En
las elecciones municipales la oposición debe obtener un número récord de votos,
lo que podría poner en aprietos al Gobierno, como ya se presagia sin aires de
triunfalismo, pero sí con ánimo de alegría y fuerza democrática.
Somos
testigos presenciales de cómo está surgiendo una oposición y una política
electoral competitiva y comprometida con el rescate de los municipios para la
democracia, la campaña será distinta a las anteriores, habrá conversatorios con
los ciudadanos y participación activa de la sociedad.
En las municipales se debe dar un abierto “revolcón” al sistema político de dominación, coacción del voto, corruptelas, exceso de publicidad, sistema electoral controlado y métodos fraudulentos para ganar elecciones, eso se logra con un movimiento social amplio, organizado y motivado.
Las
regiones están cansadas de tantos desafueros, destrucción urbana y baja calidad
de vida. En Carabobo tenemos el lamentable ejemplo del “Alcalde que padecimos”
y no podemos abstenernos de votar masivamente por los candidatos de la unidad
en contra de la hegemonía roja que pretende imponerse a fuerza de populismo,
corrupción y delincuencia. Votaremos
contra la militarización de nuestras ciudades y pueblos, la extrema violencia,
la exclusión y la creciente miseria humana. Por eso hay que votar masivamente y
quedarse en la calle para defender los votos
y evitar el fraude donde se pudiera. Se lucha contra un sistema poderoso por corrupto y
servil al gobierno.
Es
de esperarse que las fuerzas democrática de la unidad conformen una
coordinación política electoral, amplia, participativa y con una estrategia
eficaz para obtener el triunfo y defenderlo con manifestaciones pacíficas en
las plazas y en las afuera de las mesas electorales.
Los
municipios deben constituirse en un frente de defensa pacífica del país y al
rescate de la democracia, la violencia será responsabilidad del gobierno
nacional y sus secuaces regionales, hay que deslindarse de los desmanes
oficialistas.
La
contundencia del triunfo electoral debe resonar en todos los rincones del país
y trascender al mundo entero. El 8D la sociedad se transformará de una mayoría
silente, pasiva, en una mayoría electoralmente rebelde, así, la soberanía de la
patria se rescataría dónde debe rescatarse: en los municipios que son los
centros de poder más cercanos a la gente. Demostraremos, con una masiva
votación, la más amplia y contundente repulsa al gobierno y le demostraremos la
pérdida de confianza de la sociedad en razón de su estruendoso fracaso
político, social y económico.
Estamos
comprometidos en hacer de las municipales una insurrección civil por medio del
voto masivo y, en ese sentido, la determinación del triunfo electoral, en la
presente coyuntura, es un imperativo insoslayable, para construir un proyecto
alterno de país que derrote definitivamente el actual desorden
gubernamental. La insurgencia civil es
hoy, no sólo un acto de contestación, sino que, sobre todo, un acto de
construcción en torno a aquellos valores, experiencias, capacidades e
instituciones que representan a la Venezuela decente.
Esa insurgencia pacífica
debe ser un movimiento que surja de las entrañas democráticas de la sociedad
venezolana. Es allí, en las mesas electorales, de donde surgirá ese pueblo que
soberana y democráticamente decida tomar control de su destino tanto individual
como colectivo. El derecho a la insurrección y a la desobediencia civil asiste
al pueblo de Venezuela.
ffacchinb@gmail.com
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