jueves, 24 de octubre de 2013

OCTAVIO LEPAGE, AUTORETRATO CON DESFACHATEZ

Maduro y su gente lanzan esa campaña contra la corrupción confiados en que la creatividad goebbeliana de sus cuerpos de asesores en propaganda logrará derivar de ella dividendos políticos favorables
En tres horas de oratoria postiza ante la Asamblea Nacional, Maduro evidenció caradurismo a prueba de rubor y audacia sin límites en su propósito calculado de confundir y engañar. 
Después de 14 años robando con descaro hay que tener riñones para lanzar una campaña contra la corrupción, a sabiendas de que es opinión general y consolidada que éste es el gobierno más corrupto que ha tenido Venezuela en casi doscientos años de vida independiente. Es más, la aprobación de la “habilitante” será posible por un acto de corrupción: la incorporación de un diputado suplente previa inhabilitación de la diputada principal María Aranguren con base a un expediente amañado. Ese suplente arbitrariamente incorporado será el diputado 99.
Mientras Maduro leía su erudito discurso recibí repetidas llamadas telefónicas señalándome que aquello parecía un autoretrato. Efectivamente, cada televidente debió rememorar innumerables casos de corrupción durante los 14 años de gobierno chavista-madurista. El caso Mackled, ese opulento capo lengua suelta que logró poner a su servicio poderosos jerarcas civiles y militares sin que ninguno de ellos haya sido investigado, PUDREVAL, las “empresas de maletín” beneficiarias de 20 millones de dólares en las subastas de SICAD, la apropiación indebida de más de 500 millones de dólares de las prestaciones de los trabajadores petroleros por un compinche de Rafael Ramírez apellidado Illaramendi, las especulaciones dolosas con fondos de FONDEN con presos en Nueva York y ni uno sólo en Venezuela, el desfalco del Fondo Chino con presos de menor cuantía y ni un sólo pez gordo, el escándalo de pagos de elevadas comisiones a oficiales de la Marina Venezolana construidos por la empresa española Navantia, y pare de contar. Hay casos más recientes. Capriles Radonski entregó un cargamento de pruebas de corrupción de su antecesor en la Gobernación de Miranda, Diosdado Cabello, y el diputado Andrés Velázquez entregó otro cargamento de pruebas sobre las fechorías de las mafias que monopolizan la venta de cabillas y de aluminio, y que tienen como eje articulador y protector al Gobernador de Bolívar General Rangel Gómez.
Maduro y su gente conocen esta realidad. Sin embargo, lanzan esa campaña contra la corrupción confiados en que la creatividad goebbeliana de sus cuerpos de asesores en propaganda logrará derivar de ella dividendos políticos favorables.
olepageb@gmail.com

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