Las Cumbres Iberoamericanas representaron en
el pasado una alianza creada para fortalecer los vínculos de la comunidad
ibérica con la comunidad latinoamericana orientada a constituir un foro de
encuentros similar al que lograron institucionalizar otros países como los de
la Commonwealth Británica bajo la conducción del Reino Unido; o la “comunidad
francófona” apoyada por Francia.
En sus inicios fue valorada con mucho
entusiasmo ya que con el ingreso de España y Portugal a la Unión Europea se
pensó que nuestra región podría beneficiarse también como lo hicieron en el
pasado las ex colonias Inglesas y Francesas gracias a Acuerdos tipo Yaounde o Lome. Cierta
reticencia de algunos países que no querían aprovechar el momento histórico,
perdieron esa oportunidad ya que afirmaban que nuestros vínculos con Bruselas
no requerían intermediarios.
Con el tiempo, otras oportunidades se fueron
perdiendo en diferentes Cumbres Iberoamericanas hasta el punto de que en la
última reunión de Panamá tan solo podemos resaltar tres frágiles acuerdos que
no constituyen ninguna novedad:
profundizar el comercio, asegurar nuevas inversiones y luchar contra el
narcotráfico.
La
ausencia de muchos de los Jefes de Estado en la Cumbre Iberoamericana del 2013
obedece a dos razones: La primera,es el resultado logico de una campaña
destructiva hecha por los países de ALBA con Venezuela a la cabeza (y Cuba
detrás), a la que se suman algunos aliados de Gobiernos de UNASUR que en la
práctica tiende a la destrucción de vínculos privilegiados con España y
Portugal, y ello obedece a una visión ideologizada de obstaculizar el fortalecimiento
euro-latinoamericano.
Pero al mismo tiempo es necesario reconocer
que la ausencia de los Mandatarios del encuentro de Panamá es también la
consecuencia del desgaste de una estructura que ya se ha venido agotando. A
pesar de la gran labor de Enrique Iglesias como Secretario General, su
prolongada permanencia en la Secretaria General le ha restado el dinamismo de
la etapa inicial, por lo que es necesario renovar la institución para hacerla
más atractiva.
Las Cumbres deben ser el resultado de una
serie de acuerdos, reuniones y planteamientos previos hechos por funcionarios,
sociedad civil, parlamentos, instituciones que eleven sus propuestas al más
alto nivel. En la medida en que se lleve una agenda bien elaborada y bien
establecida, los Jefes de Estado si podrán tener éxito. Lo grave es que se ha
invertido la pirámide y, se deja que sean los Jefes de Estado los que
improvisen, lo que en la practica condena los acuerdos al incumplimiento.
Renovar los mecanismos de participación y una mejor difusión de los objetivos
ante los medios de comunicación social, con un lenguaje claro que le llegue a
los pueblos de Iberoamérica permitirá repetir denuncias como la célebre
afirmación del Rey de España hace varios años
al enfrentar a Chávez con sus constantes descalificaciones con su “Por
que no te callas?” que todavía hoy es recordada
El
futuro de la Cumbre requiere adaptarla a los principios y valores de una
comunidad que se identifique en lo político en su lucha en pro de la democracia
y la libertad, y en lo social en el cumplimiento de las Metas del Milenio y el
Desarrollo Sostenible.
milos alcalay
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