jueves, 24 de octubre de 2013

SAÚL GODOY GÓMEZ, EL SOCIALISMO EMBAUCANDO A LOS TRABAJADORES,

El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y la prédica a la envidia; su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria."  Winston Churchill

El socialismo se empeña en modificar las relaciones de propiedad en la sociedad, como si este fuera el problema fundamental de la masa laboral, ni siquiera es lo más importante en la actividad productiva de un país.  

Para ponerlo de la manera más suave posible, apenas se trata de un antojo intelectual de personas que jamás han trabajado en su vida en un empleo regular, de gente que no se tienen que levantar muy temprano, trabajar duro y llegar a casa satisfechos de haber cumplido una tarea por la que se les paga para poder sostener a su familia; por lo general se trata de cuasi-intelectuales, de políticos confundidos de tantas lecturas de marxismo, de aprovechadores de turno que buscan cambiar sus fortunas personales utilizando, sin ninguna vergüenza, la manera como se la gana la vida el pueblo trabajador.

¿Cuál es la principal preocupación de un obrero o un asalariado?, de seguro, antes que ocuparse por si está alienado, o de sentirse angustiado porque lo están explotando, o porque, a su costa, “otros” se están enriqueciendo, lo que verdaderamente atiende es la necesidad de estar empleado, que su trabajo sea digno y bien remunerado, lo suficiente para permitirle vivir decentemente, lograr lo que él y a su familia requieren, antes de importarle quién es el dueño de la fábrica o negocio, que su puesto de trabajo sea estable en el tiempo, que pueda contar con esas entradas para planificar su vida, para ir progresando.

Pero entonces llegan los sindicalistas comunistas, los políticos oportunistas, los funcionarios del estado interventor y empiezan a lavarles el cerebro, a confundirlos con ideas que nada tienen que ver con su propio interés, le empiezan a hablar de las comunas, de la importancia del colectivo por encima de su persona, del robo que está cometiendo su empresa en su contra porque no le da el valor “real” a su trabajo; los confunden, los alienan, para que se queden tranquilos y sigan siendo explotados.

Estos provocadores de oficio tienen como fin desestabilizar a la empresa, paralizarla, iniciar paros y huelgas, convencer al trabajador de que esa unidad productiva tiene que ser suya, que los dueños y gerentes de las industrias deben entregársela a sus obreros para que ellos las administren…

¿Has visto tú en Venezuela que alguna empresa manejada por sus trabajadores funcione?

El socialista, como buen resentido que es, lo que busca es venganza, actúa por envidia, le importa un carajo lo que el trabajador piensa o diga, lo que quiere es destacarse ante el partido, hacerse pasar por un líder de hombres, alimentar una sed de poder para destruir y hacer daño, aunque diga que todo lo que hace es por amor, por la máxima felicidad de todos… lo que persigue es que la empresa donde trabajas la tomen los militares, salir en televisión para hacer propaganda, sumarte a los trabajadores que gritan que gracias al gobierno socialista la empresa ahora es del pueblo…

Pasa el tiempo, y los proveedores ya no confían en la nueva gerencia, las cosas cambian en la empresa y ya nadie trabaja como antes, las máquinas, vehículos e instalaciones no reciben el mantenimiento adecuado, los productos que producían no son ya tan buenos, algunos los devuelven, comienzan los rumores de que “alguien se robó unos reales”…

Y cuando las cosas empiezan a ponerse difíciles, cuando ya tú llevas cuatro quincenas sin cobrar, la empresa es intervenida por el Estado, llegan nuevos gerentes, se le inyecta dinero y aparecen de nuevo las cámaras de televisión,

Usted recibe sus cheques vencidos, pero ya no puedes dormir tranquilo, la seguridad que tenías en su trabajo se esfumó… empiezan a llegar los hijos, los primos, los amigos del nuevo jefe, que compran carros de lujo, se la pasan viajando… así, de pronto, tú se enteras de que vendieron las maquinas empacadoras, botan a la gente del edificio de al lado, le ponen cadenas a las puertas, te obligan a ir a reuniones políticas, a marchas y a que votes por fulanito de tal…

La verdad es que cada vez se produce menos, no hay materia prima, y cuando sacan un pedido no hay como llevarlo al mercado, vuelven a atrasarse con tus pagos… empiezas a escuchar de tus compañeros la necesidad de protestar, de hablar con los medios de comunicación… tu vida se pone muy difícil, tu esposa pelea contigo porque no hay con qué hacer mercado, se acumulan las mensualidades del colegio de los muchachos, hay que arreglar el baño y no hay con qué…

De noche sueñas con cuando trabajabas para la empresa privada, en tus pagos a tiempo, en los bonos por productividad, en el seguro que te cubría a ti y a tu familia, en las vacaciones que podías tomar, en las cestas y bonos navideños que recibías…

La experiencia nos dice que los socialistas juegan de mala fe con los trabajadores, les venden la idea de que si son dueños de la fábrica, del hato, del comercio, si son ellos quienes administran el negocio, les va a ir mejor… los miles de trabajadores que les han creído están hoy desempleados, mirando con tristeza desde las rejas la fábrica solitaria y abandonada, siendo correteados por la policía cuando reclaman sus prestaciones, humillados una y otra vez por los
socialistas y, cuando hablen de ustedes, los que perdieron sus empleos, van a declarar que fueron liberados.

saulgodoy@gmail.com

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