, o utilizando la tortura y el lavado de cerebro en contra del declarante, esta no es así, esta es una declaración voluntaria, pública, sin coacción, y hasta por convicción de un grupo político, embriagado por el poder y la impunidad, supongo, sin ningún remordimiento moral ni prudencia ante el futuro.

Esta ley llamada Plan de la Patria, es el documento perfecto para ser usado en las cortes e instancias internacionales para llevar a términos la denuncia de deuda ilegal en contra del gobierno de China (posiblemente también nos sirva para declarar ilegal la deuda con Rusia), es la declaración más clara que he leído del gran fracaso petrolero, agrícola y económico, no solamente por lo que dicen que van a hacer, que todos sabemos, no lo van a hacer porque no contamos con los recursos y el país está en quiebra, sino que públicamente falsifican la información contenidas en las cuentas nacionales (que a pesar de estar manipuladas, no son, ni remotamente lo que ellos dicen el país produce y gasta).
En lo político se trata de la declaración sin sesgos ni caretas, de un modelo totalitarista, antidemocrático, colectivista, anticonstitucional (el socialismo no se menciona en nuestra Constitución Nacional), militarista y al servicio de agendas extranjeras. 

A ninguna nación que se tenga por democrática y viviendo bajo un régimen de libertades, le está permitido obligar a sus ciudadanos a seguir una sola ideología o religión, situación esta que permitiría la violación masiva de derechos humanos fundamentales.

Estoy claro que muchas de estas ideas salieron del alucinado cerebro del Comandante de la Revolución, pero declarar que las van hacer realidad en un término de seis años, cuando en 14 años no han podido ni siquiera limpiar un pequeño río como el Guaire, ni hacernos autosuficientes en la producción de azúcar para el consumo nacional (ni hablemos en bajar la inflación, aumentar el empleo, bajar las tasas de homicidios, erradicar enfermedades contagiosas), es no solo temerario, sino ridículo.

Entiendo que a falta de obras de gobierno, de logros en la gestión como administradores de los dineros públicos, recurran a la manida estratagema de seguir prometiendo y prometiendo, siempre allá lejos en el futuro, pero convertir el deseo de salvar a la humanidad en una ley, es algo que escapa no solo de la realidad sino de la cordura.

De nuevo aparecen los gastados ideales de patria, soberanía, independencia e igualdad, otra vez aparecen nuestros aborígenes y minorías de afroamericanos como la punta de lanza de nuestro progreso, insisten en mencionar los sueños de Bolívar como mandatos bíblicos para nuestro pueblo, ya ni siquiera guardan la compostura ni las distancia en el rol protagónico que debe jugar una sociedad donde cada día se hace más difícil conseguir papel toilet, pero por ley nos obligan a preservar la vida en el planeta así no podamos garantizar la vida de nuestros propios hijos cuando salen de la casa, eso, es obceno.

La ley del Plan de la Patria, a la que todos los venezolanos estaríamos obligados a cumplir y que nunca nos fue consultada, es el catálogo de exhibición más completo de la estupidez humana en este lado del continente, será considerado como un documento histórico de cómo el socialismo, como ideología, es capaz de carcomer toda vergüenza en quienes lo propugnan, pues no solo es ignorancia y maldad lo que percola en su articulado, sino un gusto por la confesión de lo más indigno en seres humanos que se atreven a decirse venezolanos.

A los ministros que van a firmar este testamento convertido en ley, solo les puedo decir, a confesión de parte, relevo de pruebas. – 

saulgodoy@gmail.com

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